¿El fin de la carrera política de Marcelo Ebrard?

Marcelo Ebrard ha construido una carrera política de cuatro décadas con un objetivo final: llegar a la Presidencia. Sin embargo, este lunes podría confirmarse el desvanecimiento de estas aspiraciones. Hoy es el último día del levantamiento de las encuestas que definirán al candidato presidencial de Morena.

De acuerdo al consenso de sondeos previos al ejercicio oficial del partido, Ebrard ocupa el segundo lugar de las preferencias. La mayoría de los estudios de opinión apuntan hacia una victoria de Claudia Sheinbaum. Un careo realizado por Reforma el mes pasado estipula que existe una diferencia de 15 puntos porcentuales entre Sheinbaum y Ebrard.

Las firmas De las Heras Demotecnia, elegida por Manuel Velasco; Buendía, elegida por Sheinbaum; Heliga, elegida por Adán Augusto López; y Mercaei, elegida por Ebrard; completarán los 2,500 cuestionarios por cada casa encuestadora que exige el proceso interno de Morena. Las brigadas tendrán que entregar sus resultados este lunes para que inicie el conteo oficial el miércoles en la madrugada y que el cálculo pueda ser cotejado con la encuesta espejo del partido, realizada por el Centro Empresarial de Estudios Superiores. En las horas finales de la contienda interna, las encuestadoras tendrán que haber recorrido prácticamente todo el país.

Mientras esto sucede, el equipo de Ebrard continúa alimentado la narrativa de que el proceso estuvo cargado de irregularidades. El señalamiento más serio yace en la acusación de que la Secretaría del Bienestar ha desviado recursos públicos para favorecer la campaña de Sheinbaum. Otros reclamos del “cuarto de guerra” de Ebrard incluyen retrasos en el levantamiento de las encuestas, presunto favoritismo en la selección de las firmas que realizan los sondeos y desorganización en el despliegue de brigadas.

Emmanuel Reyes, diputado federal de Morena afín al grupo de Marcelo Ebrard, pidió este lunes a la dirigencia nacional de Morena y al Consejo Político Nacional detener “prácticas desleales y ventajosas”, en referencia a la campaña que han hecho representantes de Claudia Sheinbaum en los días del levantamiento de las encuestas.

Esta denuncia ha sido interpretada como un termómetro de la actitud que tomará el equipo de Marcelo Ebrard después de la designación del candidato presidencial de Morena. Durante meses, se ha especulado con la noción de que Ebrard podría romper con la coalición del presidente Andrés Manuel López Obrador para sumarse a la oposición.

Este año, Dante Delgado, dirigente nacional de Movimiento Ciudadano, reconoció que estaba abierta la posibilidad de encumbrar a Ebrard como candidato presidencial. La idea se ha reforzado a raíz de la decisión del partido naranja de esperar a que se resuelva el proceso interno de Morena para iniciar formalmente con la selección del abanderado de Movimiento Ciudadano.

Xóchitl Gálvez, la candidata virtual del Frente Amplio por México, también dijo hace dos semanas que la oposición debería invitar a participar a Marcelo Ebrard en caso de que el ex canciller no obtenga la candidatura presidencial de Morena: “Me cae bien Marcelo. Él y yo nos conocimos en las cumbres de cambio climático y al menos ha tenido las agallas de ir a poner la cara por México en materia de energías limpias”.

Marcelo Ebrard tiene 63 años, una edad que en política difícilmente podría considerarse como terminal. No obstante, pocos imaginan que el ex canciller vuelva a encontrar una oportunidad similar de cercanía al poder. En 2012 y en 2018, Ebrard cedió la candidatura presidencial de izquierda a Andrés Manuel López Obrador. Lo hizo después de haber sido el soporte financiero del actual presidente. Durante años, el único ingreso sustancial del movimiento de López Obrador estuvo vinculado a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

Paradójicamente, esto no se tradujo en agradecimiento. El principal obstáculo de las aspiraciones presidenciales de Ebrard ha sido la cada vez más repetida condición, real o no, de que Claudia Sheinbaum es “la favorita del presidente”.

Ante este escenario, emerge la hipótesis de la ruptura, un movimiento que podría desencadenar una fuerte reacción judicial, de acuerdo a operadores políticos de la coalición de la Cuarta Transformación. La lista de expedientes que rodea a Ebrard no es corta: el colapso de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, la trama de sobornos de Walmart en México, la irrupción del Dragón Mart, entre otros casos.

Marcelo Ebrard fue un testigo directo de cómo el sistema político apartó a su mentor, Manuel Camacho, de la candidatura presidencial en 1994. La historia podría encontrar eco de esta experiencia en 2024. En ese sentido, este lunes puede significar la culminación de cuatro décadas de carrera política de Ebrard.