20 de diciembre 2023
¡Que alguien me explique!
El drama del maíz
Como si fuera poco desmantelar el sistema nacional de salud, o abandonar el sistema educativo, o mal entender con abrazos el sistema de seguridad nacional, la 4T nos regala su último logro: el desplome del campo mexicano
Por Ramón Alberto Garza
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Como si fuera poco desmantelar el sistema nacional de salud, o abandonar el sistema educativo, o mal entender con abrazos el sistema de seguridad nacional, la Cuarta Transformación nos regala su último logro: el desplome del campo mexicano.
El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos está reportando, para este año, una caída en México de 9.2 por ciento en la producción del maíz, el alimento básico e indispensable en la dieta de los mexicanos.
Nuestro país apenas producirá este año 25.5 millones de toneladas de maíz, que es el nivel más bajo de cosechas en los últimos 10 años. Aquí se incluyen los 5 años del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El argumento oficial para justificar semejante crisis es que México atraviesa por una severa sequía. Otra mentira más. Es cierto que escaseó el riego, pero no es la única causa.
El desplome en la producción del maíz obedece a que el gobierno descuidó el agro, dejó de apoyar a sus agricultores, redujo el extensionismo, limitó los créditos rurales y lanzó una campaña negra contra el fertilizante glifosato. El resultado: no solo cayó la producción total de maíz, sino el rendimiento por hectárea, que era de 4.07 toneladas en 2022 y se redujo a 3.9 en 2023.
Para medir la magnitud de esta tragedia baste saber que, para completar sus necesidades de la gramínea, Mexico tendrá que comprar en el extranjero para este año una cifra récord de maíz: 19.6 millones de toneladas. Casi en su totalidad a los Estados Unidos.
El drama se acentúa cuando se dan las cifras de producción de maíz en naciones más emproblemadas que Mexico, como Ucrania, en donde a pesar de la guerra con Rusia, superó este año a México en sus cosechas.
Baste saber que, el año pasado, México produjo 28.1 millones de toneladas de maíz, contra 27 millones de toneladas de Ucrania. Este año -y a pesar de la guerra- aquella nación elevó su producción de maíz a 30.5 millones de toneladas mientras que México se desplomó a 25.5 millones de toneladas.
El desorden agrícola también se está reflejando estos días en la llamada “Guerra de la Fruta”, en la que exportaciones mexicanas de melones, presuntamente contaminados, están exhibiendo el grave error de reducir -hasta casi aniquilar- el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica).
Ese servicio permitía la estrecha supervisión de los productos animales, frutas y vegetales, tanto de importación como de exportación. Desde que le minimizaron a la Senasica su estricto papel de vigilancia, la cancelación de exportaciones de cárnicos, así como de productos del campo, entraron a la zona de peligro de ser suspendidas permanentemente por nuestros socios norteamericanos y canadienses.
Después de analizar ese panorama agrícola, ni duda cabe. Como la antítesis del Rey Midas, todo lo que toca el gobierno de la Cuarta Transformación lo degrada, lo convierte en desecho. Y los sembradíos de maíz no podían ser la excepción.
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