26 de enero 2022
Internacional
El congresista más ‘pro mexicano’ de EE.UU… investigado por el FBI
Henry Cuéllar no es cualquier legislador estadounidense. Es el congresista demócrata más cercano a México, al Partido Republicano y -evidentemente- a turbios intereses corporativos en el extranjero
Por Bernhard Buntru
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Henry Cuéllar no es cualquier legislador estadounidense. Es el congresista demócrata más cercano a México, al Partido Republicano y -evidentemente- a turbios intereses corporativos en el extranjero.
La semana pasada, Cuellar fue foco de atención continua por parte de los principales medios de comunicación en Estados Unidos luego de que autoridades federales realizaran un cateo en su residencia y su casa de campaña, en Laredo, Texas.
De acuerdo con ABC News, la investigación federal estaría relacionada con la nación centroasiática de Azerbayán -actualmente sumergida en una crisis política- y varios empresarios estadounidenses.
Y es que Cuéllar, considerado como el demócrata más conservador en el Capitolio, ostenta un récord legislativo mucho más afín a los intereses del Partido Republicano, que a su propio partido.
Según refiere el portal de análisis Five Thirty Eight, durante la administración de Donald Trump, Cuéllar votó a favor de iniciativas alineadas a la agenda presidencial el 75 por ciento de las veces.
Su largo historial legislativo incluye mociones en contra de regulaciones medioambientales, en contra del aborto, en contra de protecciones laborales y en contra de ampliaciones a la cobertura médica universal.
Conocido también como “el demócrata favorito” de la industria energética, Cuéllar es uno de los congresistas que más donaciones recibe regularmente del sector del gas y el petróleo, así como del complejo industrial de seguridad fronteriza y penitenciaria.
En México, el representante del distrito sur de Texas ha tejido una sólida relación con los gobernadores de oposición de Nuevo León y sobre todo, de Tamaulipas.
En dicha entidad fronteriza, Cuéllar ha aprovechado el servicio de intermediarios del sector privado, como el cabildero Nelson Balido, para beneficiar los intereses de empresas gaseras en la cuenca de Burgos, así como para promover la venta de tecnologías de seguridad.
En cuanto a Nuevo León, el congresista ha fungido como enlace entre el gobernador Samuel García y la facción más tradicional del Partido Demócrata en Washington… aunque sin mucho éxito.
Y es que, cabe señalar, que Cúellar goza de la cercanía y el respaldo del establishment demócrata, encabezado por la líder en la Cámara Baja, Nancy Pelosi.
A inicios de 2020, investigaciones periodísticas pusieron de relieve cómo el congresista ha utilizado su enorme capital político para destinar fondos multimillonarios a prisiones privadas, monitoreo con drones y mayor equipamiento de seguridad fronteriza. Una de las compañías favorecidas por Cuéllar lleva como nombre Perceptics, una antigua subsidiaria del titán armamentístico y aeroespacial Northrop Grumman, y proveedora de lectores de matrículas vehiculares en Canadá, Estados Unidos y México.
Sus evidentes conflictos de interés con el sector corporativo, así como sus políticas inusualmente conservadoras,
han propiciado el surgimiento de una nueva alternativa legislativa del Partido Demócrata en el distrito del sur de Texas, que actualmente representa Cuéllar.
Jessica Cisneros, una abogada migratoria de 28 años de edad, auto identificada como progresista y que por poco le gana en las internas de 2020, se enfrentará nuevamente a Cuéllar en las primarias del primero de marzo.
Y aunque Cisneros lidera la lista de donaciones independientes, el poderoso respaldo corporativo detrás de Cuéllar ya despliega todos su músculo para asegurar la continuidad legislativa de su invaluable operador político.
En un estado que se ha inclinado ligeramente a la izquierda en los últimos años, hogar de una enorme población hispana cuyo voto sigue siendo impredecible, Texas es el laboratorio político-electoral más importante de Estados Unidos. Una derrota de Cuéllar significaría un fuerte golpe a poderosos intereses privados en la región – no solo en Estados Unidos, sino también en el noreste mexicano. De ser así, el mapa político en Texas podría iniciar un giro de 180 grados.
Políticos y empresarios en ambos lados de la frontera seguramente seguirán la investigación contra Cuéllar, así como las elecciones del 1 de marzo, muy de cerca.