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¡Que alguien me explique!

El Capataz y La Porro

Dos nuevas posiciones acabaron de estrenarse en los últimos días en el círculo íntimo de Palacio Nacional: Son dos tareas ingratas, intimidatorias, de golpeteo, pero que alguien tiene que asumirlas como trabajo sucio en nombre del Presidente

Por Ramón Alberto Garza

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Dos nuevas posiciones acabaron de estrenarse en los últimos días en el círculo íntimo de Palacio Nacional.

Son dos tareas ingratas, intimidatorias, de golpeteo, pero que alguien tiene que asumirlas como trabajo sucio en nombre del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Una es la de Capataz del gobierno de la Cuarta Transformación. Es una encomienda que, como la de todo responsable de hacer que las cosas pasen, obliga a darles rienda a los caballos, a herrarlos, a darles de comer y a mostrarles el fuete cuando se rebelen para saltar lo que el patrón ordene.

La otra es la de Porro al Servicio de su Majestad. Es la consigna de el o la golpeadora a sueldo, que sale por encargo a descalificar con audios y videos a cualquiera que se rebele al script marcado por el Jefe de Jefes.

La primera posición, la de capataz, ya entró a ocuparla de lleno Adán Augusto López. Está claro que el Secretario de Gobernación se hará cargo de poner a cada “descarriado” en su corral.

En su estreno como ‘amo y señor del establo’ de Bucareli se le vio conciliador. Era una esperanza frente al estilo confrontador de su jefe, el Presidente. Pero eso ya es historia.

De súbito apareció el Adán Augusto fajador, el que se puso sin avisar los guantes para golpear a punta de mentiras a los gobernadores de Nuevo León, Jalisco, Chihuahua y Guanajuato. Todos, curiosamente, de Oposición.

Pero como al parecer no fue suficiente, días después se le volvió a ir a la yugular, ahora solo al neoleonés Samuel García, a quien linchó acusándolo de hipócrita, egoísta e incapaz, después de que días antes en la solución al conflicto del agua, en Monterrey, lo había colmado de elogios y aplausos.

Pero El Capataz no paró ahí y agarró parejo. Y en un evento, en su natal Tabasco, se lanzó a decir que los tabasqueños -los sureños- eran más inteligentes que los norteños. Y desató una guerra civil de sureños contra norteños.

“Nos dirán, pues, que Tabasco es un estado pequeño, 2 millones 400 mil habitantes. Los del norte dicen que no le aportamos gran cosa a la Federación porque para empezar no sabemos trabajar, que los esforzados y los trabajadores son ellos.

“Pero lo que no saben es que nosotros somos mucho más inteligentes que ellos y quienes se precian de ser inteligentes, pues hacen las cosas con menor esfuerzo, mejor y de mejor manera”.

¿Qué necesidad tenía El Capataz de clavar espuelas entre compatriotas mexicanos y, lo que es peor, burlarse de los norteños porque les cuesta más trabajo hacer lo que los sureños tienen por abundancia?

Este nuevo rol de Capataz viene a sumarse a la posición de Porro de la Cuarta Transformación que ya domina con maestría Layda Sansores.

Su primera tarea la ejecutó, cada martes, la gobernadora de Campeche, exhibiendo audios comprometedores grabados ilegalmente a su antecesor, el también campechano Alejandro “Alito” Moreno.

La intención de ese golpeteo de Layda Sansores contra el presidente del PRI era buscar ablandarlo para que se sentara con El Capataz a buscar que el tricolor diera los votos suficientes para sacar adelante la ampliación hasta 2028 de los militares en tareas de la Guardia Nacional.

Cada Martes del Jaguar, en su programa de televisión, la Porro de la 4T salía de la mano de Renato Sales, acólito del espionaje de Miguel Ángel Osorio Chong, quien esperaba que por sus servicios lo elevaran a presidente nacional del PRI. Falló la intentona golpista del Secretario de Gobernación de Enrique Peña Nieto jugando dobles de la mano con los morenistas.

Ahora, la nueva misión de la Porro de la 4T tiene como destinatario no a un opositor, sino a un morenista. Fuego amigo.

Se trata nada menos que, de Ricardo Monreal, el líder de la bancada de Morena en el Senado y ya oficialmente “corcholata” destapado por el presidente López Obrador como presidenciable para el 2024.

De inmediato, el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado acusó recibo y dijo que esas prácticas sólo debilitaban al partido, aceleran la fractura dentro de Morena y comprometen su triunfo en el 2024.

En su mañanera de ayer lunes, el presidente López Obrador salió a minimizar las amenazas de la Porro de la 4T e incluso elogió a Layda Sansores.

“No afecta políticamente, hasta puede beneficiar, sin duda, es de mal gusto, no debe de prevalecer eso. Es mi punto de vista, estimo muchísimo, muchísimo, la admiro, por ser luchona, a Layda Sansores, porque ha enfrentado de todo, me consta, represión, fraudes, es una mujer de lucha, con convicciones”.

Ninguna condena presidencial al espionaje ilegal, ni mención alguna para defender también al senador morenista Ricardo Monreal.

Tan cínico fue “el regalo” que la Porro de la 4T, quien ya había anunciado la suspensión de la transmisión del audio de Monreal, aseguró por la tarde que finalmente decidió que se transmitirá en el Martes del Jaguar, el mismo cadalso mediático donde buscaron someter al presidente del PRI.

Bonito país México, en donde el jefe de la Nación no solo no sale a reprimir el espionaje ilegal, sino que elogia a quien se presta a cometer la ilegalidad.

La única explicación posible es que El Capataz y La Porro lo hacen bajo las órdenes presidenciales. No hay de otra.

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