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26 de enero 2018

¡Que alguien me explique!

De don Fernando a Osorio Chong

La remembranza del secretario de Gobernación de Carlos Salinas, viene a cuento para responder una pregunta: ¿Alguien sabe algo de Miguel Angel Osorio Chong?

Por Ramón Alberto Garza

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Cuando Carlos Salinas de Gortari integró su gabinete a finales de 1988, eligió a un “ajeno” para sentarse en la silla de la secretaría de Gobernación: Fernando Gutiérrez Barrios.

El veracruzano, eterno hombre fuerte de Luis Echeverría, fue llevado a Bucareli para apaciguar la intranquilidad política que desató el cisma priista de Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo. Solo un echeverrista podría someter a otros echeverristas.

Pero Salinas le impuso una condición a Gutiérrez Barrios.

Que no usaría su poderosa posición para buscar la candidatura presidencial del PRI en 1994.

Hasta finales de 1992, Gutiérrez Barrios cumplió mas o menos el pacto. Pero conforme se perfilaba que el candidato sería Luis Donaldo Colosio, el político veracruzano comenzó a acariciar el sueño de ser el abanderado presidencial impulsado por la vieja clase política priista.

Salinas frenó esas ambiciones, cuando en los primeros días de enero de 1993 Gutiérrez Barrios, a quien por cierto se le vinculaba en extrañas relaciones con el Cártel de Tijuana, fue relevado de la secretaría de Gobernación. En su lugar entró el chiapaneco Patrocinio González Garrido- Canabal.

Y coincidencia o no, mientras don Fernando despachó en Bucareli el gobierno de Salinas vivió sus mejores días. Expulsado el veracruzano del gabinete, comenzaron las pesadillas.

A los cuatro meses de su salida, en mayo de 1993, asesinaron en Guadalajara al cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.

La versión “oficial” dice que los del Cártel de Tijuana “lo confundieron” con Joaquín “El Chapo” Guzmán.

En noviembre del mismo año vino la rebelión de los viejos políticos, que vieron en la candidatura de Colosio una disfrazada reelección.

Para la madrugada del año nuevo de 1994, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional irrumpía en Chiapas, la tierra del sucesor de don Fernando, para desestabilizar al régimen salinista. Por primera vez desde la Revolución de 1910 un grupo rebelde le declaraba la guerra al Ejército mexicano.

Curiosidad o no, don Fernando era el custodio histórico de que las guerrillas latinoamericanas, desde la cubana hasta las sudamericanas, se mantuvieran lejos del territorio mexicano. De súbito, el pacto se fracturó.

Y el quiebre final vino cuando en la Tijuana de los Arellano Félix fue asesinado Luis Donaldo Colosio.

El círculo de la rebeldía y la desestabilización se cerró en septiembre de 1994, a solo dos meses de concluir el sexenio salinista, con el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu, el excuñado del presidente perfilado para ser el secretario de Gobernación en el gobierno de Ernesto Zedillo.

El mensaje de la vieja clase política priista a Salinas era claro. Manos fuera. Y el gobierno de Zedillo acabó confrontado con su antecesor, llevando a la cárcel a su hermano Raúl y obligando a Salinas a vivir en el exilio en Dublín.

Viene esta larga remembranza a cuento, para intentar responder una pregunta: ¿Alguien sabe algo de Miguel Angel Osorio Chong?

¿Saben que está haciendo el hidalguense desde ese día de enero, en que como don Fernando, fue obligado a mudarse de Bucareli? ¿Estará ocupado en Hidalgo, Chihuahua, Nayarit o Macuspana?

Dicen que la historia suele repetirse. Y quizás estemos una vez más ante uno de esos episodios en el que el hombre de todas las confianzas acaba por ser el hombre de todas las desconfianzas. Esperaremos el desenlace.

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