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26 de septiembre 2017

Internacional

¿Quién nos metió en esta guerra?

¿Quién nos metió en esta guerra? El riesgo de un conflicto nuclear nunca había sido tan alto desde la crisis de los misiles de Cuba. La tensión crece entre Estados Unidos y Corea del Norte, y México está en medio

Por Rodrigo Carbajal

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El Ministro de Exteriores de Corea del Norte dijo que las declaraciones del Presidente Trump son una declaración de guerra.

México se encuentra en medio del conflicto geopolítico de mayor riesgo desde la Crisis de los Misiles de Cuba.

La decisión del canciller Luis Videgaray de expulsar al embajador norcoreano expone al país a un impasse nuclear marcado por la incertidumbre.

Esta vez no estamos lidiando con Kennedy y Kruschov: Dos jefes de Estado fríos y calculadores.  Ahora lidiamos con Donald Trump y Kim Jong-Un… no necesitamos decir más.

Se trata de dos figuras de naturaleza impulsiva que están cada vez más presionadas por las condiciones políticas nacionales e internacionales.

Kim Jong-Un es un dictador cuya credibilidad política depende de su antagonismo frente a Corea del Sur y frente a Estados Unidos.

Ha acumulado un poderío nuclear de proporciones apocalípticas.

Y sus ensayos balísticos muestran que el régimen de Pyongyang ha estado dispuesto a hacérselo saber al resto del mundo:

China y Rusia, las dos potencias antagónicas de Estados Unidos, se han mostrado renuentes a imponer sanciones radicales para contener a Corea del Norte.

China no ha mostrado ninguna señal de cooperación significativa. Al contrario, al interior de la Casa Blanca se habla de que “Estados Unidos” se encuentra en una guerra económica con China”.

Rusia tampoco ha accedido a jugar un rol de mediación. Vladimir Putin aún es visto como un enemigo del establishment y cualquier cooperación con Rusia sería tóxica para la administración Trump, que enfrenta acusaciones de colusión con el gobierno de Putin.

Donald Trump no sólo ha mostrado ser irracional, también ser extremadamente impopular. Cuenta con un nivel de aprobación de 35 por ciento, el más bajo para un presidente en su primer año.

Además, la investigación independiente en la que el fiscal Robert Muller está cada vez más cerca de desmantelar la naturaleza de la relación de la Casa Blanca con el gobierno ruso, lo tiene muy presionado.

En ese sentido, el conflicto nuclear con Corea del Norte podría ser la última salida del presidente Trump para evitar un potencial juicio de impeachment por su presunta colusión con Rusia.

La tradición política estadounidense sugiere que un presidente de guerra es un presidente fortalecido.

Y en medio de todo eso estamos nosotros…

México ha focalizado su política exterior hacia su relación con Estados Unidos.

Se trata de una relación marcada por el contacto del canciller Luis Videgaray con Jared Kushner y por la importancia que tiene para las élites mexicanas mantener el status quo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

El activismo de Videgaray en la situación en Venezuela, el recibimiento del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu en una visita de Estado y la expulsión del embajador norcoreano se ajustan a los intereses de la administración de Trump.

Esto ha puesto a México en la línea de fuego del conflicto con Corea del Norte.

Probablemente, ésa es la decisión de política exterior más visceral en los últimos años.

El canciller no ha aclarado que obtendrá México a cambio de poner su seguridad en riesgo.

Parafraseando un clásico adagio de la cultura popular mexicana, podría decirse que la situación es nuclear, canciller, nuclear.

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