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4 de octubre 2024

25 de mayo 2017

¡Que alguien me explique!

Cifras y elecciones

A 10 días de las elecciones en tres estados, es difícil pedirle a los votantes un acto de fe en el crecimiento del PIB o en el récord de inversión extranjera

Por Ramón Alberto Garza

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Tres cifras se reportaron esta semana desde el gobierno federal buscando elevar el ánimo nacional y enviar la señal de que a pesar de lo que se sienta, vamos bien. Dos son buenas y una es mala.

La primera buena es que el crecimiento económico para el primer trimestre 2017 es de 2.8 por ciento, superior a lo que se esperaba.

Eso motivó a que Hacienda y el Banco de México elevaran su pronóstico de crecimiento para este año y lo situara entre el 1.5 y el 2.5 por ciento.

La segunda cifra buena es la que anunció el presidente Enrique Peña Nieto y que tiene que ver con el récord de inversión extranjera: 7 mil 945 millones de dólares en los primeros tres meses de este año.

Y ya sumados los cuatro años de su gobierno, la inversión extranjera acumula 144 mil millones de dólares, un 52 por ciento mas que en el mismo período del gobierno anterior.

Hasta aquí las dos cifras muy positivas, nada despreciables y que demuestran que, a pesar de todo –aún con Donald Trump de por medio-, México se mueve.

Pero la tercera cifra viene a desentonar en el concierto, cuando se da a conocer que la inflación en lo que va del año acumula un 6.17 por ciento de incremento.

Este es el aumento de precios al consumidor mas alto de los últimos ocho años, algo que no se veía desde la mitad del gobierno de Felipe Calderón en el 2009.

Y aquí es donde viene el rompecabezas. Cómo conciliar la economía con la política. Cómo empatar los buenos y malos números con el ánimo nacional, con el bienestar o con el malestar social.

Nadie puede menospreciar la mejora en el crecimiento del PIB, como tampoco se puede ignorar el crecimiento de la inversión extranjera bajo condiciones que se antojarían adversas.

Pero esas cifras, si se mantienen, impactarán en el consumidor en uno o dos años, cuando se vean los efectos de ese crecimiento y de esa inversión.

Lo que sí sienten en el bolsillo de Juan Pueblo es la inflación que va a la alza y vuelve a los tiempos olvidados de la crisis 2009.

Entre el incremento a gasolinas y la devaluación del peso, los precios se encarecen a un ritmo mas elevado que los magros aumentos salariales. Y eso no solo lo entiende, sino también lo resiente y lo maldice, el ciudadano común y corriente.

A 10 días de las elecciones en Estado de México, Coahuila y Nayarit, es difícil pedirle a los votantes un acto de fe en el crecimiento del PIB o en el récord de inversión extranjera, cuando lo que pagan por comida, vestido o casa se les encarecen.

Cuando Felipe Calderón enfrentó en 2009 las elecciones de mitad de sexenio, la debacle para su partido fue brutal.

La mezcla carestía y crisis de seguridad hundieron al PAN a un dramático tercer lugar en las preferencias, por debajo del PRI y del PRD.

¿Cómo impactarán las cifras anunciadas en la urnas el próximo 4 de junio? ¿Los votantes acudirán felices al saber que el PIB y la inversión extranjera se elevaron, o desilusionados de que lo que ganan hoy compra mucho menos que hace tres meses?

Eso es lo que tienen que analizar aquellos que todavía reconocen que, a la hora de la verdad, como decía Bill Clinton… Es la economía, estúpidos!!!

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