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14 de enero 2020

¡Que alguien me explique!

Y el cerdo eres tú….

Muy caro le está saliendo a Morena y al gobierno de la 4T el capricho de sentar en la silla del gobierno de Baja California a Jaime Bonilla Valdés.

Por Ramón Alberto Garza

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Muy caro le está saliendo a Morena y al gobierno de la Cuarta Transformación el capricho de sentar en la silla del gobierno de Baja California a Jaime Bonilla Valdés.

El controvertido político morenista abre un frente por semana, que lo exhibe como un tonto útil que solo sirve a los intereses de los casineros y los aduaneros que lo llevaron y lo sostienen en el poder.

Solo para recordar. Su primera pifia fue la de salir a comprar el voto de los diputados locales de oposición para aprobar la llamada Ley Bonilla, que le ampliaba de dos a cinco años su mandato, sin pasar por las urnas. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ya rechazó la intentona anticonstitucional, que está pendiente de recibir sentencia en la Suprema Corte.

Vino al mismo tiempo la traición abierta a Olga Sánchez Cordero, a quien el día de su toma de posesión exhibió como comparsa de la ilegal ampliación de su período. Solo mostró con quién están sus lealtades.

Bonilla buscaba debilitar a la Secretaria de Gobernación, porque su compadre, padrino y mecenas, Ricardo Peralta, intenta afanosamente, con complicidades inconfesables, brincar de la subsecretaría de Gobernación a ser el jefe supremo de Bucareli.

Vino después la exhibida de cuatro funcionarios del primer nivel de su apenas estrenado gobierno, quienes fueron balconeados en grabaciones pidiendo moches a proveedores del gobierno estatal. Creyó que con separarlos de sus cargos acabaría el escándalo y solo empañó el mantra anti-corrupción profesado por el presidente López Obrador.

No salía de esa, cuando se aventó la puntada de promover impuestos estatales en gasolinas, gas, hospedajes, casas de empeño, arribos aéreos y plataformas digitales. Eso a contracorriente de las promesas de Palacio Nacional de que no se aceptarían nuevos aumentos de impuestos. Se pasó la iniciativa presidencial por el arco del triunfo.

Y cuando los empresarios de Baja California salieron a protestar por la unilateral decisión, sin consenso alguno, lo mejor que se le ocurrió al “simpático” de Bonilla fue insultarlos en público.

Lo menos que les dijo fue que chillaban como puercos atorados en un cerco. Y los acusó de ser evasores de impuestos.

El gobernador Bonilla acusó a los empresarios de su entidad de hacerse millonarios a costa del pueblo y desconoció a la Coparmex.

El controvertido gobernador dijo que esa cúpula empresarial no representa nada en la comunidad, solo a unos empresarios que se oponen a todo.

Y toda esa lista de absurdos, ilegalidades, corruptelas de su gabinete, insultos a empresarios y políticas diametralmente opuestas a lo que profesa la Cuarta Transformación, es apenas a dos meses de asumir el poder. Ya se imaginarán lo que vendrá en los meses que faltan.

Lo curioso es que ni Yeidckol Polevnsky, la cada día más débil líder de Morena, ni el presidente Andrés Manuel López Obrador, parecen intranquilos con los prepotentes dislates de Bonilla.

Quizás nadie puede ponerlo en su sitio, porque al final del día el gobernador Bonilla está cuidando los intereses de casineros y jefes aduanales que lo llevaron a esa silla de poder.

Y aquí sucede lo que con el famoso canto de “El Violador eres Tú”. El que está violentando el Estado de Derecho, el que ilegalmente se brinca las trancas, auspicia funcionarios cobra-moches y se burla del presidente y de la Constitución, es Bonilla.

Así que utilizando su mismo lenguaje, aquel de que sus detractores “chillan como cerdos atorados”, lo mejor que se le puede replicar al gobernador bajacaliforniano es cantarle…”Y el cerdo eres tú”.

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