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30 de noviembre 2018

Comunidad

Centennials, ‘la generación con esteroides’

Por practicidad hemos englobado a los jóvenes en una sola generación; sin embargo, entre 1996 y el 2010 llegó la Gen Z integrada por expertos en redes sociales, activismo y diversidad sexual

Por Isabel Torres

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Ellos nacieron entre 1996 y 2010 y forman parte de una nueva generación. Son los Centennials, sucesores de los Millennials y son los adultos que influirán el futuro próximo.

De acuerdo a Women’s Wear Daily, la conocida también como Generación Z tiene “el peso de salvar al mundo y de arreglar nuestros errores pasados ​​en sus pequeños hombros”, mientras que Lucie Greene, directora global de  JWTIntelligence los llama “la generación del milenio con esteroides”.

Con estas constantes y aceleradas revoluciones sociales y tecnológicas, un joven nacido en los últimos 20 años habita un mundo diametralmente opuesto y diferente al que le tocó vivir a otro nacido en los ochenta.

Desde que nacieron, los de la Gen Z han tenido que mantenerse alertas, pues desde muy chicos han sido testigos de la guerra contra el terrorismo y de la Gran Recesión de Estados Unidos.

Y su crecimiento va muy de la mano de la tecnología, pues su vida está ligada 100 por ciento a los smartphones y las redes sociales. De hecho, muchos de ellos han entablado sus relaciones más cercanas con Tumblr, Instagram y Facebook.

Datos de análisis de encuestas revelan que los Centennials es una generación mejor comportada, más confiada, con mentalidad social o activista, comprometida con el deber político y menos materialista.

Ligados a la tecnología

Pero a diferencia de los Millennials, dicen expertos en tendencias, los Centennials cuidan más su privacidad, de ahí que ellos le dieron buena acogida a redes sociales anónimas como Secret o Snapchat, ésta última avisa al usuario quién guarda alguna de sus imágenes.

Son totalmente digitales, ellos pueden crear simultáneamente un documento, editarlo, publicar una foto en Instagram y hablar por teléfono, todo desde su móvil inteligente.

Y aunque siguen utilizando Facebook, ellos prefieren las otras redes sociales, como Twitter y las ya mencionadas Instagram y, en su momento, Snapchat.

Toman la información de forma instantánea e igual de rápido pierden el interés en ella.

Por lo tanto, los creadores de publicidad en redes deben tener muy presente al hacer sus anuncios que deben transmitir la idea en muy pocas palabras y en videos que, de preferencia, no duren ni un minuto.

Aunque también es probable que la Gen Z confíe en la información simplemente porque está en Internet. Antes de tomar cualquier decisión investigan muy bien todo lo que leen en la web.

Aún así, los Centennials están sobreexpuestos a lo digital. Un estudio elaborado en el Reino Unido determinó que los niños de 16 a 24 años de edad están expuestos a más de 13 horas diarias de contenido de medios y un tercio de ese tiempo se debe a que se comunican en línea.

Esto, más el acoso que puedan vivir en redes sociales, aseguran los especialistas, podría provocarles ansiedad y depresión.

Y es que estudios en adolescentes y adultos jóvenes arrojan que ellos usan medios de comunicación 22 horas a la semana, mientras que los Millennials dedican 15 y 10 los Baby Boomers.

Sin embargo, la Gen Z solo gasta 29 por ciento de su tiempo de audio escuchando radio o televisión en vivo, pues prefieren más los servicios bajo demanda.

Sexo Z

Para los Centennials el matrimonio entre personas del mismo sexo dejó de ser un tema político controvertido para convertirse en un derecho constitucional que debería ser reconocido legalmente.

Y es que de acuerdo a una investigación de Ipsos Mori realizada con jóvenes de entre 16 y 22 años de edad, el 66 por ciento se identifica como exclusivamente heterosexual, hasta ahora la cifra más baja que se haya reconocido (Millennials 71 por ciento, Generación X 85 por ciento).

Por lo tanto, estos jóvenes usan el lenguaje no sexista, cuestionan el binarismo de género, son sexualmente fluidos y variados, tienen un contacto mucho mayor con personas que no se identifican como un solo género, poseen una conciencia feminista y sienten la necesidad de moverse en contextos de igualdad.

Y esto influye en sus compras, si es que las hacen, pues se ha encontrado que los Centennials son menos propensos a querer ropa, zapatos, perfumes o artículos deportivos.

Pero si se animan a ir de compras, la Generación Z está menos interesada en productos dirigidos a un solo género que los Millennials. Por lo tanto, las marcas de ropa y de zapatos han tenido que lanzar prendas unisex.


Y volviendo a la actividad sexual en sí, el ‘sexting’ fue el movimiento característico de la Gen Z, pues no estaba tan disponible para las generaciones anteriores de los jóvenes.

Y de salud ¿cómo andan?

Un informe de Ipsos MORI Thinks revela que con los Centennials el sobrepeso y la obesidad infantil no empeoran mucho, pero tampoco mejora, porque más que un asunto generacional se trata de un tema socioeconómico.

Lo que sí está funcionando en Europa son las campañas contra el azúcar, pues en 32 países se redujo entre 2002 y 2015 el consumo diario de refrescos en adolescentes y diversas marcas de golosinas relanzaron sus productos con menos glucosa.

Aunque aún les falta motivación para activarse físicamente, pues debido a la accesibilidad social a través de las redes, ellos prefieren interactuar en línea que salir a su comunidad.

Familia, trabajo y confianza

La visión colectiva de los jóvenes de la Generación Z ha sido fuertemente influida por sus padres, la Generación X que intenta darle a sus hijos la infancia segura que ellos nunca tuvieron, explica el economista Neil Howe.

“Usted ve los blogs de mamás de Generation X-ers, y la seguridad es una gran preocupación: las copas de acero inoxidable que no contienen BPA, los carros para bebés de impacto lateral, la preparación casera de los alimentos para bebés”, dice el también director de Saeculum Research, una consultora de tendencias sociales.

De hecho, una encuesta de comportamiento arriesgado realizada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos reflejó que los jóvenes Centennials beben, fuman y consumen menos drogas que sus antecesores los Millennials, pero al parecer esto no tiene nada que ver con que le preocupen los riesgos.

Datos de Omnibus de Young People muestran que están mucho menos preocupados por todo tipo de comportamiento, como las relaciones sexuales sin protección o andar solo por la noche en zonas extrañas.

También se ha comprobado que los jóvenes de la Gen Z tienen menos probabilidades de cometer un crimen o meterse en peleas. En Alemania, el número de arrestos de niños de 12 a 16 años se redujo en un 40 por ciento entre 2006 y 2015. Y en Estados Unidos, las peleas físicas en las escuelas secundarias son menos comunes que cuando los Millennials estaban en la escuela en 1999.

Pero además, ese sigilo en redes sociales sobre su vida privada tiene que ver mucho con no querer arriesgar o manchar su imagen y que más tarde les afecte en su vida profesional, esa que muchos sueñan construirla con un negocio propio, como los tantos que han surgido casi instantáneamente a través de las redes sociales.

Y no sobra decir que muchos de ellos no creen que sus vidas serán mejores que las de los Millennials, de hecho la proporción de jóvenes Z que trabaja los sábados se ha reducido a la mitad desde 1997.

La Gen Z es más cercana a mamá y papá, un estudio determinó que el 66 por ciento de los niños de secundaria del Reino Unido hablan con ellos al menos una vez a la semana sobre temas que les interesan. Y está clara la tendencia de que pueden quedarse viviendo con sus padres, o uno de ellos, hasta muy pasada la mayoría de edad.

Esta es la Generación Z, una tribu que ha roto con el nacionalismo, con las identidades políticas, son menos racistas y más colaborativos. Son los Centennials, esos jóvenes eruditos en tecnología y en las decenas de identidades y orientaciones sexuales posibles.

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