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18 de diciembre 2018

Política

El caso NAIM en NY: México contra los fondos buitre

Carlos Slim y David Martínez habrían tomado el control del grupo de tenedores de bonos del NAIM que está negociando con el gobierno mexicano. El aeropuerto de Texcoco sigue vivo por el hecho de que México jamás ha ganado un juicio de reestructuración de deuda en la Corte del Distrito Sur de Nueva York

Por Rodrigo Carbajal

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Hay una razón por la que el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México sigue vivo: el gobierno mexicano nunca ha ganado un juicio de reestructuración de deuda en la Corte del Distrito Sur de Nueva York.

Existen tres posibles desenlaces en la trama de los bonos del NAIM:

Renegociación de deuda

Que el gobierno llegue a un acuerdo con los tenedores de deuda para adquirir el 30 por ciento de los bonos emitidos y pagar 1,800 millones de dólares a los inversionistas. Sin contar intereses, esta oferta de la Secretaría de Hacienda no contempla un peso más ni un peso menos de lo que los inversores privados metieron al proyecto.

Seguir con el NAIM

Que el Presidente Andrés Manuel López Obrador tome la decisión de seguir con el aeropuerto de Texcoco. Si el gobierno ordena parar las obras, cambiar el título de concesión o dejar de pagar lo estipulado en el cronograma del contrato original, los tenedores estarían en todo su derecho de demandar al gobierno mexicano ante la Corte del Distrito Sur de Nueva York.

El juicio en Nueva York

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador enfrentaría a un grupo de inversionistas con fuertes conexiones políticas en Estados Unidos.

Entre los principales tenedores de deuda del NAIM se encuentran firmas como Blackrock, la empresa de administración de activos más importante del mundo; Vanguard, una firma que maneja 5.1 billones de dólares, y PIMCO, la mayor tenedora de bonos en Wall Street.

¿Y quién representa a este grupo en la negociación con el gobierno mexicano? El banco de inversión Houlihan Lokey, cuyo Presidente ha estado vinculado con el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.

El historial de México en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, el precedente de la reestructuración de deuda argentina con los fondos buitre y la ventaja política de los tenedores de deuda hacen casi imposible que el gobierno de López Obrador pueda conseguir un fallo favorable si la trama de los bonos del NAIM termina en litigio.

El Grupo Ad Hoc, que son los tenedores de deuda representados por el banco Houlihan Lokey y el despacho Hogan Lovells, han rechazado las dos ofertas de reestructuración que la Secretaría de Hacienda ha puesto sobre la mesa.

¿Por qué? Porque no tienen razones para aceptar menos. De acuerdo  a Eric Ollom, jefe de estrategia de renta fija de mercados emergentes en el banco Citi, la Secretaría de Hacienda ofreció un buen acuerdo que tomaba en consideración las principales preocupaciones de los tenedores de deuda.

Si no se aceptó es porque las posibilidades del litigio son mucho mejores. En el caso de Argentina contra los fondos buitre, el gobierno tenía un acuerdo listo con el 93 por ciento de los tenedores de deuda.

Sin embargo, una minoría de fondos buitre que incluyó a prominentes donantes del Partido Republicano se negaron a aceptar las condiciones de reestructuración. Cabildearon y litigaron durante años, secuestraron la negociación y al final obtuvieron un fallo favorable que les garantizó un rendimiento de 1,180 por ciento sobre su inversión inicial.

La lección es clara para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador: ir a la Corte del Distrito Sur de Nueva York no es opción.

Y si alguien cree que la trama de los bonos del NAIM no podía complicarse más, que vea lo que publicó esta semana el diario El Financiero: Carlos Slim y David Martínez están listos para tomar el control del grupo negociador de tenedores de deuda porque creen que el enfoque actual no ha sido lo suficientemente agresivo.

Slim es el mayor contratista del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Ganó licitaciones en todas las etapas: financiamiento, diseño, construcción y administración. Se podría decir que todo el proyecto de Texcoco es territorio Telcel.

En cuanto a David Martínez, estamos hablando de otro de los grandes contratistas del NAIM.  No sólo es el mayor tenedor de acciones de ICA, que necesita del aeropuerto para sobrevivir; sino que es el socio fundador de Fintech, uno de los mejores despachos de reestructuración de deuda soberana en el mundo.

Es decir, su negocio es el de los fondos buitre. David Martínez ha participado en prácticamente todas las renegociaciones de deuda soberana de los últimos treinta años: Rusia, México, Argentina, Grecia, etcétera.

Es impensable que David Martínez no esté operando en la trama de los bonos del NAIM.

Estos son los intereses que enfrenta el gobierno de la Cuarta Transformación.  El juego sigue abierto y el aeropuerto sigue vivo.

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