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6 de agosto 2018

Política

Carlos Slim: siempre cerca del poder

Carlos Slim ha construido un imperio empresarial a partir de sus relaciones políticas. Ahora está cerca de AMLO como lo estuvo de Peña, Calderón, Fox y Salinas

Por Rodrigo Carbajal

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“Un ejemplo en México y el mundo”, así describe Andrés Manuel López Obrador a Carlos Slim. Las palabras del virtual presidente electo, pronunciadas durante un evento del Colegio de Ingenieros Civiles de México que tuvo lugar en el Palacio de Minería, fueron el preámbulo de una ovación para quien construyó un imperio empresarial a partir de la concesión de Telmex.

Arnaldo Córdova, el reconocido intelectual de izquierda, difícilmente estaría de acuerdo con lo dicho por López Obrador. En un artículo para la edición de junio de 1997 de la revista Nexos, escribió: “Carlos Slim, el comprador de Telmex, me dijo en una ocasión que él y sus socios tuvieron que pagar 9 mil millones de dólares a pesar de que el valor de Telmex era, en términos reales, menos de la mitad de esa suma”.

Esta operación sentaría el precedente del estilo empresarial de Carlos Slim. Su éxito difícilmente podría explicarse sin su cercanía con el poder.

Slim es el único miembro del Top Ten de la lista de multimillonarios de Forbes cuya fortuna deriva en mayor medida de una concesión gubernamental.

El hombre más rico de México, con un activos netos valuados en 62.8 mil millones de dólares (de acuerdo a Bloomberg), abarca prácticamente todos los espacios de la economía mexicana: telecomunicaciones, minería, bancos, energía, comercio, construcción, infraestructura, etc.

Esta ubicuidad se explica en gran medida por las relaciones que Slim ha construido con los gobiernos en turno. Así como hoy aparece junto con López Obrador, Slim fue en muchas ocasiones el invitado de honor de Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón y Vicente Fox; por nombrar a los presidentes de la época de la alternancia democrática.

Esto derivó en un trato preferencial de parte de las agencias regulatorias del Estado o en condiciones favorables en una larga lista de licitaciones públicas.

Durante los gobiernos del PAN, la influencia de Slim se volvió palpable en la Comisión Federal de Telecomunicaciones, que en el último tramo del sexenio de Felipe Calderón estuvo presidida por Mony de Swaan. A pesar de que el Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) demandó a Telmex por prácticas monopólicas en más de una ocasión, la política de telecomunicaciones del gobierno mexicano se mantuvo intacta hasta que se aprobó la reforma del sector en la administración de Enrique Peña Nieto.

Eso no necesariamente significó una ofensiva gubernamental en contra de Carlos Slim. Grupo Carso se volvió uno de los grandes contratistas del sexenio. Una muestro de ello es que su yerno, Fernando Romero, obtuvo junto con el arquitecto

Norman Foster, el proyecto ejecutivo para diseñar el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM), una obra de alrededor de 13 mil millones de dólares. Grupo Carso será el encargado de construir la Pista 3 del NAIM. Asimismo, FCC, la constructora española que controla Slim, es también una de las contratistas de la construcción del edificio terminal del aeropuerto.

AMLO y su potencial secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, insisten en que el futuro del NAIM es incierto: puede concesionarse en su totalidad a un privado, como sugiere Carlos Slim; puede mantenerse el status quo o puede cancelarse completamente.

Es en este contexto en el que Slim plantea una “solución” para el gobierno de López Obrador: concesionar el NAIM y sustituir los materiales importados por materiales nacionales para obtener un ahorro de hasta mil millones de dólares.

En el evento del Colegio de Ingenieros Civiles de México, López Obrador compartió presídium con Carlos Slim, un empresario que tuvo un papel determinante durante su gestión como Alcalde de la Ciudad de México.

La imagen de Slim en el espacio cercano de los protagonistas del sistema político mexicano no es nueva.

Para muchos, Slim es la versión más representativa del empresario mexicano que logró entrar a la lista de multimillonarios de Forbes gracias a sus conexiones gubernamentales. Una pieza del diario The New York Times de febrero de 1996 cita a un alto oficial del gobierno de Ernesto Zedillo haciendo referencia a Slim y a otros beneficiarios de la privatizaciones del sexenio de Carlos Salinas: “Es alguien que se hizo rico a expensas de los contribuyentes mexicanos”.

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