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3 de mayo 2024

10 de noviembre 2022

Internacional

Biden-DeSantis: Destino Americano

Las elecciones intermedias ponen de relieve que el futuro político de Estados Unidos lleva los apellidos Biden y DeSantis

Por Rodrigo Carbajal

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Las elecciones intermedias de Estados Unidos pueden resumirse en dos historias: la operación del presidente demócrata Joe Biden para contener lo que se veía como una ola de victorias del Partido Republicano y el ascenso de Ron DeSantis, el reelecto gobernador de Florida, como el gran ganador de la derecha estadounidense y serio contendiente de Donald Trump en la primaria republicana de 2024.

Washington todavía no tiene una imagen clara de quién resultará el verdadero ganador de las elecciones intermedias. Los votos siguen contándose en carreras clave que definirán gubernaturas importantes, como la de Arizona, con la candidata de la derecha populista, Kari Lake, que ha prometido declarar una invasión en la frontera para justificar el envío de agentes estatales a México.

El control del Senado prácticamente se definirá en la contienda de tres estados: Nevada, Arizona y Georgia, que de acuerdo al consenso de proyecciones tendrá que recurrir a una contienda extraordinaria. Se espera que los demócratas ganen Arizona y que los republicanos ganen Nevada por diferencias de menos de un punto porcentual.

Con estos resultados, la elección extraordinaria de Georgia definiría el control de la cámara alta. Un triunfo demócrata en el estado implicará una división del Senado de 50 senadores por partido. El voto de desempate de la Vicepresidencia aseguraría la mayoría para el Partido Demócrata.

El escenario base del Departamento de Análisis de The New York Times estipula que el Partido Republicano retomará el control de la Cámara de Representantes.

Sin embargo, con base en los resultados disponibles, el consenso de estimaciones proyecta que Joe Biden perderá menos asientos en la Cámara de Representantes que Barack Obama y Bill Clinton, sus antecesores demócratas.

Considerando las expectativas previas a la elección, un contexto de alta inflación y el bajo nivel de aprobación de Biden, esto representa una victoria política para los demócratas. El partido en el poder resistió con base en una fuerte motivación para defender el derecho a la interrupción del embarazo y la defensa del sistema electoral.

El presidente Biden declaró que la elección del 8 de noviembre fue “un buen día para la democracia” y adelantó que tomará una decisión en los primeros meses del 2023 sobre su probable campaña de reelección.

El gran perdedor de la noche es el ex presidente Donald Trump, considerando que los candidatos impulsados por su estructura política y financiera no cumplieron las expectativas de una “ola roja” para el Partido Republicano.

Los candidatos que tomaron el discurso trumpiano de fraude electoral y guerra cultural tuvieron un desempeño peor a lo esperado. Este fenómeno se ha vuelto evidente en la derrota de Mehmet Oz en la carrera senatorial de Pensilvania y en la derrota de Joe Mastriano en la elección a la gubernatura de ese estado. Ambos fueron financiados y asesorados por la estructura política y por la red de donantes de Donald Trump.

La incertidumbre sobre la campaña al Senado de Herschel Walker en Georgia, de Kari Lake en Arizona y del candidato a  senador también en Arizona, Blake Masters, ponen en duda la efectividad del ‘endorsement’ político de Trump.

Esto contrasta con el aplastante triunfo de Ron DeSantis, un político de centro derecha que ha tomado distancia del ala populista del partido. El gobernador de Florida ganó la reelección por un margen de 20 puntos, un fenómeno poco usual en la política contemporánea estadounidense, particularmente en los estados péndulo.

DeSantis se ha posicionado como un serio contendiente a la nominación presidencial del Partido Republicano en 2024. Esto anticipa una fuerte disputa política en las elecciones primarias de la derecha estadounidense.

Dos días antes de la elección primaria, Ken Griffin, el influyente CEO del fondo de cobertura Citadel, declaró en una entrevista para Politico que financiaría un proyecto presidencial de Ron DeSantis. Se trata del tercer mayor donante de este ciclo electoral.

En ese sentido, Ron DeSantis se ha convertido en el nuevo blanco político de Donald Trump, quien sugirió tener información comprometedora sobre el gobernador de Florida.

El adagio en Washington es que DeSantis transformó Florida de un estado morado a un estado rojo.

Las elecciones intermedias ponen de relieve que el futuro político de Estados Unidos lleva los apellidos Biden y DeSantis.

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