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¡Que alguien me explique!

Beisbol, sí… Transparencia, no

¿Será que para el manager de la 4T es más trascendente la afición que tiene por el deporte, que entregarle al pueblo cuentas claras, transparentes, que alejen el fantasma de la corrupción que tanto prometió combatir?

Por Ramón Alberto Garza

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Strike One: Mil doscientos millones de pesos es el presupuesto que el gobierno de la Cuarta Transformación destinó a la compra o rehabilitación de tres estadios de beisbol en Sonora y en Chiapas.

Strike Two: La cifra es 50 por ciento superior que todo el presupuesto de 877 millones de pesos proyectado en 2021 para el Instituto Nacional de Acceso a la Información.

Ponchado: Pero el presidente Andrés Manuel López Obrador intenta desparecer el organismo responsable de transparentar la información pública, con el pretexto de que es muy costoso. Que es urgente una mayor austeridad dentro de su gobierno.

Mas allá de que el inquilino de Palacio Nacional pueda o no desparecer legalmente un organismo público -que no depende del Poder Ejecutivo- los ciudadanos no alcanzan a comprender cómo el beisbol, en solo tres parques, es más importante que darle al ciudadano acceso abierto y transparente a la información.

¿Será que para el manager de la 4T es más trascendente la afición que tiene por el deporte, que entregarle al pueblo cuentas claras, transparentes, que alejen el fantasma de la corrupción que tanto prometió combatir?

La historia de los mil 200 millones de pesos destinados a estadios de beisbol se inició el 30 de diciembre de 2019, cuando Banobras compró por 475 millones 691 mil pesos el Estadio de Beisbol Héctor Espino, en Hermosillo, Sonora.

A esta adquisición se sumó otra más, la del Estadio de Beisbol Tomás Oroz Gaytán, en Ciudad Obregón, por el que el gobierno desembolsó 582 millones de pesos.

A esas compras se sumaron 58 millones de pesos adicionales que destinó la Secretaría de Desarrollo Agrario y Territorial para habilitar otro estadio de beisbol en Sonora, lo que la inversión total por los tres estadios alcanzó los mil 115 millones de pesos.

A ese monto hay que agregar un nuevo contrato otorgado el pasado lunes 11 de enero para renovar el estadio de beisbol Guacamayas de Palenque.

El fundador y directivo de este parque es Pío López Obrador, el hermano del presidente, quien por cierto está pendiente de transparentar el destino del efectivo que un funcionario de la 4T, David León, le entregara en una cafetería y que de acuerdo a un video circulado en redes sociales fue destinado a campañas electorales de Morena.

Jugada de Sacrificio: La obra de rehabilitación del parque Guacamayas de Palenque le fue otorgada a la empresa Alz Construcciones S.A. de C.V. en una segunda ronda, porque en la primera fueron descalificados los 26 postores por supuestos incumplimientos en los requisitos.

Curiosamente, en la primera ronda se presentó una propuesta hecha por un consorcio de cuatro constructoras, que cotizaron 33 millones de pesos menos que la que finalmente ganó.

Pero quizás la urgencia del presidente Andrés Manuel López Obrador de desparecer el INAI tiene más que ver con los pobres resultados que viene dando en los primeros dos años de su gobierno, que con el pretexto de la austeridad.

De acuerdo a los reportes oficiales, en el primer año del gobierno de la 4T, el INAI se negó a responder a 14 mil 801 peticiones de información.

Una y otra vez, el presidente López Obrador insiste en sus ‘mañaneras’ que las cosas ya no son como antes, que ahora son mejor.

Pero eso no sucede en el INAI. En el primer año del gobierno de Felipe Calderón, las negativas de transparentar información alcanzaron las 3 mil 850, casi 11 mil menos que en el primer año de gobierno de la Cuarta Transformación.

Y en el gobierno de Enrique Peña Nieto se escandalizó cuando, en el primer año, se dieron 5 mil 659 negativas a entregar información por “inexistente” o “porque no se localizó evidencia documental”. Pues la cifra del escándalo es 162 por ciento inferior a la del primer año del gobierno lopezobradorista.

Quizás la ineficiencia del INAI se deba a los severos recortes presupuestales, que lo llevaron de un presupuesto de mil 100 millones de pesos en el último año de gobierno de Peña Nieto, a reducirlo en un 26 por ciento, para alcanzar 877 millones de pesos en este 2021.

Existe, sin embargo, la presunción de que, más allá de la necesaria austeridad, el recorte presupuestal al INAI y su propuesta de desaparición tiene más que ver con la opacidad del actual gobierno que con la disponibilidad de presupuesto.

De acuerdo a un estudio de Investigación Aplicada y Mexicanos Contra la Corrupción, en el 2020 que acaba de terminar, el 80.3 por ciento de los contratos del actual gobierno se dieron por adjudicación directa. El monto de esos contratos: 189 mil millones de pesos.

Y para mayor muestra de la opacidad que domina la escena del actual gobierno, todos los millonarios contratos de las compras de vacunas COVID-19 ya fueron reservados por cinco años. ¿Qué esconden?

Por eso decimos que es curioso -y muy lamentable- que el gobierno de la Cuarta Transformación, que prometía acabar con la corrupción, prefiera destinar recursos a tres estadios de beisbol antes que invertir en transparentar el destino del presupuesto público.

Y a todo esto ¿qué dice el manager de la 4T?

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