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26 de junio 2023

Política

Asesinatos, elecciones y fentanilo: el contexto del desastre en Aduanas

Semanas después de que fue asesinado un alto funcionario del Puerto de Manzanillo, el presidente Andrés Manuel López Obrador designó a un ex subsecretario de la Defensa como titular de la Agencia Nacional de Aduanas

Por Redacción Magenta

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El problema del contrabando de armas, drogas y mercancías ilegales a México no solo sigue sin resolverse en las aduanas mexicanas, sino que sigue creciendo día con día y ha prendido las luces rojas en el gobierno del presidente Biden.

Sin dejar de reconocer que el problema del control de las aduanas tiene que ver con el contrabando de muchos productos, el problema de la importación ilegal de precursores de fentanilo ha jugado un papel central para el gobierno norteamericano.

Y es que el consumo del fentanilo que está siendo producido en México, con los precursores importados de Asia, ha provocado la muerte de miles de jóvenes norteamericanos, cuya responsabilidad ha sido atribuida a los cárteles mexicanos y al gobierno de Andrés Manuel López Obrador por su incapacidad para controlar, lo mismo el contrabando, que el establecimiento de laboratorios clandestinos.

“Estos dos cárteles mexicanos, el de Sinaloa y el de Jalisco, dominan la cadena de suministro global de fentanilo” declaró Ann Milgram, directora de la DEA, en una comparecencia ante el Senado estadounidense. Y fue más allá cuando dijo: “Creemos que México tiene que hacer más para detener el daño que esto está causando”.

No han faltado senadores norteamericanos que exigen al presidente Biden que deje de lado sus solicitudes de cooperación al gobierno mexicano y emprenda acciones para destruir directamente los laboratorios mexicanos, lo que desde luego ha sido rechazado por el presidente López Obrador.

Sin embargo, mientras tanto, el hecho es que el fentanilo sigue moviéndose libremente en México y el control de las aduanas mexicanas ha resultado tan ineficaz  para frenar su contrabando, que el jefe del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, viajó a China la semana pasada para pedir  directamente a Beijing un trabajo conjunto para impedir que los precursores de fentanilo ilegales sean exportados a México.

ADUANAS: CINCO DIRECTORES EN MENOS DE CINCO AÑOS

La Agencia Nacional de Aduanas, antes Dirección General de Aduanas, ha sido ocupada por cinco funcionarios en los cuatro años y medio del gobierno del presidente López Obrador.

El último en ser designado fue el general André Georges Foullon, un militar retirado que culminó su larga carrera como subsecretario de la Defensa al pasar al retiro en septiembre de 2021.

El hecho de que el presidente haya designado al ex subsecretario de la Defensa no es una cosa menor. Pudiera ser el indicativo de que el problema del fentanilo está llegando a niveles intolerables por los Estados Unidos.

Pero ¿cómo llegamos aquí? Desde el principio de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, el control de las aduanas ha sido puesto en manos de personas supuestamente comprometidas personalmente con el mandatario, sin que ninguno de estos nombramientos haya servido para abatir, ni medianamente, el contrabando de drogas, armas y mercancías ilegales.

Al iniciar su administración, López Obrador designó a Ricardo Peralta, a quien se le imputa una estrecha relación con el asesinado “rey del huachicol”, Sergio Carmona, quien se convirtió a través de Peralta en un importante financiador de  Mario Delgado y dirigentes del partido Morena. Señalamientos de corrupción llevaron al presidente López Obrador a pedirle su renuncia a Ricardo Peralta, como director general de Aduanas quien, a pesar de todo, “cayó parado” en la subsecretaría de Gobernación que en 2019 estaba a cargo de Olga Sánchez Cordero.

A Ricardo Peralta lo sustituyó el senador de Morena, Ricardo Ahued Badahuil, en mayo de 2019, quien duró tan solo un año. Al separarse del cargo y regresar al Senado declaró que “aduanas es lo más podrido y corrupto del país”.

A Ricardo Ahued lo sustituyó Horacio Duarte, otro operador político cercano al presidente, quien permaneció en el cargo de mayo de 2020 a octubre de 2022. Su salida de la dirección de Aduanas coincidió justamente cuando salió a la luz, por las revelaciones de Guacamaya Leaks, que militares y altos funcionarios del equipo de Duarte exigían el pago de “mordidas” para permitir el paso de mercancías.

Sin embargo, López Obrador dijo que la salida de Duarte fue porque se iría a apoyar la campaña de la maestra Delfina Gómez Álvarez por la gubernatura del Estado de México.

Horacio Duarte fue reemplazado por Rafael Marín Mollinedo, en octubre de 2022. Economista de profesión, cercano a López Obrador y colaborador de su gobierno en la Ciudad de México, Mollinedo apenas se mantuvo nueve meses en el cargo. La explicación oficial de su renuncia fue que había sido designado como embajador ante la Organización Mundial de Comercio.

Sin embargo, no pasa desapercibido el hecho de que, apenas el 9 de junio pasado, el presidente López Obrador reconoció que había pleitos al interior de la Agencia Nacional de Aduanas. “Sobre los pleitos que existen en algunas aduanas, ya tenemos nosotros noticias y se va a actuar, vamos a seguir viendo todo eso”.

Otro hecho a considerar es que el 30 de mayo pasado fue ejecutado el subadministrador de Operación Aduanera de Manzanillo, Colima, Sergio Emmanuel Martínez Covarrubias, quien había ocupado el puesto  hacía apenas dos semanas, cuando civiles sustituyeron a marinos y militares en las aduanas de Lázaro Cárdenas y Manzanillo.

EL RETO DEL GENERAL FOULLON

Para los críticos de la estrategia de seguridad de esta administración, es evidente que la “lealtad” al presidente no ha sido suficiente para controlar la corrupción y la podredumbre en las aduanas mexicanas. Las cuatro renuncias a la dirección   general de la Agencia Nacional de Aduanas, en tan solo cuatro años, lo han puesto de manifiesto, y todo parece indicar que se ha llegado al límite de la paciencia del gobierno norteamericano.

El secretario de Estado, Antony Blinken, ha insistido en modernizar las fronteras con tecnología de punta que pueda detectar el paso de precursores de fentanilo.

El reto es formidable, y más cuando se rechaza la colaboración con las agencias antidrogas de los Estados Unidos, porque la  relación con el gobierno mexicano no pasa por el mejor momento, sobre todo, después de la detención del general Salvador Cienfuegos.

El turno es ahora del general André Georges Foullon. Si tiene éxito, México habrá logrado resolver un gran problema. Si no, es probable que lleve al gobierno mexicano al punto de agotar la paciencia del aparato de seguridad e inteligencia de Estados Unidos.

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