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21 de noviembre 2024

22 de junio 2023

¡Que alguien me explique!

Andy Presidente

La decisión de AMLO está tomada y el testamento no escrito, pero sí adecuado con los nuevos nombramientos, dispone entre líneas que, en caso de ser necesario, el presidente interino sería Andrés Manuel López Beltrán, mejor conocido como Andy

Por Ramón Alberto Garza

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¿A quién elegiría usted como presidente interino o sustituto de Andrés Manuel López Obrador? ¿A Luisa María Alcalde, a Eduardo Ramírez o a Alicia Bárcena?

No se extrañe y mucho menos se ría. Esas son las opciones que hoy se tienen en el nada remoto caso de que el inquilino de Palacio Nacional se enferme o sea incapaz de continuar con su cargo.

Lo advertimos aquí en Código Magenta, el pasado lunes 12 de junio, en el video editorial “Andrés Inmortal”. Decíamos que era una irresponsabilidad obligar a renunciar al secretario de Gobernación, al líder de Morena en el Senado y al canciller para salir a disputar la candidatura de Morena a la Presidencia en 2024.

Y alertábamos que el inquilino de Palacio Nacional estaba dejando ir a lo más experimentado que tenía a su alrededor y que había que poner atención a las nuevas designaciones, porque dada su ya demostrada precaria salud -que ya le dio algunos sustos- la emergencia del relevo temporal o definitivo podría no ser tan improbable.

Pero ahora que conocemos los nombres de quienes entran a ocupar los asientos aún tibios de Adán Augusto López, Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard, salen a flote las tesis del por qué se eligieron a Alcalde, Ramírez y en menor medida Bárcena.

La más coherente de las teorías indica que el presidente López Obrador está consciente de que, en cualquier momento, puede tener otro vahío. Pero no quiere dejar en un interinato o en una presidencia sustituta a ninguno de los viejos lobos de la política como Adán, Monreal o Ebrard.

Su decisión está tomada y el testamento no escrito, pero sí adecuado con los nuevos nombramientos, dispone entre líneas que, en caso de ser necesario, el presidente interino sería Andrés Manuel López Beltrán, mejor conocido como Andy.

No sería una designación directa. El inquilino de Palacio Nacional sabe que el nepotismo es muy penado en México. Así que, Andy sería un presidente interino o sustituto de facto. Sin designación, pero con todo el poder, porque los posibles son gente cercana a su grupo político.

Solo así se puede explicar que el presidente López Obrador haya decidido colocar en Gobernación y en la mayoría de Morena en el Senado -las dos posiciones que llevan mano en caso de un relevo emergente- a dos jóvenes de la generación de finales de los 80s. Las que, como su hijo Andy, hoy tienen 35 años.

Al margen de sus capacidades, que las deben tener, esa “Generación de los 35” tiene mucho camino por recorrer. Por más que el presidente López Obrador presuma un relevo generacional, esa fruta todavía no está madura para las responsabilidades que se les están asignando y que incluyen la eventual -y no tan remota posibilidad- de sentarse, aunque sea por unos meses, en la silla presidencial.

Luisa María Alcalde arranca en el lopezobradorismo por ser la hija de Bertha Luján Uranga, quien fuera la contralora del Distrito Federal cuando López Obrador fue Jefe de Gobierno y, más tarde, presidenta del Consejo Nacional de Morena desde su fundación hasta el 2022. Es la posición que hoy detenta Alfonso Durazo.

Su hija, Luisa María, comenzó a hacer méritos en las marchas para protestar el desafuero de López Obrador a finales del sexenio del panista Vicente Fox. Y ya en 2006 también se sumó a los contingentes para denunciar el fraude que “haiga sido como haiga sido” le dio el triunfo prianista a Felipe Calderón.

Su activismo le valió, en 2011, ser designada Coordinadora Nacional de Morena Jóvenes y Estudiantes para saltar de ahí, en 2012, a una diputación federal donde ocupó la secretaría de la Comisión de Trabajo y Previsión Social. Sus méritos eran ser la hija de Arturo Alcalde Justiniani, un líder sindicalista de filiación dura.

Su trabajo en la Cámara de Diputados la instaló en 2018 como Secretaria del Trabajo, donde después de un accidentado arranque por las huelgas locas en Matamoros, acabó desempeñando un papel decente. Y no hay más. De ahí a la llamada “vicepresidencia de México”, a la Secretaria de Gobernación.

Para nadie es un secreto que Andy y Luisa María tienen una entrañable amistad desde su adolescencia. Tanta, que el nuevo Secretario del Trabajo, Marath Bolaños López también es miembro del Clan López Beltrán y dilecto integrante de la “Generación de los 35”.

El otro personaje con posibilidades de ser presidente interino o sustituto es Eduardo Ramírez, el nuevo líder de Morena en el Senado que tomó el asiento de Ricardo Monreal.

Ramírez es un senador plurinominal de Morena por Chiapas que ya conoce lo que es entrar al relevo como presidente interino.

Cuando tenía 24 años y militaba en el Partido Verde fue electo síndico de Comitán y después, en 2008, fue designado presidente municipal interino. De ahí salió a buscar una diputación local para terminar en 2013 como secretario general de Gobierno en el gobierno verde de Manuel Velasco. Y de 2015 a 2018 presidió como diputado local la presidencia de la mesa directiva. Para 2018, ya militando en Morena, Ramírez fue designado senador plurinominal. De acuerdo a las reglas de sucesión, el líder de la mayoría en el Senado es elegible como presidente interino o sustituto.

De Alicia Bárcena poco hay que decir, más allá de su impecable trayectoria como activista medio ambiental y diplomática global. Alcanzó, por méritos propios, a ser la jefa del gabinete del secretario General de las Naciones Unidas, Kofi  Annan y la subsecretaria de Administración de las Naciones Unidas con Ban Ki-moon. Una mujer muy cercana en los afectos, todos, de la familia presidencial.

Por eso, la insistencia de revisar con detalle quiénes llegarían a las posiciones de relevo, sobre todo en Gobernación y en el Senado. Porque se fueron los que entendían de política y llegaron los aprendices de brujo. Los que militan en el partido de Andy López Beltrán.

Y al que lo dude, que se asome al Twitter de Jesús Ramírez, el ‘consigliere’ de la comunicación de la Cuarta Transformación y de la familia López-Beltrán-Gutiérrez, quien se congratula de la llegada de Luisa María Alcalde y, de colofón, barre con todos los autoritarios y corruptos que osaron por Bucareli.

“Felicito a mi amiga y compañera @LuisaAlcalde por su nuevo nombramiento. El relevo generacional que necesita el país sigue fortaleciéndose y abriendo un camino de esperanza. Antes, en Bucareli encabezaban los más autoritarios y corruptos; hoy se escribe una nueva etapa”.

El “antes” de Jesús Ramírez no excluye ni a Olga Sánchez Cordero ni a Adán Augusto López. Y, para el vocero, la historia se escribe hoy. Lo dicho, el relevo generacional tiene nombre y apellido: se llama Andrés Manuel López Beltrán.

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