Anaya, al exilio

El panista Ricardo Anaya anunció que se va de México por una temporada.

El ex candidato presidencial denunció, en un video difundido en su cuenta de Twitter, que el presidente Andrés Manuel López Obrador lo quiere meter a la cárcel.

“Con la novedad de que López Obrador me quiere meter a la cárcel, con el testimonio de dos testigos balines. O sea, López Obrador me quiere fregar a la mala. Le estorbo para sus planes de sucesión 2024”.

Los presuntos testimoniales contra el que fuera candidato presidencial del PAN provendrían -según lo revela él mismo- de la Fiscalía General de la República y tiene que ver con el expediente del caso Pemex y Emilio Lozoya.

Anaya advirtió que a él lo quiere fregar por los dichos de un delincuente, que es un corrupto y mentiroso, y a los hermanos de López Obrador no les hacen nada, cuando ellos sí recibieron dinero en efectivo.

El inquilino de Palacio Nacional salió de inmediato a frenar el golpe de Anaya. Y en su cuenta de Facebook negó estar emprendiendo una persecución contra su rival en la elección presidencial del 2018.

“Si la Fiscalía y el Poder Judicial lo acusan de corrupción y es inocente, que no se ampare ni huya; que se defienda con pruebas y con la fuerza de la verdad. No tengo nada que ver con la persecución que supone Ricardo Anaya”.

Las sospechas del líder panista tienen fundamento. Sobre todo, cuando se ven casos de políticos acusados de corrupción que en su momento decidieron no huir, dar la cara y que hoy, después de más de dos años, esperan sentencia tras las rejas. Como muestra, ahí están los casos de Rosario Robles y Juan Collado.

Sin embargo, a aquellos acusados de corrupción que se ciñen al guión escrito desde la Cuarta Transformación, gozan de completa impunidad. Emilio Lozoya es el caso más emblemático, pero no menos el de Alonso Ancira y la devolución “de lo robado” en el caso Agronitrogenados.

La denuncia de Anaya se dio un día después de que el presidente López Obrador y su partido, Morena, recibieron dos serios reveses políticos.

El primero, fue la negativa del bloque opositor PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, para frenar el intento de aceptar un periodo extraordinario en el Congreso para aprobar la Ley de Revocación de Mandato. Morena y sus aliados fueron derrotados.

El segundo, fue el anuncio del Tribunal Federal Electoral para exigir un recuento voto por voto de la elección para gobernador en Campeche, donde se pondría en juego el triunfo de la gobernadora electa, la morenista Layda Sansores.

Sin enfriarse aún los dos golpes a Morena, y con el anuncio de exilio de Ricardo Anaya, la Oposición en pleno salió a dar el sábado por la tarde un severo pronunciamiento.

Los líderes del PAN, PRI y PRD anunciaron que acudirán hoy lunes ante la Organización de Estados Americanos para denunciar la intromisión del crimen organizado en las pasadas elecciones de junio.

Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Ortega hicieron causa común para decir que, con la complacencia del gobierno y del presidente López Obrador, el crimen organizado está metido de lleno en las elecciones, apoyando a candidatos y amenazando a opositores.

El pronunciamiento es un refrendo a la denuncia presentada, ya ante la OEA por Silvano Aureoles, quien acusó de que el narcotráfico fue crucial para que Morena ganara las elecciones en Michoacán, el estado que él gobierna.

La embestida opositora contra el presidente López Obrador, contra Morena y en general contra el gobierno de la Cuarta Trasformación viene enmarcada en una disminución en la influencia del Partido en el Poder en la Cámara de Diputados.

De acuerdo al conteo final, sancionado por las autoridades electorales, Morena y sus aliados -el Partido Verde y el PT- alcanzaron 278 diputados, mientras que el bloque opositor del PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano tendrán 222.

Desglosado, Morena redujo su influencia de 247 a 198 diputados. Fueron 49 diputados menos para el Partido en el Poder.

El Partido Verde elevó su participación de 16 a 43 diputados y el PT pasó de 28 a 37.

Eso significa que el bloque de Morena y sus aliados solo pudo mantener la mayoría simple, gracias al crecimiento de los aliados, no de Morena.

Mientras que, en el bloque opositor, el PAN elevó de 80 a 114 sus diputados. El PRI los incrementó de 47 a 70, mientras que el PRD se redujo de 20 diputados a 15, y Movimiento Ciudadano pasó de 28 diputados a 23.

Después de ver la nueva composición legislativa, de enfrentar el recuento de los votos en Campeche y de encarar la denuncia de persecución política de Ricardo Anaya -y la denuncia que presentará hoy la Oposición en bloque frente a la OEA-, el presidente López Obrador tiene suficientes causas para lanzar una contraofensiva. Y sin duda será en La Mañanera de hoy lunes.

Lo único cierto hoy, es que la segunda mitad del sexenio de la Cuarta Transformación no será miel sobre hojuelas. La confrontación política se volverá encarnizada y violenta, conforme se acerque el 2024.