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¡Que alguien me explique!

AMLO y Zuckerberg

Detrás de la reunión a distancia del presidente López Obrador con Mark Zuckerberg está una petición para mejorar la conectividad en las zonas rurales de México, una tarea que han dejado pendiente los concesionarios de telecomunicaciones del país. Haría bien el gobierno en leerles la cartilla y exigir que se expanda la cobertura para acabar con el apartheid entre ciudadanos conectados y desconectados

Por Ramón Alberto Garza

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Desde hace años lo venimos predicando en foros internacionales como el de las Naciones Unidas. El nuevo apartheid en el mundo no es el del color de la piel, o el del abismo entre ricos y pobres, incluso tampoco el de educados contra no educados, sino el de conectados y desconectados.

El acceso a la red está convertido en la gran brecha que divide al mundo. Porque quien tiene acceso a internet y es inquieto, tiene acceso a infinita información con la que se puede educar, salir de la esclavitud que da la ignorancia y aprovechar sus talentos para lograr su bienestar.

Por eso no sorprende el videoenlace que el martes sostuvieron el presidente Andrés Manuel López Obrador y Mark Zuckerberg, el creador de Facebook y la fortuna más joven del planeta.

El mandatario mexicano y el siempre inquieto Zuckerberg hablaron, entre otras cosas, de conectividad. Y el presidente le pidió al gurú digital sumarse al esfuerzo para conectar al México oscuro, al que desdeñan los actuales prestadores del servicio.

Curiosa petición si se considera que el Estado mexicano tiene todas las facultades para solicitar a los concesionarios de telecomunicaciones el cumplir con los compromisos que pactaron cuando se les otorgó esa mina de oro que significa el usufructuar el espectro del que gozan y con el cual legítimamente lucran.

En México, el discurso de igualdad para el acceso a la red es letra muerta. Desde que se privatizó Telmex y con la emergencia en el camino de otras opciones, los mejor servidos siempre son los que más pueden pagar. A los olvidados se les condena a la oscuridad digital. Y curiosamente son quiénes mas lo necesitan.

¿Imaginan las posibilidades de un niño en la sierra de Oaxaca, a donde su maestro apenas acude dos o tres días de la semana, si tuviera acceso a la red para satisfacer con un click su curiosidad sobre aquello que le apasiona?

Durante el sexenio del panista Vicente Fox se hizo el primer intento con la controvertida Enciclomedia, que fue la Estafa Maestra de aquel fallido Sexenio del Cambio.

La conectividad se dio solo entre los bolsillos y las chequeras de políticos y vendedores de tecnologías que se hicieron multimillonarios a costa de vender espejitos.

Y si lo dudan, que el gobierno de la Cuarta Transformación nos entregue un censo de en cuántas aulas sobreviven los restos de la Enciclomedia.

Lo mismo sucedió en el sexenio de otro panista, Felipe Calderón, quien le regaló a Telmex la conectividad de la Plataforma México en la que se invirtieron miles de millones al amparo de compadrazgo entre Genaro García Luna y Héctor Slim.

¿Alguien puede dar hoy testimonio de la efectividad de esa plataforma que prometía compartir la información para abatir la delincuencia y por la que se le cobran cientos de millones de pesos anuales al gobierno por “mantenimiento”?

Si el inquilino de Palacio Nacional de verdad quiere conectar a México, por donde tendría que empezar es por sentar a la mesa a los proveedores del servicio y leerles la cartilla.

Es absurdo que con los sobrecostos que se venían cobrando por la telefonía en México, sus usufructuarios compraran a sus rivales en otros países, como en Chile por ejemplo, en donde allá sí los obligaron a acelerar la conectividad so pena de perder la concesión. Y hoy están mejor conectados que nosotros.

Y si se quiere racionalizar el gasto público, lo primero que tendría que buscarse es que las redes de Educación, Seguridad Pública, Defensa, Marina, Salud y Agricultura se montaran en una plataforma común.

Si lo hicieran, esos enlaces terminarían por servir también en las alejadas zonas rurales, hoy olvidadas de la ola digital. Pero hoy los esfuerzos son dispersos y desarticulados.

El presidente López Obrador viene manifestando desde hace años la urgencia de cerrar esa brecha digital. Ojalá que quienes lo orientan no acaben por crear nuevos espejismos que perpetúen una vez mas el apartheid digital entre los urbanos conectados y los rurales marginados…como siempre.

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