¿A quién se la cayó la ‘Operación Godoy’?

Ernestina Godoy concluyó su gestión como fiscal de la Ciudad de México porque el entorno de Claudia Sheinbaum fue incapaz de operar su ratificación. Esta es la interpretación que la clase política ha asignado a la decisión del Congreso capitalino de no aprobar un segundo periodo para Godoy. Faltaron tres votos para conseguir la mayoría calificada.

Esto representa una derrota política para el oficialismo, un revés que agrava la disonancia cognoscitiva entre la ventaja de 34 puntos porcentuales que mantiene Sheinbaum sobre Xóchitl Gálvez en la contienda presidencial (de acuerdo al modelo ‘Poll of polls’ de Oraculus)  y la evidente falta de poder real de la candidata de la 4T.

El rechazo a la ratificación de Godoy sigue un patrón de operación política deficiente en el equipo de Sheinbaum que va desde el incumplimiento de acuerdos con Manuel Velasco y Adán Augusto López en las sucesiones de las gubernaturas de Chiapas y Tabasco hasta la fallida imposición de Omar García Harfuch como candidato de Morena a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

Paradójicamente, Sheinbaum es señalada como la responsable de una derrota política cuya operación estuvo en manos de Martí Batres, Jefe de gobierno de la Ciudad de México, y Clara Brugada, la candidata de Morena en la capital que desplazó a García Harfuch en la contienda interna del oficialismo. La trayectoria y filiación política de Ernestina Godoy se identifica en mayor medida con Batres y con Brugada que con Sheinbaum.

El grupo político que encumbró a Brugada, el ala de izquierda dura de Morena liderada por el vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, fue incapaz de replicar la ratificación de Godoy. Las bancadas de oposición en el Congreso de la Ciudad de México, incluyendo a Movimiento Ciudadano, anunciaron un bloque de contención que cerró el paso a la fiscal. En la votación final, únicamente dos diputadas del PRI votaron a favor de la ratificación: Mónica Fernández y Wesly Chantal Jiménez. Ambas serán expulsadas del partido, según anunció el dirigente nacional priista Alejandro Moreno Cárdenas.

El entorno de Batres y Brugada insistió en que era necesario mantener a Godoy en la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, pese a que su ratificación nunca encontró espacio para el consenso en el Congreso capitalino. Se trataba de un perfil excesivamente politizado. Por eso, la votación se llevó cabo en el día límite.

Para la oposición, Godoy era intransitable. El PAN acusó a la fiscal de emprender una persecución política utilizando como herramienta la investigación judicial del llamado ‘cártel inmobiliario’. A esto se sumó el escándalo de espionaje contra rivales políticos revelado por The New York Times. Ambos casos afectaban de manera directa a Santiago Taboada, el candidato del Frente Amplio a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, el rival de Clara Brugada en una contienda que, se anticipa, será cerrada.

La gestión de Godoy tampoco ofreció argumentos convincentes a la oposición. La fiscalía de la Ciudad de México registra 228 mil casos y 19,523 órdenes judiciales pendientes, un crecimiento sustancial respecto a 2018. Aún más relevante, un reporte de México Evalúa encontró que la tasa de impunidad de los delitos de homicidio doloso, feminicidio, desaparición y secuestro en la Ciudad de México es mayor a 99 por ciento.

Además, Godoy fue un accesorio para la criminalización de Alejandra Cuevas, la familiar política del fiscal General Alejandro Gertz Manero a la cual se le fabricaron delitos para mantenerla de manera ilegal en la cárcel, de acuerdo a una sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En la investigación por el colapso de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, la oficina de Godoy ignoró los hallazgos del reporte de la firma DNV y no promovió casos contra funcionarios de alto perfil. Florencia Serranía, directora del Metro, ni siquiera fue citada a declarar. La empresa responsable de la construcción del tramo, Grupo Carso del empresario Carlos Slim, tampoco fue expuesta a ningún riesgo jurídico.

Públicamente, la responsabilidad de la derrota política por la ratificación de Ernestina Godoy ha recaído en Claudia Sheinbaum. La ex Jefa de Gobierno de la Ciudad de México no ha hecho nada por desmentir esta idea. Al contrario, ofreció a Godoy una candidatura al Senado. Sin embargo, el primer grado de responsabilidad yace en los mecenas políticos de la ahora ex fiscal de la Ciudad de México, el grupo de Martí Batres, Clara Brugada y Jesús Ramírez Cuevas.