#YoQuéVoyASaber | Rodolfo, el síntoma

“No todos los hayan maltratado a animales acabarán siendo un asesino en serie, pero casi todos los asesinos en serie cometieron actos de crueldad con animales”

Dr. Randall Lockwood
Vicepresidente Humane Society of the USA

En 1973, Edmund Kemper fue condenado por el asesinato de 8 mujeres, incluyendo a su propia madre.

A los 13 años mató a su gato. Le cortó a rebanadas la cabeza, con machete, y luego lo decapitó.

Exactamente lo mismo que hizo con su madre años más tarde.

No, matar a machetazos al perro Rodolfo Corazón no es poca cosa. La crueldad en contra de los animales es un crimen contra la sociedad.

Pero, sobre todo, es una enorme bandera roja de que algo ahí está muy, muy podrido.

Tengo 5 perros rescatados. Todos con terribles historias de abandono e indiferencia; por eso, cuando leí, muy por encima, la noticia de Rodolfo se me rompió el corazón.

Para mí es muy difícil entender cómo alguien puede lastimar de esa manera a un animal.

Los implicados dicen que el perro atacó a la mujer sin razón.

Nunca, de verdad, nunca en mi vida un perro me ha atacado sin razón. Los animales no funcionan así. Solo las personas.

Pero, aun así, suponiendo que el perro atacó, ¿neta era necesario matarlo a machetazos?

Si a la novia eso no le parece una enorme señal de alerta… debería.

Pero en medio de toda esa tragedia y el genuino dolor que me causó, estas escenas me parecieron muy esperanzadoras.

Hacía mucho que no veía un esfuerzo colectivo tan grande en contra del maltrato animal.

Aun así, hubo quienes tuvieron el arrojo de criticar. De lanzar la clásica y mediocre consigna de: habiendo tantos problemas en el país…

Especialmente, a esas personas, les tengo una noticia:

El caso de Rodolfo es solo un síntoma de algo mucho peor.

Las cifras sobre la relación de la crueldad animal y otro tipo de abusos son brutales. El vínculo es innegable.

El 50 por ciento de los asesinos en las escuelas tienen historiales previos de crueldad hacia los animales (Verlinden, Herson & Thomas, 2000).

El 70 por ciento de las personas inculpadas por crueldad con los animales eran conocidas por la policía por otros comportamientos violentos, incluido el homicidio (Boat & Knight, 2000).

El 63 por ciento de los criminales agresivos dañó deliberadamente a animales en su infancia (Schiff, Louw & Ascione, 1999).

Y hay un dato particularmente aterrador.

Todos los condenados por homicidio sexual declararon tener un pasado de crueldad con los animales (Clarke, 2002).

En 2016, el FBI clasificó los actos de crueldad hacia los animales como delitos graves.

Los pusieron en la misma categoría que incendios provocados, robos, asaltos y homicidios. Además, todos los agresores de animales fueron enviados a su base de datos.

El detonante fue que comenzaron a detectar que muchas mujeres maltratadas volvían a sus hogares o no se atrevían a escapar, ya que no encontraban la manera de llevarse consigo a su mascota o sus violentadores amenazaban con matar al animal si ella no volvía.

Además, encontraron que el 88% de las familias donde se había maltratado a niños, también se había maltratado a animales, y el 66% de los casos, el agresor había matado o herido a la mascota para inculcar disciplina al hijo.

Los maltratadores de animales son sociópatas y al prestar atención a estos crímenes, estamos beneficiando a toda la sociedad.

Porque es una protesta preventiva.

Preocuparnos porque se haga justicia en este caso, es preocuparnos por tener una sociedad más saludable emocionalmente.

En México, casi todos los estados tienen tipificado el maltrato y la crueldad animal. Pero, como es su maldita costumbre, la mayoría de las veces son letra muerta. Debe dejar de serlo.

Quienes maltratan animales están enfermos y son peligrosos.

Por eso es tan importante, no solo tipificar el maltrato animal como un delito grave, sino hacer que se cumplan las sanciones correspondientes.

México ocupa el tercer lugar en maltrato animal y el primero con más perros en situación de calle. Porque esa es otra cosa que hay que dejar claro. No existen los perros de la calle.

Esos perros que deambulan casi siempre cargando apenas con sus huesos fueron causa de alguien.

De los que no esterilizaron, los no les pusieron placa para identificarlos, de los que un día los abandonaron.

Rodolfo era nuestro perro. Y lo mataron a machetazos.

Todos deberíamos estar rotos y preocupados por eso.

Rodolfo era una consecuencia nuestra, pero también un síntoma y más nos valdría atenderlo ahora, antes que sea demasiado tarde.