#YoQuéVoyASaber | El 2020 no se acaba este año

El 31 de diciembre podremos finalmente contar ansiosos las 12 campanadas para recibir el Año Nuevo.

Pero lo que nos pasó en el 2020, no se acaba con el año.

He escuchado a muchas personas deseosas de que por fin termine el 2020, como si la cronología que inventamos nos liberara mágicamente de lo terrible que nos ha pasado.

No lo hará.

El 2021 no vendrá cargado de inmunidad, ni de nuevos empleos, ni de abrazos, ni de vacunas, ni de esa socialización que tanta falta le hace a algunos.

En el año que comienza, seguiremos necesitando mascarillas y distanciamiento social y seguramente también seguiremos peleando con los covidiotas que se niegan a hacerlo.

Porque con casi un millón y medio de muertos en México aún hay quienes se sienten cómodos, ignorando todas las medidas de salud.

Se sienten la excepción.

Están convencidos que pueden ir al centro a comprar regalos para la Navidad sin que nada les afecte.

Incluso, pueden seguir visitando a sus familiares.

A pesar de los datos que muestran que el 80% de los contagios suceden justamente en esas “pequeñas” reuniones.

Qué más da, ellos son ese 20% que está tocado por los dioses.

Y saben qué, esa mentalidad, no se cura ni con un año nuevo ni con una vacuna.

Y aunque lo hiciera, hasta el momento no tenemos ni una sola vacuna que sea 100% efectiva.

Los expertos aseguran que para detener la propagación del Covid19, al menos un 70% de la población tendría que ser inmune.

Para lograr eso se necesitaría, primero, una vacuna al menos con 80% de efectividad y luego, que todo mundo, todos, se vacunaran.

Y ya sabemos lo que algunos piensan de las vacunas.

Como si de verdad alguien estuviera interesado en ponerles un chip para monitorear sus visitas al Costco.

O como si no le hubiéramos dado ya todos nuestros datos a una aplicación para que nos dijera cómo nos vemos de viejitos.

El 2020 apenas fue el ensayo de lo que nos espera en el 2021. 

¿Aprendimos de verdad, algo más que hacer yoga y pan de plátano durante el confinamiento?

Porque vamos a necesitar más que solo eso para sobrevivir.

Esos pequeños gestos solidarios, esos brotes de resistencia, esos chispazos de generosidad que vimos en el año que termina deberán potenciarse, porque no serán suficientes.

El 2021 comenzará sin darnos tiempo de detenernos a lamentar lo que hemos perdido.

Nos aventará de bajada en esa bicicleta sin rueditas que es la vida. Y más nos vale que nos hayamos preparado, porque si fuimos a esa “pequeña” reunión familiar, quizá nadie nos esté esperando al final de la colina.