12 de agosto 2024
¡Que alguien me explique!
Yo no fui, fue Teté
Ninguna de las tres versiones oficiales sobre cómo fue que “El Mayo” Zambada acabó detenido en EEUU es creíble. Las tres se contrapuntean. Estamos frente al juego del “De Tin Marín de Do Pingüé, Cúcara Mácara, Títere fue… Yo no fui, fue Teté”
Por Ramón Alberto Garza
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Ninguna de las tres versiones oficiales sobre cómo fue que Ismael “El Mayo” Zambada acabó detenido en los Estados Unidos es creíble. Las tres se contrapuntean.
La de México, en voz del presidente Andrés Manuel López Obrador, es que su gobierno nada tuvo que ver con la captura del mayor capo, el auténtico jefe del Cártel de Sinaloa, al que se le liga con dinero, muchos abrazos y pocos balazos con el gobierno de la Cuarta Transformación.
La versión de Estados Unidos, en voz del controvertido embajador Ken Salazar, quien dice que su gobierno no sabía de la entrega de “El Mayo”. Literalmente, el capo les cayó del cielo. Para ellos fue una sorpresa que “El Mayo” viajara en el avión con Joaquín “El Güero Moreno” Guzmán López. Y que el operativo fue coordinado con las autoridades mexicanas, que curiosamente tienen dos semanas en la Mañanera lamentándose de que nada les avisaron.
Y la tercera versión es la que en un comunicado reveló el sábado la defensa de Ismael “El Mayo” Zambada, y en donde el capo acusa una traición. Dice que lo llevaron a una reunión con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha para dirimir un conflicto universitario, y que ahí lo emboscaron. Que le sometieron a sus cuatro guardias y ejecutaron al diputado Héctor Melesio Cuén. Que lo secuestraron, que lo subieron al avión y que el hijo de “El Chapo” se prestó para entregarlo en Estados Unidos. Vaya ingenuidad de quien durante décadas fue el más elusivo jefe del narcotráfico en el planeta.
En pocas palabras, estamos frente al juego del “De Tin Marín de Do Pingüé, Cúcara Mácara, Títere fue… Yo no fui, fue Teté”.
Aquí nadie fue, todos son inocentes, todos son ingenuos, nadie sabía nada. El gobierno mexicano en el limbo; al norteamericano, el capo les cayó del cielo y al personaje en disputa, un astuto y colmilludo narcotraficante, lo emboscó y lo entregó a Estados Unidos. Por eso es indispensable analizar el alcance de cada una de las versiones. Para saber si miente Tin Marín, o Do Pingüé, o la Cúcara Mácara, o si al final fue Teté.
Lo que reitera el presidente López Obrador es que ni él, ni la Defensa, ni la Marina, ni la Guardia Nacional, ni los policías municipales, tienen algo que ver en este asunto. En pocas palabras, “nosotros en la 4T respetamos nuestros pactos”. Ni nos avisaron. Pero esa “indignación” presidencial no llega al punto de poner a los Estados Unidos contra la pared por no informarle del operativo. Que ellos se echen la culpa. Yo ya lavé cara.
Lo que dice el embajador Ken Salazar, después de dos semanas de que el inquilino de Palacio Nacional pedía -sin respuesta- una explicación al gobierno norteamericano, es que no existió la tal entrega. El diplomático planta cara para reiterar que hay trabajo conjunto, de socios. ¿Entonces, el gobierno mexicano sí sabía, pero el acuerdo fue que se dijera que no sabía, para que no se violentaran los pactos entre el Cártel de Sinaloa y la 4T?
Si lo que dice el embajador es cierto, y el capo les llegó sin aviso, “secuestrado” por el hijo de “El Chapo”, el gobierno de los Estados Unidos está en serios aprietos. Más temprano que tarde tendrían que devolver a México a “El Mayo”.
Un caso similar ya sucedió en 1990, cuando desde la Casa Blanca, se ordenó la captura en México del médico Humberto Álvarez Machaín, a quien se le acusaba de haber participado en la tortura y asesinato del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena Salazar. Al ginecólogo tapatío lo secuestraron agentes de la DEA y en la cajuela de un auto lo pasaron a Estados Unidos. El caso alcanzó su clímax en 1992, cuando la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos dictaminó que nadie que haya sido secuestrado puede ser procesado como criminal. Álvarez Machaín fue exonerado y fue devuelto a México, donde vive en libertad despachando en Guadalajara en una taquería de su propiedad.
Pero la historia tejida por “El Mayo” va más allá de su supuesto secuestro. Porque lo que le redactaron sus abogados deja en claro las complicidades con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, con Héctor Melesio Cuén, el legislador sinaloense asesinado y con el jefe de la Policía Judicial de Sinaloa, José Rosario Heras López, a quien “El Mayo” lo exhibe como un hombre a su servicio. Dice que con él llegó al lugar en el que lo secuestraron.
Lo que “El Mayo” busca vender con su narrativa es que a él “lo traicionaron”, que no se entregó, que no negoció con el gobierno norteamericano. Al capo le es indispensable no ser un “rajón”, porque si él mismo confirma que se entregó, estará dejando tras de sí a miles de hombres que viven del Cártel de Sinaloa. Zambada puede pasar como todo, menos como alguien que decidió salvarse a sí mismo, sin importarle abandonar a todos los que operaban para él. Por eso, en los acuerdos con los norteamericanos está el que se diga que “lo traicionaron”.
Y en la primera aparición pública de Rubén Rocha, frente al presidente López Obrador y a la presidenta virtual, Claudia Sheinbaum, el gobernador de Sinaloa desmintió a “El Mayo”. La coartada del gobernador es perfecta y está documentada. El día en que dice “El Mayo” que lo emboscó, Rubén Rocha voló a las 9 de la mañana, con su familia, a Los Ángeles. Lo hizo en un Lear 45, un jet privado propiedad de Servicios Ejecutivos Aéreos Viz S.A. de C.V, propiedad del empresario Jesús Vizcarra.
Sí, es el mismo dueño de SuKarne y quien en 2010 se postuló como candidato del PRI para gobernador de Sinaloa. Perdió frente al panista Mario López Valdez, mejor conocido como “Malova”. La derrota de Vizcarra tuvo su punto de quiebre cuando en un debate público en campaña evadió responder si era o no compadre de “El Mayo”. Le costó la gubernatura.
Curiosa situación la de hoy en la que la bitácora de vuelo de una empresa aeronáutica de Vizcarra -el principal productor y exportador de carne en México- sirve de coartada para desacreditar lo dicho por “su compadre”, “El Mayo” Zambada.
Por lo pronto, el presidente López Obrador y la presidenta virtual Claudia Sheinbaum ya le dieron su voto de confianza al gobernador Rubén Rocha. Y ese ya es en sí mismo un deslinde con “El Mayo”. Un deslinde que traerá serios sacudimientos en el ahora desequilibrado mundo de los cárteles mexicanos.
Ahora, por lo dicho, sólo podemos concluir que no fue Tin Marín, tampoco fue Do Pingüé y mucho menos la Cúcara Mácara… Quizás fue Teté.
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