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4 de marzo 2019

Internacional

Vice, de Adam McKay, ofrece lecciones para Venezuela

No ganó el Óscar, pero Vice, dirigida por Adam McKay, funciona como una advertencia sobre el error que podría significar una intervención militar en Venezuela. La oposición de ese país ya pide la entrada de Fuerzas Armadas extranjeras. Y Trump está escuchando con atención

Por Rodrigo Carbajal

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Estados Unidos envió ayuda humanitaria a Venezuela con pleno conocimiento de que sería rechazada.

El resultado fue el esperado…

Ahora, la administración de Donald Trump tiene todo a su favor para intervenir el régimen de Nicolás Maduro.

¿Dónde hemos visto eso?

Sí, Vice, la cinta que fue nominada a 8 Oscar habla de algo para lo que los norteamericanos son muy buenos.

Encontrar excusas para invadir un país.

El incidente con la ayuda humanitaria en Venezuela causó el efecto deseado.

El semanario The Economist se preguntó si la intervención militar en Venezuela es el siguiente paso.

La Junta Editorial del diario El País escribió que el régimen de Nicolás Maduro había mostrado su rostro miserable.

Desde Colombia, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence acordó un cerco diplomático contra el gobierno de Maduro.

Y Juan Guaidó ya habla de una intervención militar abierta: “Los acontecimientos de hoy me obligan a tomar una decisión: plantear a la Comunidad Internacional de manera formal que debemos tener abiertas todas las opciones para lograr la liberación de esta Patria que lucha y seguirá luchando”.

Vice, la película dirigida por Adam McKay, retrata la carrera política de Dick Cheney, el poderoso vicepresidente de la administración de George W. Bush.

La historia hace énfasis en el error histórico que significó invadir Irak, pero además, pone sobre la mesa algunas similitudes que Estados Unidos tal vez debería considerar…

Un enfoque unilateral de política exterior

La administración Bush invadió Irak sin considerar la opinión del Congreso estadounidense e ignorando a una parte importante de la comunidad internacional.

Lo mismo sucede con Venezuela.

Mientras Mike Pence viaja a Colombia para ofrecerle apoyo militar a Juan Guaidó y Marco Rubio publica esto en Twitter, los demócratas pintan su raya sobre la posibilidad de una intervención.

Lo militar sobre la diplomacia

La vicepresidencia de Dick Cheney privilegió lo militar sobre lo diplomático.

La actitud de la administración de Trump hace eco de este rasgo. A pesar de que el Grupo de Lima se pronunció en contra de cualquier forma de intervención militar, la reunión de Guaidó con Mike Pence hizo cambiar de opinión a la oposición venezolana, que ya pide la entrada de Fuerzas Armadas extranjeras en el país.

La manipulación mediática

La película de Adam McKay es escalofriante: pinta de una manera muy cínica cómo es que Dick Cheney vendió la idea de que Irak tenía armas de destrucción masiva.

Una entrevista de Condolezza Rice en cadena nacional y un mensaje de Colin Powell frente a la Asamblea General de la ONU sentaron las bases para que los medios afines a la administración Bush reprodujeran ese mensaje en los medios de comunicación.

“Bush y la Casa Blanca efectuaron una campaña cuidadosamente orquestada para formar y manipular la opinión pública en nuestro beneficio”.

Las palabras son de Scott McClellan, el Secretario de Prensa de la administración Bush de 2003 a 2006.

En el décimo aniversario de la guerra de Irak, una ex agente de la CIA, Valerie Plame escribió un artículo llamado “Cómo la administración Bush nos vendió la guerra, y nosotros la compramos”.

En Venezuela, la administración Trump podría cometer el mismo error, lo que nos lleva al siguiente punto.

El exceso de confianza

En Vice, se muestra cómo un error de cálculo político derivó en una tragedia humanitaria en Medio Oriente.

Esto debería ser una advertencia sobre el riesgo que significa una intervención militar en Venezuela.

La posibilidad de una guerra civil es inminente.

La resistencia de las Fuerzas Armadas de Venezuela tienen el potencial de desestabilizar a toda la región.

Y todo podría haberse detonado por unos bidones de agua como lo sugirió la periodista venezolana Karla Salcedo.

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