Hace unas semanas, el Congreso de Chiapas modificó la Constitución para permitir que el gobernador Manuel Velasco dejara su cargo para ir al Senado, pidiera licencia y regresara a gobernar. Solo que no contaba con la mayoría morenista le negaría esa licencia.
Velasco pidió licencia como gobernador de Chiapas, para tomar protesta como senador de la República, sin embargo, con la modificación de los artículos 45, 52, 55 y 56 constitucionales -que le impedían al mandatario dejar el cargo y después volverlo a tomar- Velasco estaba seguro que regresaría a gobernar el estado.
El artículo 56, en su apartado III, indicaba que solo se podía renuncia al cargo de gobernador por causa grave; con la reforma recién aprobada solo basta hacer de manera expresa y avalada por la legislatura local.
Los diputados de Chiapas también aprobaron la eliminación que impedía que un gobernador interino, que haya sido gobernador en el mismo periodo, pueda volver al cargo; incluso no tendrá que rendir nuevamente protesta.
Las reformas, publicadas en el Periódico Oficial de Chiapas, incluyeron que las designaciones que en este caso hiciera el Congreso serían “soberanas”, lo que significa que no pueden impugnarse.
Pero al llegar al Senado, Velasco se topó con la mayoría morenista, quien le negó la solicitud para separarse de su cargo como senador.
Esta es la primera vez en la historia que el Senado rechaza una solicitud de esas. Antes de la decisión, las senadoras del PAN, Xóchilt Gálvez, y de Morena, Blanca Piña, habían tomado la palabra para condenar la acción del mandatario con licencia acusándolo de recurrir a las «viejas prácticas de los políticos de siempre».
Velasco solicitó licencia al Congreso de Chiapas para dejar las funciones de gobernador el pasado 28 de agosto; al siguiente día rindió protesta como senador de la República; el 1 de septiembre acudió a la instalación del Congreso; y el 2 de septiembre envió su petición de licencia a la Mesa Directiva del Senado para regresar a gobernar su entidad.
