Vargas Llosa y AMLO

Mario Vargas Llosa es sin regateos uno de los literatos más laureados de nuestros tiempos,integrante de esa generación que gestó el Boom Latinoamericano.

Nacionalizado español, el Nobel peruano hizo un sumario pronunciamiento sobre la política mexicana y su inminente elección presidencial.

El personaje que muy acertadamente calificó al México priista como “la dictadura perfecta”,ahora lanzó una alerta no meramente ideológica, sino abiertamente partidista y con dedicatoria personal.

Dijo que los mexicanos cometeríamos un suicidio democrático si se elige como presidente a Andrés Manuel López Obrador.

Quizás el Nobel peruano ya olvidó que en los 90 le dio por incursionar en la política de su país,entendiblemente cansado del populismo y el terrorismo que flagelaban la nación Inca.

Para los peruanos, sin embargo, su orgullo literario no fue lo suficientemente convincente en sus propuestas políticas y acabó derrotado en las urnas por un desconocido como Alberto Fujimori.

Ofendido porque no entendía cómo los peruanos prefirieron “al chino” por sobre su lucidez intelectual, abandonó el Perú y se refugió en España. Se nacionalizó español y formó una nueva familia con la socialité española, Isabel Preysler.

Como presidente, el subestimado Fujimori sacó la casta, y en medio de cuestionadas medidas casi dictatoriales, sacudió al Perú forjando desde un nuevo Congreso renovadas instituciones.

Pero lo más importante es que Fujimori logró desterrar esa pesadilla llamada Sendero Luminoso, el grupo guerrillero que azotaba a los peruanos, y que con sus actos terroristas alteraban la paz social y frenaban la economía.

Sea como fuere, las instituciones forjadas en el gobierno de Fujimori fueron las que permitieron perseguir al mismo Fujimori, convirtiéndolo en el primer presidente peruano en ir a la cárcel, acusado de delitos de corrupción y de lesa humanidad.

Vinieron después otros presidentes, tildados algunos de populistas, como Alejandro Toledo, Alan García, Ollanta Humala o el actual derechista Pedro Pablo Kuckzinsky.

Pero populistas u ortodoxos, de izquierda o de derecha, hoy las instituciones peruanas funcionan bajo el amparo de una Fiscalía que es efectiva para castigar la corrupción al más alto nivel. No con un procurador interino, como México.

Perú es hoy la única nación en el continente que llevó no solo a Fujimori a la cárcel. También condenó a dos mandatarios, Alejandro Toledo y Ollanta Humala, por estar involucrados en los sobornos de Odebrecht

Hoy Toledo es prófugo de la justicia, con ficha roja de la interpol. Y Humala, junto con su esposa Nadine, están tras las rejas al comprobarse que  recibieron “coimas” –como le dicen en Perú a los sobornos- de la constructora brasileña.

Ese estado de Derecho le permite al Perú ser una de las naciones con mejor crecimiento económico en América Latina. Fujimoristas y antifujimoristas reconocen que el Perú no sería hoy lo que es, sin el primer gobierno de Alberto Fujimori.

Por eso decimos que Vargas Llosa es poco inteligente al decir que si los mexicanos elegimos a un “populista” como Andrés Manuel López Obrador se estará eligiendo a un Hugo Chávez o a un Nicolás Maduro.

A menos que el literato tenga dotes de vidente, si esa fórmula simplista y maniquea la hubiese aplicado al Perú, su pronóstico habría fallado.

Es lamentable que un hombre de la estatura intelectual de Vargas Llosa se sume gratuitamente al linchamiento sumario de un candidato que a diferencia del peruano, no renegó de su país ni abandonó a sus ciudadanos cuando perdió no una, sin dos veces las elecciones. Ahí está, en pie de lucha.