Una reforma fiscal para Pemex

¿Qué pasó?

• Aunque el gobierno federal mantiene firme su política de rescatar financieramente a Pemex, necesitará más que inyección de recursos y exenciones fiscales para superar la crisis por la que atraviesa la paraestatal. A esto se suma la amenaza de contratistas internacionales que no han recibido pago por sus servicios.

• Es por ello que la compañía ya alista un plan salvavidas, en conjunto con la Secretaría de Energía, el cual permita fortalecer su posición financiera y la de sus empresas subsidiarias. Esto incluye crear un mecanismo de pago a proveedores, que debe quedar listo para este año para evitar consecuencias aún más graves.

¿Por qué importa?

• Al cierre del año pasado, la deuda de la empresa petrolera se disparó hasta 2 billones 258.7 mil millones de pesos (113 mil 227 millones de dólares), lo que significó un aumento de 13.9 por ciento con respecto a lo registrado en 2019.

• Por si esto fuera poco, la compañía que encabeza Octavio Romero, reportó una pérdida neta de 481 mil millones de pesos (mmdp), producto de un derrumbe en las ventas por 448.2 mmdp y un efecto cambiario negativo de 216 mmdp. Además, registró un aumento en compromisos con proveedores de 90 mmdp.

El contexto:

• Desde que Andrés Manuel López Obrador asumió la presidencia en 2018, su principal encomienda ha sido fortalecer el mercado energético interno, dándole más peso a empresas paraestatales como Pemex y la CFE, dejando de lado los términos alcanzados con la Reforma Energética.

• Para sanear las finanzas de la petrolera, el gobierno de la Cuarta Transformación ha destinado miles de millones de dólares en inyección de fondos, beneficios fiscales, rebajas impositivas, pero hasta ahora cada trimestre se han registrado pérdida tras pérdida, bajo el argumento de haberla recibido en ruinas.

Los detalles:

• De acuerdo con El Universal, Pemex urgió a implementar a la Dirección Corporativa de Finanzas un “mecanismo financiero que permita asegurar y realizar el pago a proveedores y contratistas”, pues hasta marzo de este año viene arrastrando facturas por 125 mil 899 millones de pesos de las 42 principales empresas proveedoras y contratistas.

• Datos dados a conocer por la petrolera, a través de la Plataforma Nacional de Transparencia, enlistan a las 10 empresas con mayores facturas de pago, entre las que figuran Cotemar con 11 mil 998 millones de pesos (mdp); Schlumberger, 9 mil 180.8 mdp; Typhoon, 7 mil 770.8 mdp; Permaducto, 7 mil 576.9 mdp; Halliburton, 7 mil 61.3 mdp, entre otras.

• Operativamente, las cosas no van bien al interior de la paraestatal, ya que ha tenido que sacrificar de su presupuesto para darle viabilidad a la nueva refinería de Dos Bocas, que se construye en Paraíso, Tabasco.

• El año pasado se ejerció un 70.4 por ciento del total de la inversión presupuestaria, que fue de 234 mil millones de pesos (10.9 mil millones de dólares), cifra menor a la que se había autorizado inicialmente, por un monto de 332.6 millones de pesos (16.7 mil millones de dólares).

• En días pasados, trascendió que la Secretaría de Hacienda le autorizaría a Pemex apoyos por un monto inicial de entre mil 300 a mil 600 millones de pesos, adicionales a la reducción fiscal de 73 mil 280 millones de pesos que la compañía recibió en el pago del Derecho de Utilidad Compartida (DUC).

• Sin embargo, especialistas como Gabriela Siller, directora de análisis económico de Banco Base, consideran que la inyección de recursos no solventa el problema de fondo de la paraestatal, que radica en el sobreendeudamiento y en que le urge un cambio de modelo de negocio para ser más eficiente y rentable.

• “Asumir pagos de la deuda de Pemex no soluciona el problema de raíz, que es el alto endeudamiento y por lo cual Pemex necesita un cambio en su modelo de negocio.

• “Esto pudiera generar presión sobre las finanzas públicas y en el mediano plazo podría generar un recorte a la calificación crediticia”, expresó la economista en declaraciones a Reforma.

• Siller consideró que en poco o nada ayudó que la petrolera prescindiera de los servicios de la calificadora Fitch Ratings, una de las más críticas durante el sexenio, lo que vino a generar más incertidumbre respecto a su futuro financiero.