Texteo, luego duermo

La aparición de dispositivos como los smartphones y tablets nos dieron una nueva forma de comunicación, no obstante los medios para hablar unos con otros no fue lo único que cambió.

Nuestro cerebro desarrolló una nueva onda cerebral relacionada con el placer cuando utilizamos nuestros dispositivos móviles para textear.

Especialistas en neurología han decidido llamar a este nuevo padecimiento texting rhythm (ritmo de los mensajes de texto), que altera las funciones del sistema nervioso. Y sus efectos resultan ser preocupantes.

Con este estudio, realizado por investigadores de Mayo Clinic y Rush University Medical Center, y publicado por la Sociedad Americana de Epilepsia, se puede afirmar un daño más que provocan los dispositivos móviles, además de tendinitis y dolores en el cuello.

“El cerebro empieza a tener una actividad que ya es conocida, pero en una parte del cerebro que no debe de estar. Es una actividad lenta en la parte fronto-central del cerebro que está relacionada con la complacencia”, declaró Jorge Treviño, experto en neurología pediátrica del Hospital San José.

“Al estar en esa parte, tú lo empiezas a relacionar con bienestar”, agregó.

Pero así como este es uno de los efectos negativos, el excesivo uso de la tecnología también tiene otras repercusiones que en ocasiones no percatamos.