Una ley chatarra

La llamada «Ley antichatarra» es letra muerta. Los diputados no han definido las leyes secundarias para que la legislación pueda operar, por lo que la mayoría de los comerciantes no la aplican.

Y es que, aunque en algunos estados ya se aprobó esta legislación que prohíbe la venta de productos de alto contenido calórico a menores de edad, lo hizo sin leyes secundarias, por lo que no es muy clara cómo serán las sanciones a quienes lo infrinjan. 

Por ejemplo en Oaxaca, aunque ya se aprobó la ley, el gobernador Alejandro Mural ha sido insistente al señalar que la parte más importante de esta legislación no solo es la publicación de la misma sino también su reglamentación.

Coincidió en que, aunque esté publicada, esta reforma no será eficaz porque no se puede aplicar debido a que no se han establecido los parámetros.

El mandatario también insiste en que se requiere abrir la discusión a varios sectores de la sociedad, conocer los puntos de vista y a partir de ahí conformar las leyes secundarias.

La llamada «Ley antichatarra» ha generado polémica, no solo porque algunos expertos aseguran que no es suficiente para combatir el problema de obesidad infantil en el país -pues para eso se requieren soluciones integrales- si no porque además no aclara específicamente las sanciones de quien no cumpla la ley.

Las cámaras empresariales de todo el país se han manifestado también en contra de esta regulación, bajo el argumento de que la ya de por sí golpeada economía tendrá pérdidas importantes, pues se afectará a 15% del PIB que representa todos los alimentos procesados.

Tanto la Coparmex como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) han solicitado a las autoridades realizar un ejercicio de parlamento abierto para analizar la iniciativa.

Carlos Salazar, presidente del CCE, junto con dirigentes de otras cámaras, pidieron instalar una mesas de trabajo y diálogo en las que participen todos los sectores involucrados, tales como salud, educación, empresarios, los propios dueños de establecimientos y padres de familia.

Los empresarios exhortan a una discusión más a fondo donde participen todos los involucrados y no se afecte a los sectores involucrados.