Trump en el infierno

Donald Trump anda apagando incendios donde no los hay…. y en donde las cosas están que arden, no las enfría.

El presidente de los Estados Unidos dispuso hace días del envío de 5 mil tropas a la frontera con México, amenazando con elevar el número a 15 mil.

Son soldados altamente adiestrados que llegaron con la consigna de impedir el paso de los 5 mil centroamericanos que, en caravana, llegaron estos días a la frontera norteamericana.

Para el insensato y mentiroso inquilino de la Casa Blanca, su decisión obedece a que está pronosticando una invasión de inmigrantes –criminales en su mayoría, dice él- y por eso despliega hacia la frontera con México más tropas que las que ya están en Afganistán o Irán.

No importa que los 5 mil centroamericanos que huyen del hambre y la guerra en Honduras, El Salvador o Nicaragua, sean en su mayoría mujeres y niños.

Para Trump esas mujeres y esos niños son tan criminales y peligrosos, que ya amenazó con dispararles si se atreven a pisar suelo americano.

Lo curioso es que ese fuego que el presidente norteamericano ve donde no existe, contrasta con lo que se vivió en California.

Durante 19 días los californianos vivieron un auténtico infierno. Miles de hectáreas de bosques, más de 6 mil residencias, al menos 85 muertos y casi 250 desaparecidos causaron esos voraces y descontrolados incendios.

Pero la urgencia para desplegar efectivos militares hacia esa región californiana, tan necesitada de ayuda para combatir el drama, no existió para Trump.

En un tuit la semana pasada en el que abordó esa infernal crisis, el mandatario norteamericano culpó de los incendios a la incompetencia de los guardabosques. Se le olvida al señor del cabello naranja aquello de que nunca llueve en el sur de California.

Pero mientras se desgarra las vestiduras para distraer a miles de soldados a la frontera con México, no hace lo mismo donde de verdad existe un drama humanitario y ecológico que desde su miope visión desdeña.

¿Dónde servirían más esos 5 mil o 15 mil soldados? ¿En los bosques y los suburbios californianos que vivieron un infierno? ¿Cuántas vidas y propiedades pudieron haber salvado?

Pero ese es Donald Trump. El líder de la nación que se dice la más poderosa del mundo y que se fabrica historias para tejerse en la mente realidades a la medida de su soberbia y de su ignorancia.

Baste ver cómo festejó lo que dijo que era su “gran victoria” en las pasadas elecciones del martes 6 de noviembre. Mentiras.

El partido Republicano perdió el control de la Cámara Baja, sentando en curules a 35 nuevos demócratas y arrojando un balance final de 3 millones de votos demócratas por encima de los republicanos.

Y aunque los republicanos retuvieron el control del Senado, si se contabilizan los votos totales de los candidatos senatoriales, los demócratas avanzaron en 10 millones de votos más con respecto a la pasada elección.

¿Y qué hay del odio sembrado por Trump contra minorías e inmigrantes? Pues que por primera vez en la historia norteamericana dos mujeres musulmanas y una mujer nativa americana –indígena- tendrán la oportunidad de sentarse en el Congreso.

Mientras que el movimiento #MeToo para restaurar la dignidad en las mujeres instaló a 100 legisladoras, entre ellas una latina de 24 años que será la más joven en la historia de los Estados Unidos.

Por eso el repudio contra Trump crece entre sus conciudadanos. Porque está dedicado a pelear batallas ficticias, fabricadas en su delirante mente, mientras las reales –las que no ve- convierten en cenizas el sueño americano de miles que lo perdieron todo.