10 de noviembre 2017
¡Que alguien me explique!
Trump, el doblecara
Cuando tiene oportunidad, Donald Trump sale a apalear el TLC y dice que si no existe una renegociación lo cancela y punto, pero eso no fue a decirle a los chinos
Por Ramón Alberto Garza
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Donald Trump piensa que los ciudadanos de todo el mundo somos un enjambre de imbéciles. Peor aún, el controvertido presidente de los Estados Unidos está convencido de que no tenemos memoria.
Solo bajo estos supuestos puede analizarse el inexplicable discurso que el hombre del pelo anaranjado dio en su primer día de visita a China.
Pero antes de puntualizar los detalles, recordemos que China es el país que tiene el mayor superávit comercial con los Estados Unidos.
La diferencia entre lo que los chinos exportan y lo que importan a Norteamérica supera los 380 mil millones de dólares a favor de los asiáticos. ¿Son muchos o son pocos?
Bueno, la diferencia entre lo que los mexicanos exportamos y lo que importamos de Estados Unidos apenas supera los 64 mil millones de dólares a favor de nuestro país.
Visto de una manera simple, el superávit chino frente a Norteamérica es seis veces mayor que el que tanto le cuestiona Trump a México y por el cual amenaza desde su campaña con terminar el Tratado de Libre Comercio (TLC).
O evaluado desde otra óptica, si Estados Unidos ajustara una sexta parte de su deficitario comercio con China, sería el equivalente a acabar con el 100 por ciento del conflicto comercial del que tanto se queja con México.
Pero cuantas veces tiene la oportunidad, Trump sale a apalear al TLC, a decir que si no existe una renegociación que le convenga –desde su particular óptica- lo cancela y punto.
Sin embargo esa no fue la retórica que el presidente de los Estados Unidos fue a decirle a los chinos sobre su superávit comercial.
Y frente al presidente chino, Xi Jinping, el mandatario norteamericano fue en extremo complaciente de que los chinos apaleen a los Estados Unidos en el comercio exterior.
Cita directa del discurso: “…después de todo ¿quién puede culpar a un país de aprovecharse de otro país para beneficio de sus ciudadanos?”.
Es decir, que en la compleja y torcida mente de Trump, lo que hace México al aprovechar su mano de obra barata para exportar a su vecino, es un acto criminal que aniquila millones de empleos en los Estados Unidos.
Y ese mismo mandatario se somete elogiosamente frente al gobierno chino por inundar de mercancías baratas a Norteamérica y lo califica de un acto compasivo. China lo hace a favor de sus ciudadanos. ¿Y Mexico no?
Mayor cinismo, mayor evidencia de un doble discurso, de una doble cara, no existe en un líder mundial de ese calibre.
¿Pensará el ególatra pelirrojo que lo que declara en China se queda en China, y que el resto del mundo jamás lo vamos a saber?
¿O tendrá acaso un nuevo redactor de sus discursos y se dio cuenta de la aberración cuando lo estaba leyendo?
Quizá la respuesta es mas simple de lo que parece. A los mexicanos Trump nos insulta, nos amenaza y nos levanta muros, porque a diferencia de China aquí no tenemos en las arcas nacionales los 800 mil billones de dólares de deuda norteamericana que si tiene China.
El mandatario norteamericano está obligado a tratar con pinzas a los chinos, porque además de que le pueden desestabilizar al dólar, también lo pueden dejar solo en su disputa con Corea del Norte.
Pero en fin, sigámosle el juego al tirano que nos bulea y nos da un trato diferenciado frente a condiciones iguales.
¿Qué responderán frente a esto el canciller Luis Videgaray y el secretario de Economía Ildefonso Guajardo?
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