The Televisa Factor

La Embajada de México en Estados Unidos tiene en Washington una poderosa sede alterna: los cuarteles de TelevisaUnivision. Y sus embajadores de facto son Bernardo Gómez y Alfonso de Angoitia.

Los copresidentes de la cadena de televisión hispana más influyente en México y Estados Unidos se convirtieron en los mexicanos más cercanos y confiables, no sólo del presidente Donald Trump, sino de su familia entera. Tanto, que el mismo día de la elección presidencial norteamericana, Trump le hizo una de las muy pocas llamadas telefónicas -una de carácter muy personal- a Bernardo Gómez. El candidato triunfador agradeció al mexicano la cobertura hecha por TelevisaUnivision, que dijo fue factor decisivo para inclinar el voto de la comunidad hispana a su favor.

Quizás por ello, el pasado martes, apenas descendió de su vuelo privado procedente de Washington, Bernardo Gómez acudió a Palacio Nacional para sostener un encuentro de más de una hora con la presidenta Claudia Sheinbaum, cuyo desorientado círculo cercano no acaba por acertar cómo abrir los picaportes calientes en la nueva Casa Blanca. El desaire es delicado en los momentos en que México fue declarado prioridad de seguridad nacional en el discurso de toma de posesión del cuadragésimo séptimo presidente de los Estados Unidos.

La influencia de la dupla Gómez-De Angoitia data desde el 2 de marzo de 2018, cuando ambos -entonces vicepresidentes de Televisa- se acercaron a Jared Kushner, asesor principal de la Casa Blanca y yerno del entonces presidente Trump, para buscar los apoyos políticos necesarios que permitieran consumar la alianza entre la mexicana Televisa y la norteamericana Univision, en un intento por consolidar el mayor corporativo hispano de televisión y de contenidos multimedia.

Un amigable enlace de aquellas primeras reuniones -ocurridas en el último año de gobierno de Enrique Peña Nieto- fue Luis Videgaray, quien fuera Secretario de Hacienda y Secretario de Relaciones Exteriores. La cercanía era tal, que fue en sus tiempos como canciller, durante los últimos días del sexenio peñista, que Videgaray gestionó ante el presidente priista la entrega de la Orden del Águila Azteca al esposo de Ivanka Trump.

Icónica es la imagen de la dupla Gómez-De Angoitia entrando a la residencia del yerno de Trump, lo que se instaló como el inicio de la alianza Televisa-Trump que acabó por sellarse el 24 de enero de 2022, cuando se anunció la integración formal del consorcio TelevisaUnivision. Este era un acuerdo que legalmente exigía la aprobación de distintas instancias del gobierno de los Estados Unidos. Jared Kushner fue el amigable facilitador que -operando ya desde la Casa Blanca- despejó algunos de los caminos y de los apoyos republicanos para que esa fusión fuera posible.

Icónica fue también la cena que se dio el 19 de marzo de 2019, en la residencia de Bernardo Gómez y a la que asistieron el presidente Andrés Manuel López Obrador, Jared Kushner y el entonces canciller Marcelo Ebrard, hoy Secretario de Economía. Ese fue el primer acercamiento formal, serio, entre el gobierno de la Cuarta Transformación y el gobierno republicano con sede en Washington.

A partir de entonces, los encuentros Kushner-Gómez-De Angoitia fueron más frecuentes y se trasladaron desde la Casa Blanca a finales del primer gobierno de Trump, hasta cónclaves con el candidato presidencial republicano en Mar-a-Lago en noviembre de 2023 y en noviembre de 2024, una semana después de las elecciones. Para el presidente Trump la dupla TelevisaUnivision significó la gestación del Fox News hispano, que le abrió los espacios clave para atraer al electorado hispano.

Bajo esa óptica no es extraño que Bernardo Gómez y Alfonso de Angoitia fueran los dos mexicanos que ocuparon asientos preferenciales en todos los eventos inaugurales de la nueva Era Trump. “Recibieron el trato que se dio a los miembros de la familia presidencial”, nos reveló una fuente que opera dentro del círculo más cercano del presidente Trump.

De ahí, la importancia de la visita de Bernardo Gómez el martes a Palacio Nacional. Porque por las tensiones generadas entre ambos gobiernos tras el discurso inaugural que centró las primeras acciones ofensivas contra México -migración, cárteles, fentanilo y libre comercio- no se veía en el horizonte un interlocutor confiable entre México y Washington.

Hasta ayer miércoles los contactos entre la Casa Blanca y Palacio Nacional estaban prácticamente en suspenso. No existía comunicación formal. Coincidencia o no, tras la reunión del martes entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el copresidente de Televisa, se concretó ayer la primera comunicación entre Marco Rubio, el Secretario de Estado norteamericano, y el canciller mexicano Juan Ramón de la Fuente.

En los próximos días se verá si tras su encuentro con el copresidente de Televisa, la presidenta Claudia Sheinbaum mantiene su discurso de soberanía bajo la sombra del Himno Nacional o si se acerca a la administración Trump con una estrategia menos ideológica, más pragmática y de cooperación que atenúe las fricciones generadas por lo que se calificó como un violento discurso hacia México y su gobierno.

Por ahora, baste saber que, si a la poderosa Secretaría de Defensa del nuevo gobierno norteamericano llegó Pete Hegseth, un presentador de televisión en Fox News, la relación bilateral con México tiene en Bernardo Gómez y en Alfonso de Angoitia, los dos copresidentes de TelevisaUnivision, a dos interlocutores que -aunque de manera informal- tendrán en Washington más peso específico que la dupla Ebrard-De la Fuente. Ése será The Televisa Factor dentro la nueva Era Trump.