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21 de noviembre 2024

21 de febrero 2023

¡Que alguien me explique!

¿Tesla Samuel o Tesla Andrés?

El inquilino de Palacio Nacional dijo que, la tierra gobernada por Samuel García, no tiene agua suficiente para un proyecto como el de Tesla. Y que Elon Musk, su presidente, tendría que estar evaluando algún estado del sureste mexicano

Por Ramón Alberto Garza

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Andrés Manuel López Obrador se enfundó ayer en el uniforme de presidente… pero de presidente de Conagua.

Y sin más, desde su púlpito mañanero lanzó un veto sobre Nuevo León para que sea la sede de la instalación de una mega planta de Tesla, el gigante de los automóviles eléctricos.

El inquilino de Palacio Nacional dijo que, la tierra gobernada por Samuel García, no tiene agua suficiente para un proyecto como el de Tesla. Y que Elon Musk, su presidente, tendría que estar evaluando algún estado del sureste mexicano porque la prioridad del agua en la metrópoli regia es para consumo humano.

No es la primera noticia que intenta frenar la posible instalación de Tesla en Nuevo León. Ya se había circulado que tampoco se tendría disponible el suficiente suministro de energía eléctrica para cumplir con el millón de kva’s que demanda un proyecto de esa magnitud. Falso. La disponibilidad en la región para movilizar a esa mega planta es de tres y media veces lo que demanda.

Pero en el caso del agua, difícil sería que el gobernador Samuel García diera el visto bueno a la inversión que alcanzaría los 10 mil millones dólares al cumplir su fase final, si no se garantizara el suministro de agua.

Es cierto que Nuevo León vive días de tragedia hídrica y que mientras no se termine el segundo acueducto de El Cuchillo y la presa Libertad, será difícil levantar la restricción de la crisis.

Bajo ese supuesto, existen dos visiones hídricas, la del gobernador Samuel García y la del presidente López Obrador.

El gobierno de Nuevo León dice que sí existirá el suficiente suministro porque el consumo que demandaría Tesla no sería exigido de inmediato.

Se estima que a la automotriz norteamericana le llevaría al menos un año o año y medio arrancar las primeras fases de su planta, que al final será una nave cubierta de dos kilómetros de largo por un kilómetro de ancho, es decir, el equivalente a 200 naves industriales de una hectárea cada una.

Quienes desde adentro del gobierno neoleonés avalan la construcción de la planta de Tesla dicen que todo estará listo cuando se terminen las obras hidráulicas que ya están en construcción.

Pero en Palacio Nacional tienen otros datos. Dicen que al estar terminada la planta de Tesla consumiría 600 litros de agua por segundo, que son suficientes para dar servicio a 400 mil habitantes. Un 10 por ciento de la población de la metrópoli regia.

Sería casi el triple del agua que consume la planta automotriz de Kia, en Pesquería, que supera los 200 litros por segundo, y dos veces y medio los 270 litros por segundo que consume la refinería de Pemex, en Cadereyta.

Por eso, el presidente López Obrador ofreció reinstalar la inversión de Tesla en algún estado del sureste, donde abunda el agua. Pero para ser justos, habría que decir que el agua es solo uno de los factores para que Elon Musk decida dónde instalarse.

El primer factor es la localización de Monterrey, a solo dos horas de la frontera con Estados Unidos; la segunda, la excelente mano de obra calificada que genera la media docena de universidades que preparan cientos de ingenieros y técnicos que demanda una mega planta como la de Tesla; y la tercera, que entre Monterrey y Saltillo ya existe un corredor automotriz que sería de gran beneficio para surtir algunos componentes de Tesla.

Nada de eso se tiene en el sureste. Y no están cerca de los Estados Unidos ni tienen la oferta de talento que allá se limita a ser mano de obra básica, pero no sofisticada.

Ya en el pasado hay que recordar que, por un tema del agua, el presidente López Obrador ordenó la relocalización de la planta cervecera de Constellation Brands que se construía en Mexicali y acabó en el sur de Veracruz. Pero la distancia entre fabricar una cerveza y un auto eléctrico tiene todo un abismo.

Hay quienes pretenden ver en la decisión del presidente López Obrador un factor político y ese es su menosprecio por Nuevo León.

Para el inquilino de Palacio Nacional, Nuevo León es la cuna de la resistencia anti morenista, la entidad en donde tiene los más bajos niveles de aprobación, el epicentro del empresariado que financia las campañas en su contra y la capital del conservadurismo en México.

Ojalá que, si existieran esos factores político-ideológicos, no sean los que muevan el fiel de la balanza sobre dónde terminará por instalarse Tesla.

Y es que, en una de esas, Elon Musk podría cansarse de la grilla en la 4T y redefinir su decisión. Y ahí sí corremos el riesgo, el Norte y el Sureste, de quedar sin la inversión de clase mundial.

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