6 de octubre 2016
¡Que alguien me explique!
Surviving Atlacomulco
El PRI puede perder en 2018 la elección presidencial, pero jamás el control del Estado de México, enclave del grupo Atlacomulco.
Por Ramón Alberto Garza
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Si algo acusa el actual grupo en el gobierno es de su marcado provincianismo y su predilección por hacer del Estado de México el ombilgo del país.
La mitad del gabinete, la estratégica, la que maneja las obras y los dineros nacionales, viene del Edomex.
Lo obra pública magna, la que cuenta y deja, se le da a los constructores predilectos que operaron en los últimos dos sexenios en Edomex.
Hasta el partido en el poder vivió sus días de menor gloria con una interina sin méritos que se improvisó desde el Edomex.
Dirán que es natural considerando que es la entidad de donde proviene y que gobernó el presidente Enrique Peña Nieto. Pero el debate es mas profundo, mas estratégico.
Por eso llama la atención que la asociación Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad salga a plantarle una zancadilla a Josefina Vázquez Mota, para que cese en sus afanes de postularse como candidata panista –o de alianza con el PRD- para el Estado de México.
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