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21 de noviembre 2024

30 de septiembre 2024

Política

Sheinbaum y López Obrador: dos mundos distintos

La principal diferencia de formación política entre la presidenta entrante y el presidente saliente es que sólo uno de ellos militó en el PRI y en su cultura de poder

Por Redacción Magenta

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El origen de Claudia Sheinbaum dista radicalmente del entorno que formó a su mentor político, el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La hija de dos académicos, judíos ashkenazis que migraron a México, creció en la capital, se fogueó políticamente en los movimientos estudiantiles de la UNAM de la década de los 80’s y estudió un posgrado en la Universidad de Berkeley. Una vida privilegiada si se mira en el espejo de lo que fueron los inicios de López Obrador: un tabasqueño de clase media baja que recurrió a los cuadros del PRI como mecanismo de movilidad social y que, forzado por los altibajos económicos, se apoyó en las atenciones de la familia de Adán Augusto López.

Claudia Sheinbaum asumirá el poder bajo la interrogante de si construirá el segundo piso de la Cuarta Transformación con sello propio o bajo la partitura estricta de Andrés López Obrador, dictada a través de su hijo, el secretario de Organización de Morena, Andrés Manuel López Beltrán.

La estructura política que López Obrador ha instalado alrededor de Sheinbaum, con la imposición de la mitad del gabinete, el control de los líderes parlamentarios de Morena y el dominio vertical del partido, sugieren que hay pocas probabilidades de que se implemente una versión diferenciada del proyecto nacional populista de la Cuarta Transformación.

Sin embargo, en el caso de Sheinbaum, el origen podría convertirse en destino. La principal diferencia de formación política entre la presidenta entrante y el presidente saliente es que sólo uno de ellos militó en el PRI y en su cultura de poder. El gobierno de Luis Echeverría fue para López Obrador lo que las protestas ecologistas de Berkeley fueron para Sheinbaum. Se trata de dos visiones de mundo diametralmente diferentes.

Si bien, la carrera política de Sheinbaum se ha desarrollado al amparo de la trayectoria de López Obrador en las últimas dos décadas y media, las mareas económicas y geopolíticas podrían orillarla a un quiebre. Es en esta coyuntura, la de un ajuste fiscal de 700 mil millones de pesos o la de la amenaza de una intervención de seguridad nacional desde Estados Unidos, que la presidenta entrante podría apelar a su origen para cambiar el rumbo de la Cuarta Transformación. De un modelo nacional populista a un modelo de izquierda moderna y pragmática.

Los medios internacionales, particularmente los anglosajones, describen insistentemente a Sheinbaum como una mujer científica, judía, ambientalista, con estudios de posgrado en una de las universidades más prestigiosas del mundo. Esta es la coalición que la presidenta podría necesitar en caso de una emergencia: Washington y Wall Street; el establishment de seguridad nacional de Estados Unidos y las instituciones financieras globales.

Cerca del equipo de la presidenta sostienen que Sheinbaum no ha mostrado su verdadero rostro debido a que no busca confrontar al poder del momento. No obstante, una crisis fiscal o una ruptura del mapa criminal podrían revelar su verdadera identidad política: la mujer científica, judía, ambientalista educada en la Universidad de Berkeley.

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