“Sheinbaum no es aliada”

¿Qué pasó?

• “Sheinbaum no es aliada”. Esta leyenda marcó una de las vallas que el gobierno federal levantó para resguardar el Palacio Nacional.

• La frase resume la fuerte disonancia que ha caracterizado a la administración de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum: una mujer de origen judío, científica y activista ecológica, cuyos compromisos con el presidente Andrés Manuel López Obrador la han alejado de los principales colectivos sociales de la capital.

• “¿Cuándo fue la última vez que los militares acudieron a una protesta civil?”, cuestionó Paola Zavala, activista de Derechos Humanos.

• El despliegue de la marina para contener la marcha del 8 de marzo fue ampliamente criticado por los colectivos feministas.

• Martha Tagle, activista y ex diputada federal, reprobó que el gobierno de la Ciudad de México se haya adjudicado el éxito de las protestas de mujeres, dado que tanto Sheinbaum como su secretario de Gobierno, Martí Batres, insistieron en la advertencia de que habría episodios de violencia en la manifestación.

¿Por qué importa?

• Las manifestaciones del 8 de marzo exhibieron la evolución de la coalición de gobierno de Claudia Sheinbaum, aspirante a la Presidencia de México y señalada en el círculo rojo como la sucesora natural del presidente Andrés Manuel López Obrador como la candidata del oficialismo en 2024.

• La nueva composición de la coalición de Sheinbaum implica la retirada de los colectivos feministas y de los activistas sociales, a la par del avance de figuras asociadas a la izquierda radical.

• La protesta del 8 de marzo puso de relieve la ascendencia de Martí Batres, secretario de Gobierno de la Ciudad de México y una figura política vinculada a grupos de choque en la UNAM.

• Batres coordinó el despliegue masivo de fuerzas del orden y comunicó, a través de redes sociales, la evolución de la marcha en tiempo real. Este ejercicio fue duramente criticado por activistas, quienes denunciaron que Batres enfatizó en exceso los episodios negativos de la marcha, que representaron eventos aislados disociados del comportamiento general de las manifestantes.

El contexto:

En marzo del año pasado, la organización Amnistía Internacional acusó a las autoridades mexicanas de estigmatizar a las mujeres que protestan libremente en el país al tacharlas de violentas, lo que ha desencadenado detenciones arbitrarias, amenazas, intimidación, estigmas y hasta violencia sexual por el uso excesivo de la fuerza.

Los detalles:

• Colectivos feministas reclamaron a la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, que se haya permitido a la Marina, un cuerpo militar, intervenir en las manifestaciones civiles del 8M, lo que inclusive trajo a la mente lo sucedido en la masacre de 1968.

• “Una de las causas por las que protestamos hoy es la violencia de las fuerzas armadas contra nosotras. Según la ENPOL (Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad), el 41% de las mujeres detenidas por la Marina fueron violadas.

• “Mandar estos elementos a la marcha hoy (martes) es no entender nada. No nos cuidan, vulneran nuestros derechos”, expresó Isabel Erreguerena, codirectora de la organización feminista EQUIS, a través de sus redes sociales.

• Previo a la marcha multitudinaria del 8 de marzo, Sheinbaum dijo que su gobierno garantizaría el derecho a la protesta. No obstante, el discurso de su gobierno hizo énfasis desmedido en la posibilidad de que se presentaran episodios de violencia durante las manifestaciones, algo que no sucedió.

• La Jefa de Gobierno condenó que parte del movimiento feminista se escude en la violencia para exigir sus demandas, una narrativa que ha hecho eco de las declaraciones del presidente López Obrador sobre el movimiento feminista.

• “Considero necesario decirlo desde aquí: no es feminismo el uso de la violencia, no se puede usar la violencia para convencer de una causa, la violencia es en esencia, machista. 

• “Quienes pagan campañas de calumnias porque quieren regresar al México donde unos pocos tenían el control y se beneficiaban de los recursos públicos, son los que se quieren apropiar falsamente de la demanda de la erradicación de la violencia hacía la mujer, afirmó la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

• De acuerdo a la periodista Sabina Berman, con la llegada de AMLO a la presidencia, autodenominado un gobierno de izquierda y a favor de la mujer, el movimiento feminista esperaba que actuara en consecuencia. Al final, dijo, terminaron desilusionadas y confrontadas con una realidad distinta.

• “La izquierda siempre ha estado de la mano con el feminismo, a lo largo de la historia del movimiento, por lo que la llegada de AMLO representaba un cambio en el panorama.

• “Hay muchas tensiones hoy al interior del movimiento feminista… esta confrontación comenzó hace cuatro años”, expresó Berman en entrevista con Julio Astillero.

• Dicho cambio, agregó, se creyó palpable en primera instancia con la designación de Claudia Sheinbaum como Jefa de Gobierno. Sin embargo, sus críticos afirman que, a final de cuentas, sólo se trató de un espejismo.

• “Esa mujer (Sheinbaum) nos dijo con todas sus palabras lo que queríamos escuchar… pero el gobierno (de la 4T) no es feminista ni en la retórica ni en los hechos”, puntualizó.