18 de abril 2024
¡Que alguien me explique!
Será difícil evitar fraude electoral
La confesional más seria, escrita por el mismo presidente López Obrador, advierte que “cualquier presidente de México, por tonto que sea, posee suficientes instrumentos de poder para agraviar e imponer su voluntad”
Por Ramón Alberto Garza
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“Es muy difícil evitar un fraude electoral de Estado. A esto se refirió Fox cuando sostuvo que no había podido destituirme con el desafuero, pero que se desquitó el 2 de julio. También debe tenerse en cuenta que, aunque es un hombre muy limitado, era ni más ni menos el jefe del Estado, y cualquier presidente de México, por tonto que sea, posee suficientes instrumentos de poder para agraviar e imponer su voluntad”.
La impactante cita no es de un analista político o de algún académico. Su autor es el mismísimo presidente Andrés Manuel López Obrador. La sentencia abre la página 153 de su último libro titulado ¡Gracias! (Editorial Planeta, 2024).
El texto no tiene desperdicio, porque exhibe descarnadamente los tortuosos laberintos en la mente del inquilino de Palacio Nacional y esa tesis es un verdadero ensayo sobre cómo opera su psique política.
La confesional más seria, escrita por el mismo presidente López Obrador, advierte que “cualquier presidente de México, por tonto que sea, posee suficientes instrumentos de poder para agraviar e imponer su voluntad”.
Esa es la política que él profesa, en lo que él cree. No hay equilibrios ni contrapesos. La voz del jefe de Estado es la que se impone y no hay quién la pare. De eso está convencido. Aun cuando el presidente sea “un tonto”, como calificaría a Fox. El poder es el poder, piensa.
Si traducimos esta filosofía del presidente López Obrador a las elecciones del próximo 2 de junio, debemos entender que él se siente con los suficientes “instrumentos de poder” para agraviar e imponer su voluntad. Es decir, hacer lo que sea necesario para no perder la elección.
La pregunta de fondo aquí es ¿de qué “instrumentos de poder” podría disponer el inquilino de Palacio Nacional para no perder la elección, como él mismo lo dice?
¿Será que tiene la certeza que el Instituto Nacional Electoral no hará nada para descalificar cualquier irregularidad en la elección presidencial? Después de todo, está probado que, a pesar de las 15 amonestaciones que el INE ya le impuso al presidente López Obrador por presuntas interferencias en la mañanera con el proceso electoral, nada sucede. No pasa de ser “una llamada de atención”. No hay consecuencias.
¿Se incluirá ente esos “instrumentos de poder” para ganar la elección presidencial el tener los medios para que Aduanas, Pemex y el SAT guarden silencio cómplice, a fin de que huachicoleros afines a Morena puedan continuar empleando el contrabando de combustibles, sin el debido pago de impuestos, para financiar la campaña del Partido en el Poder e imponer “su voluntad”?
¿Estará en el catálogo de “instrumentos de poder” del presidente en turno, el que grupos del crimen organizado sean utilizados -días antes de la elección- para crear las condiciones que impidan celebrar comicios confiables y propiciar el llamado “Estado de Excepción” que prolongue los seis años de la Cuarta Transformación? ¿Es imposible? Sólo vean estas declaraciones mañaneras de lo que algún “diablito” le susurra al oído al presidente López Obrador.
Estamos a seis semanas de las elecciones presidenciales más radicalizadas en la historia del México moderno, sólo superadas, hasta ahora, por las que se dieron en 1994 con el magnicidio de Luis Donaldo Colosio.
Que el presidente López Obrador envíe en su libro ¡Gracias!, firmado por él, la certeza de que un mandatario por más tonto que sea tiene todo para imponer su voluntad, es lo más alejado que existe del respeto a la democracia. Ese mensaje de la página 153 presidencial no es casual, no está cifrado. El inquilino de Palacio Nacional lo hizo con toda la intención -como dicen en el barrio- de “medirle el agua a los camotes”. Y dejar en claro que por más “tonto” que sea, no se va a dejar arrebatar el poder que hoy le pertenece sin límites.
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