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Política

¿Por qué se reunieron Alfonso Romo y Moisés Kalach?

El encargado del Cuarto de Junto del CCE sostuvo una reunión en Palacio Nacional con el jefe de gabinete. También estuvieron Jesús Seade, Graciela Márquez y los empresarios Antonio del Valle y Marcos Martínez. ¿Está en riesgo el T-MEC?

Por Rodrigo Carbajal

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Generalmente, cuando Moisés Kalach entra a Palacio Nacional significa que hay noticias sobre el futuro del T-MEC, el acuerdo comercial que sustituyó al TLCAN y que aún no ha sido ratificado por el Congreso de Estados Unidos.

Kalach, el encargado del Cuarto de Junto del Consejo Coordinador Empresarial, sostuvo una reunión con altos funcionarios de la administración de Andrés Manuel López Obrador. El empresario iba acompañado de Marcos Martínez, el Presidente de Santander, y de Antonio del Valle Perochena, el nuevo Presidente del Consejo Mexicano de Negocios.

Del lado del gobierno estuvieron el Jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo; la secretaria de Economía, Graciela Márquez; y el subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte, Jesús Seade.

La reunión ocurre en una semana intensa para la relación gobierno-iniciativa privada: la toma de protesta de Carlos Salazar como Presidente del CCE, la comida en Palacio Nacional del Presidente López Obrador con miembros de la élite empresarial mexicana y el inicio de operaciones del Consejo para el Fomento a la Inversión de Alfonso Romo sugieren que hay un nuevo pacto de cooperación entre la administración de la Cuarta Transformación y los empresarios.

Sin embargo, el motivo de la reunión de esta tarde podría tener otra explicación. El T-MEC, que es vital para que el gobierno de López Obrador ancle la confianza de los inversionistas globales en el país, se ha colado en la agenda política estadounidense. Robert Lighthizer, el Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) instó públicamente a los legisladores demócratas a votar a favor del acuerdo. En pocas palabras, su mensaje fue que sería catastrófico no ratificar el acuerdo: “No habría programa comercial en los Estados Unidos si no pasa el T-MEC. ¡Tiene que aprobarse! De lo contrario, no tendremos credibilidad frente a nuestros socios comerciales”.

Un grupo importante de congresistas y senadores americanos, la mayoría ligados a los grandes sindicatos de América del Norte, han expresado su escepticismo respecto al nuevo tratado.

Jesús Seade, quien ha sustituido a Ildefonso Guajardo como el interlocutor mexicano de facto en temas comerciales, ha llevado a cabo una serie de reuniones con legisladores en Washington para cabildear a favor del T-MEC. También se reunió con el propio Lighthizer.

“Creo que tienen una preocupación legítima (los congresistas escépticos), una agenda legítima. Tienes al menos 10 o 15 por ciento (de los miembros del Congreso) que están muy conectados a la causa laboral”, dijo Seade a un medio estadounidense.

La estrategia de cabildeo y comunicación de Seade se ha centrado en atender estas preocupaciones. El subsecretario de Relaciones Exteriores ha explicado de manera reiterada que la agenda de los sindicatos norteamericanos con la política y las reformas laborales de la administración de Andrés Manuel López Obrador.

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