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12 de julio 2019

Política

Raquel Buenrostro, la mera mera de las compras consolidadas

Antes de bajarse del barco, Urzúa le dio aún más facultades a Raquel Buenrostro para ejecutar las compras consolidadas. ¿Por qué es una política tan importante para la 4T?

Por Teresa Liaño

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Raquel Buenrostro ocupa la segunda posición más importante en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), ella es la Oficial Mayor de la dependencia que se encuentra en boca del lobo por la reciente renuncia del ex titular Carlos Urzúa.

Tras la salida de Urzúa, Raquel Buenrostro ganó mayor peso dentro de la Hacienda Pública. Y es que ella está al mando de una de las políticas más importantes del sexenio de Andrés Manuel López Obrador: las compras consolidadas.

El aumento de su poder dentro de la dependencia se concretó en un acuerdo que fue publicado en el Diario Oficial de la Federación un día antes de la renuncia de Carlos Urzúa. En este se otorga a la Oficialía Mayor de la SHCP “la facultad de promover, diseñar, elaborar, celebrar, suscribir y administrar los contratos marco”.

En resumidas cuentas es la mera mera de las compras consolidadas del Gobierno Federal. Esta es una política importantísima ya que la operación de todas las Secretarías de Estado (a excepción de Marina y Defensa Nacional) dependen de ella.

Pero para entender la importancia de esta funcionaria dentro del gobierno federal y el enorme poder que posee. Vamos a entender de qué trata esta nueva política.

Va por partes, ¿qué son las compras consolidadas?

Un día antes de que Enrique Peña Nieto soltara la banda presidencial, se publicó un cambio a la Ley de la Administración Pública. En ella se desaparecieron las Oficialías Mayores de las Secretarías de Estado, a excepción de la de Hacienda, Defensa Nacional y Marina.

En estas Oficialías Mayores era desde donde se hacían las compras y adquisiciones de cada dependencia. Por ejemplo, desde la Secretaría de Salud se gestionaban las compras de medicamentos; o desde la Secretaría de Educación Pública, se acordaban los proveedores de útiles escolares. Pero con la entrada en vigor de la 4T eso ya no es así.

Porque ahora todas las compras y adquisiciones de todas las Secretarías y de todo el Gobierno Federal se manejan desde las oficinas de Hacienda, específicamente desde la Oficialía Mayor, es decir, desde el escritorio de Raquel Buenrostro.

Previo a la reforma que de último minuto dejó Urzúa, Buenrostro, ya tenía gran injerencia dentro de la SHCP y el propio gobierno. Sin embargo, ahora tiene la facultad de controlar esa política de principio a fin. Entre sus nuevas capacidades está el licitar y celebrar contratos, algo que sólo podía hacer el secretario.

Raquel Buenrostro ya no depende del Secretaría de SHCP para completar todo el proceso de compras y adquisiciones consolidadas de todo el Gobierno Federal. 

Y el argumento para darle esta facultad a la Oficialía Mayor viene en el acuerdo que se publicó en el DOF: “con la finalidad de procurar la mejor organización del trabajo y agilizar el despacho de los asuntos competencia de esta Secretaría”.

La reforma a la Ley de Administración Pública que se hizo en 2018 (la del último día del gobierno de EPN), suplió las Oficialías Mayores de las Secretarías por Unidades de Administración y Finanzas. Estas nuevas oficinas se encargan únicamente de la distribución de los recursos, es decir, ya no hacen compras.

Y es que en sexenios anteriores el proceso de compras estaba descentralizado y correspondía a cada dependencia organizar su gasto. Así funcionó desde el gobierno de Miguel de la Madrid (1982), hasta el de Enrique Peña Nieto (1988). Sin embargo, para el nuevo gobierno esta estrategia era una fuga de dinero público.

De hecho, con la centralización de las compras del gobierno en la SHCP quieren lograr tres objetivos.

1 Mejorar las prácticas de compras

2 Evitar la burocracia y disminuir los casos de corrupción

3 Lograr mejores precios, que se traducen en ahorros al erario

Sobre el último punto AMLO dijo en su reporte de actividades del 1 de Julio, que el ahorro por el esquema de compras consolidadas asciende a 113 mil millones de pesos. Y que las compras consolidadas de medicamentos que abarcan el segundo semestre del año en curso, generó un ahorro de 2,700 millones de pesos. Esto último nos lleva al siguiente punto.

No todo es un arcoiris 

Esta nueva política de compras ha causado críticas y fricciones con proveedores y dependencias. El enfrentamiento que más ha sido comentado fue el que sucedió entre Hacienda y el sector salud. Incluso la renuncia de Germán Larrea, el ex titular del IMSS, se debe (en una parte) por el desabasto de medicamentos que ocasionó la reforma en el sistema de compras.

Tache a Raquel Buenrostro, Oficial Mayor @SHCP_mx Culpa a la admninistración anterior de los problemas de abasto en medicamentos . Ya son 6 meses en el gobierno. Hasta cúando van a seguir culpando al gobierno anterior? Parte de los problemas son por el lento ejercicio del gasto

— Maricarmen Cortes (@mcmaricarmen) May 25, 2019

Pero los cuestionamientos van más allá del desabasto, uno de los más concurridos tiene que ver con la eficiencia del nuevo sistema. Ya que lo que es práctico para Hacienda, puede no serlo para la Secretaría en cuestión. Pongamos el ejemplo de los medicamentos.

Hay medicinas que requieren mantenerse a una temperatura específica desde que salen del laboratorio hasta que llegan a la mano del paciente, de no ser así pierden sus propiedades. El IMSS contempla en sus compras de medicamentos la distribución en camiones refrigerados a los distintos puntos de entrega que están regados por toda la república. El IMSS sabe las necesidades de ese específico medicamento. El peligro es que por concretar un mejor precio se omita esta parte, la cual desde las oficinas de Hacienda se puede desconocer.

Y así con todas las compras de todas las dependencias.

Además otra gran crítica al sistema es que se intentó implementar en meses cuando incluso la propia Buenrostro ha dicho que experiencias de otros países, como el Reino Unido, indican que la curva de aprendizaje puede ser de 10 a 15 años.

Por lo que sí, esto va para largo.

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