29 de junio 2020
Política
¿Qué pasó con Guanajuato?
¿Cómo se convirtió de la noche a la mañana en la entidad más violenta de México?
Por Bernhard Buntru
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Hoy Guanajuato es un caos.
Este miércoles, un comando asesinó a 24 jóvenes en un centro de rehabilitación en Irapuato. Y si lo hubieras contado hace años, nadie te creería.
Y pese a que la situación de inseguridad en el estado ha incrementado de manera más o menos gradual en los últimos siete años, muchos se preguntan cómo es que una de las entidades más prósperas y pacíficas del país está hoy inmersa en la violencia criminal. Tanto, que Guanajuato ya se ubica como la entidad más violenta de México.
Según datos del Inegi, la tasa de homicidio en ese estado pasó de 12 a 57 por 100 mil habitantes entre 2012 y 2018. En 2019, de acuerdo al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), 3 mil 558 personas fueron asesinadas en Guanajuato, un incremento de 8 por ciento con respecto a 2018.
Existen varias explicaciones que dan razón de la situación actual de inseguridad en Guanajuato. Aquí te presentamos tres de ellas.
1. La explicación de AMLO
“Es un asunto que viene de tiempo atrás y no se atendía”, respondió el presidente el pasado 25 de junio, al ser cuestionado sobre el origen de la violencia en ese estado.
Para el mandatario, el Cártel de Santa Rosa Lima, protagonista en el mapa del crimen organizado en la entidad y principal impulsor de los recientes hechos violentos, “tiene presencia porque se dejó crecer, no se atendió a tiempo, incluso por eso tiene base social”.
En pocas palabras, Andrés Manuel López Obrador atribuyó la situación actual de inseguridad a la “ineficiencia y corrupción” del aparato de justicia en la entidad, combinado con un olvido del Estado mexicano con los jóvenes, quienes -dijo- alimentan la base social del crimen organizado en la región.
Incluso, el presidente dio a entender que el fiscal general del Estado, Carlos Zamarripa Aguirre, es corresponsable de la situación.
“El fiscal de Guanajuato lleva ya muchos años”, dijo el 29 de junio, “doce años y tiene que haber una renovación en Guanajuato”.
Cabe mencionar que la entidad es gobernada por Diego Sinhué Rodríguez Vallejo, del Partido Acción Nacional. En diciembre pasado, Sinhué evidenció asperezas con la administración de AMLO, al decir que no acudiría a las reuniones de seguridad del gobierno federal.
2. La explicación del gobernador
Para el gobernador Diego Sinhué Rodríguez Vallejo, la violencia en Guanajuato se deriva principalmente de una lucha entre grupos criminales por el control del territorio.
El mandatario estatal ha señalado que un gran porcentaje de los homicidios están relacionados con actividades delictivas como el consumo y venta de drogas, extorsiones y robo de combustible.
Eso sí, también le ha entrado al juego de echarse culpas entre los distintos niveles de gobierno.
El 29 de junio, Rodríguez Vallejo acusó que las omisiones del gobierno federal “hoy cuestan violencia y vidas” y solicitó que a la Fiscalía General de la República que despliegue e instale Ministerios Públicos de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) en Guanajuato para la integración de investigación del orden federal.
3. La explicación de un experto
Alejandro Hope, analista en temas de seguridad y columnista en El Universal, atribuye los altos índices de violencia en Guanajuato a “la paradoja del huachicol”, dado que “la violencia homicida creció en el estado a la par del robo de combustible”, además de que los homicidios están concentrados en aquellos municipios donde se ubican ductos de combustible, como es el caso de Salamanca.
Sin embargo, señala el experto, la disminución del huachicoleo como resultado del actuar gubernamental no se vería reflejada en una baja en la violencia por dos razones: a) las cifras del gobierno sobre robo de combustible no son correctas, o b) los mercados ilícitos tienen efectos asimétricos sobre la violencia. La primera posibilidad es clara, la segunda significa que “cuando crecen (los mercados ilícitos), se disparan los delitos violentos, pero cuando decrecen, la violencia persiste porque los operadores del mercado ilegal se mudan a otras actividades o queda una estela de conflictos que se resuelven a plomazos”. O quizá se trata de las dos posibilidades, remata Hope.
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¿Será posible que todas las explicaciones contengan su propia dosis de verdad?