¿Por qué regresa Meade?

Las palabras de Pablo Hiriart, uno de los periodistas más críticos con Andrés Manuel López Obrador han sido: “Una buena noticia para la democracia y la pluralidad: José Antonio Meade está de regreso”

Y puede que Hiriart tenga razón y el regreso de Meade sea bueno, incluso para AMLO.

Y es que tras el silencio político que siguió a su fallida candidatura presidencial, Meade vuelve con calculada precisión, pero..

¿Cuáles son los cálculos de Meade?

El primero fue un cálculo de servilleta: el de los 145 mil millones de dólares que costará cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Sin embargo, el regreso de Meade es mucho más que un comentario aislado sobre el NAIM. Detrás de esto hay otro cálculo, el cálculo político que llega en un momento en el que la oposición no ha podido encontrar el liderazgo que necesita para ser un contrapeso real a la Cuarta Transformación.

Su presencia en redes sociales explotó en los últimos meses:

Su twitter está lleno de hilos y comentarios sobre el nuevo aeropuerto, el tema que mayor polarización ha generado el gobierno de López Obrador.

Su página de Facebook incluye un post larguísimo explicando cómo calculó la cifra de los 145 mil millones de dólares.

Y su Instagram se ha vuelto un vehículo mediático para proyectar la imagen de que el cinco veces secretario está retirado temporalmente de la política.

Tan sólo en noviembre y diciembre subió 22 publicaciones a Instagram.  Nada mal para un tecnócrata de Yale que se siente más identificado con Milton Friedman que con Chumel Torres.

Otra cosa: Meade está estrenando barba y ahora sí acompañó a su esposa Juana al súper.

Parecería algo trivial, pero ésta es la nueva forma de construir una imagen política en el mundo. A través de Instagram.

Lo saben los precandidatos demócratas a la presidencia de Estados Unidos y lo sabe José Antonio Meade.

Entonces, ¿por qué regresa Meade?

Quizá porque la Cuarta Transformación ha creado nuevos espacios en la oposición y

Meade es el perfil ideal para un grupo en el que cada vez pesa menos la opinión de líderes partidistas como Marko Cortés y crece la influencia de activistas independientes como Claudio X. González Jr.

el excandidato del PRI es el secretario del status quo: se presenta como un tecnócrata independiente que sirvió durante el gobierno panista de Felipe Calderón y el gobierno priista de Enrique Peña Nieto.

Ésta podría ser la respuesta a las plegarias de una oposición partidista y no partidista que enfrenta una crisis de identidad.

Meade quedó en tercer lugar en la elección de 2018.

Pero ahora la élite sabe que su error fue dividir el voto anti López Obrador con Ricardo Anaya…

Y ese cálculo también lo hizo Meade y sabe que la política siempre da revanchas.

Si no, pregúntenle al presidente.