19 de diciembre 2018
Política
Pistas de AMLO sobre el NAIM
“En mi gobierno, cuando se cometa un error, vamos a rectificar”. La declaración del Presidente López Obrador se suma a una serie de condiciones que hacen cada vez más probable la continuidad del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México
Por Rodrigo Carbajal
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Se asume como un presidente que rectifica
Después de la presión ejercida por las universidades públicas, Andrés Manuel López Obrador se comprometió a corregir la iniciativa del Presupuesto para cumplir el compromiso de campaña de mantener el mismo nivel de gasto de las instituciones de educación superior.
El Presidente ha mostrado ser más pragmático y dispuesto a la negociación de lo que sus detractores anticipaban.
Pero esto no es sólo por su propia voluntad, sino porque los contrapesos constitucionales están funcionando:
El Poder Judicial falló en contra de la Ley de Remuneración de Servidores Públicos luego de que la oposición interpuso un recurso de controversia constitucional. Ahora el Presidente y su partido deberán corregir la iniciativa.
Otro ejemplo está en el probable rechazo del Poder Legislativo a la terna de la Suprema Corte de Justicia de la Nación enviada por el Poder Ejecutivo. Otra vez, el Presidente estaría obligado a rectificar.
Solo se recompraron el 30% de los bonos del NAIM
El grupo de inversionistas del NAIM, representados por el despacho Hogan Lovells y el banco de inversión Houlihan Lokey, aceptaron la recompra de 1,800 millones de dólares después de haber rechazado dos propuestas de reestructuración de deuda de la Secretaría de Hacienda.
Esto facilitaría el cambio al título de concesión del proyecto de TExcoco, lo que podría abrir la puerta a una privatización.
Sin embargo, todavía hay bonos con un valor de 4,200 millones de dólares en manos de inversionistas privados, por lo que no podría descartarse un costoso litigio en caso de incumplimiento de contrato.
Ir a juicio en Estados Unidos no es opción
Si el gobierno mexicano detiene las obras del NAIM, cambia el título de concesión, deja de pagar a los inversionistas restantes o comienza a construir otro aeropuerto en un radio de 70 kilómetros; los inversionistas podrían demandar en la Corte del Distrito Sur de Nueva York.
Estos son los mismos tribunales en los que México nunca ha ganado un juicio de reestructuración de deuda. Ésta es también la misma corte que obligó al gobierno argentino a pagar más de 4 mil millones de dólares a un grupo minoritario de fondos buitre hace algunos años.
Se busca evitar un conflicto con la élite empresarial mexicana
Esta semana, el Secretario de la Defensa Nacional dijo que los contratistas privados no entrarán al proyecto de Santa Lucía y que este aeropuerto será construido en su totalidad por el ejército mexicano.
La declaración generó reacciones. La agencia Bloomberg publicó la nota haciendo énfasis en que los nombres de Carlos Slim y David Martínez, el mayor tenedor de acciones de ICA, serían los principales desplazados.
La cancelación efectiva del NAIM y la postura de la Sedena abrirían un nuevo frente que ya había sido cerrado por el propio López Obrador en el llamado Pacto de la Alcachofa con los contratistas originales del proyecto de Texcoco.
El gobierno parece encaminarse a la decisión de seguir con el NAIM. Sin embargo, hay muchos detalles que aún tienen que definirse: la cancelación de Santa Lucía, la posible conformación de un consorcio privado que obtenga la concesión del proyecto para que el gobierno no asuma el costo fiscal y lo más importante, la estrategia de comunicación para que el gobierno no enfrente una rebelión de las bases que votaron en contra del NAIM en la consulta popular.
Por lo pronto, hay versiones periodísticas que aseguran que el gobierno federal tiene la decisión tomada en un 90 por ciento.
AMLO es un Presidente que rectifica. Y todo apunta a que la mayor corrección de su gobierno sería la del aterrizaje forzoso del NAIM.