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24 de octubre 2017

Política

PGR procurando ando

En su último año como Procuraduría -antes de cambiarse a Fiscalía- la PGR enfrenta no solo los cuestionamientos por la destitución del titular de la Fepade, si no también la falta de resultados, la desconfianza en las investigaciones y la falta de consistencia de sus titulares.

Por Carolina Hernández

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La Procuraduría General de la República vive sus últimos momentos.

Y el caso de Santiago Nieto, extitular de la Fepade parece ser el último clavo en su ataúd.

Apenas la semana pasada el ahora exfiscal declaró al diario Reforma que había sido presionado por Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, para que declarara públicamente su inocencia por presuntos desvíos de la empresa Odebrecht al PRI, durante la campaña presidencial de 2012.

Pero la acusación de Nieto ensucia el expendiente, pues ahora, Lozoya y su abogado, Javier Coello Trejo, tienen en la violación al debido proceso los argumentos para impugnar y ganar el caso.

Uno más que se ganaría en la mesa.

Expertos jurídicos cercanos al caso aseguran que podría haber sido una jugada intencional.

Y que Nieto habría sacrificado su puesto para darle argumentos al equipo jurídico de Lozoya.

Por eso la transformación de la PGR hoy más que nunca parece urgente.

Por que no es solo la falta de credibilidad en la institución que se supone debe impartir justicia.

Es también la falta de resultados que la PGR ha tenido en los temas más controversiales -como Ayotzinapa o Tlatlaya solo por mencionar algunos,  y la falta de continuidad de sus procuradores.

La reforma política promete que cuando la PGR pase a ser FGR, dejará de ser una institución dependiente del Ejecutivo federal para convertirse en un órgano constitucional autónomo.

Entonces ya no habrá procuradores, si no fiscales.

Pero el reto para el Gobierno Federal es que no solo cambie el nombre, si no eliminar la escalera de vicios que llevaron a los mexicanos a desconfíar de la institución encargada de impartir la justicia en el país.

La destitución de Santiago Nieto como titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales -justo cuando arrancan las campañas para el 2018- pone a la PGR (otra vez) bajo la lupa.

Tanto, que el propio titular de la Procuraduría, Alberto Elías Beltrán, tuvo que salir a asegurar que esa decisión no fue una orden directa de Los Pinos.

Y es que desde que se dio a conocer el anuncio la oleada de críticas y dudas no ha parado.

Pero la desconfianza hacia la PGR no es nueva ni mucho menos exclusiva de los funcionarios públicos.

De acuerdo a una encuesta del 2016 de la firma Covarrubias y Asociados, el 58% de los mexicanos considera que la PGR es la Institución más corrupta y el 54% piensa que es la que tiene más falta de credibilidad.

Si en algo es generosa la PGR es en procuradores…

El gobierno de Miguel de la Madrid, fue el último en mantener a un solo titular en la PGR durante todo el sexenio.

Carlos Salinas de Gortari tuvo 5 procuradores.

Ernesto Zedillo, 2

Igual que Vicente Fox

Y por el gobierno de Felipe Calderón pasaros 3 procuradores

En la administración de Enrique Peña Nieto, Alberto Elías Beltrán es el cuarto procurador al frente de la institución

Prácticamente todos se fueron dejando atrás su dosis de escándalo.

Por si fuera poco, los avances en investigaciones de casos clave de corrupción, asesinatos y desapariciones rampantes en México -pasadas y presentes- en general han sido casi invisibles.

En la mayoría, el fantasma de la impunidad ronda las investigaciones.

Y para enmarcar mejor la crisis, el presupuesto de la PGR es prácticamente el mismo que en 2013, poco más de 15.8 mil millones de pesos.

Incluso este año, la procuraduría recibió 6.6 por ciento menos que el 2016.

Con todo eso, la nueva Fiscalía tendrá un difícil nacimiento y deberá aprender de los errores de su predecesora, la PGR, si de verdad quiere dejar solo de procurar justicia para, ahora sí conseguirla.

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