10 de julio 2018
Política
Los partidos políticos que han desaparecido
Elecciones 2018
En la elección del 2018, ni el PES ni el PANAL alcanzarán registro. Conoce otros partidos que se han disuelto por falta de votos
Por Luis Cardona
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Ya es bien sabido por todos que los partidos Encuentro Social y Nueva Alianza perderán el registro tras no obtener ni el 3% de los votos que la Ley Electoral pide como requisito para que sigan vigentes.
Eso significa que a partir de que el Tribunal Federal Electoral valide los resultados de los comicios, el Instituto Nacional Electoral podrá designar a los funcionarios que se encargarán de intervenir sus cuentas y propiedades para su respectiva liquidación.
Sin Nueva Alianza y Encuentro Social, en México existirán un total de ocho partidos políticos. Sin embargo a pesar de perder registro contarán con representación en la Cámara de Diputados y en la de Senadores.
Con datos del Programa de Resultados Electorales Preliminares, mira cómo podría conformarse la próxima integración del Senado de la República. pic.twitter.com/ZFAtrPaahE
— Ciro Murayama (@CiroMurayamaINE) July 5, 2018
De acuerdo a un análisis de El Universal, el último partido que perdió el registro tras los comicios fue el Partido Humanista.
Este mismo fue el único que se borró del mapa electoral nacional tras la reforma política aprobada en 2014, ya que durante la elección siguiente no logró completar la votación requerida.
Sin embargo logró quedarse en la Ciudad de México, donde si presentó candidatos para la elección de 2018.
Partido Humanista mantiene registro en la Ciudad de México https://t.co/mCJzVMmVGm pic.twitter.com/uTgf4D74cc
— Joaquín López-Dóriga (@lopezdoriga) September 7, 2017
Otro partido que no contó con la suerte, o el apoyo ciudadano, para mantener el registro fue el Social Demócrata, mismo que en 2006 lanzó cómo candidata a la presidencia a Patricia Mercado, quien ahora milita en el Movimiento Ciudadano de Dante Delgado.
Fue en la elección de 2009 cuando este organismo político obtuvo solamente el 1.09% de los sufragios válidos.
La elección del 2003, la primera intermedia a partir de la alternancia con la llegada de Vicente Fox a la presidencia, dejó algunos muertos en la guerra democrática.
Y el Partido Fuerza Ciudadana fue uno de ellos. Mismo que solamente tuvo una vida de un año, o menos, ya que solamente contendió en las intermedias de 2003 sin lograr obtener el 2% de los votos.
Cabe señalar que no todo fue fracaso para Fuerza Ciudadana, ya que al menos logró adjudicarse algunas alcaldías en el estado de Sonora.
Es posible que no te acuerdes de este partido (sobre todo si naciste en la década de los noventa), o siquiera que lo hayas escuchado mencionar pero aquí te dejamos su logotipo.
Otro partido que murió joven, o mejor dicho no alcanzó ni a crecer, fue el Partido Liberal Mexicano. Al igual que Fuerza Ciudadana obtuvo el registro en 2002 y no pasó de la elección del 2003.
Cabe señalar que este partido tenía toda la intención de ser el sucesor de la organización con el mismo nombre fundada por el mismísimo Ricardo Flores Magón en 1906. Pero la democracia no les hizo justicia.
Otra víctima de la elección del 2003 fue el Partido Alianza Social. Fue fundado en 1998 y de acuerdo a Wikipedia, su ideología está ligada al conservadurismo, democracia cristiana y el humanismo, algo así como el Encuentro Social de su tiempo.
El PAS se alió con el PRD (así como ahora lo hicieron con el PAN, o Morena con el PES) para postular a Cuauhtémoc Cárdenas en el 2000. Alianza gracias a la cual obtuvo dos diputados federales, pero no fue suficiente para conservar el registro.
En este mismo proceso electoral (2003) otros aliados del PRD con los que en el 200 postuló a Cárdenas, no lograron superar la meta del 2% de votos, tal es el caso del Partido de la Sociedad Nacionalista que obtuvo solamente el 0.27% de sufragios, o sea 70 mil aproximadamente.
También en el 2003 a pesar de su nombre, a México Posible no le fue posible seguir existiendo gracias a la poca preferencia electoral. Y es que el partido liderado por Patricia Mercado se quedó en el intento.
Aunque trató de refundarse, no fue posible.
En la elección que dio origen a la alternancia (2000), también hubo tres partidos que no lograron posicionarse en las preferencias electorales y los llevó a su desaparición.
Democracia Social fue uno de estos. Fundado en 1996 y dirigido por Gilberto Rincón Gallardo no logró pasar de la elección del 2000, pero algunos de sus militantes se pasaron a México Posible.
También en el 2000 el Partido de la Auténtica Revolución Mexicana sufrió una auténtica derrota después de casi 50 años de existencia. Sin embargo fue hasta 1988 que el PARM postuló a un candidato por la presidencia de la República, justo cuando rompió relaciones con el partido oficial; el Revolucionario Institucional.
En el 2000 postuló a Porfirio Muñoz Ledo, quien por conflictos internos en el partido declinó a favor del panista Vicente Fox.
Otro partido fundado por un expriista (Manuel Camacho Solis) que no duró ni un proceso electoral. Empezó sus actividades políticas en 1999 tras obtener el registro, mismo que perdieron en el 2000.
El candidato por la entonces jefatura de Gobierno, Marcelo Ebrard, declinó a favor del ahora virtual presidente electo Andrés Manuel López Obrador.
Pero antes del 2000, existieron otros partidos que no lograron captar el interés de los electores.
Por ejemplo en 1997, nuevamente en elecciones intermedias y de ideología de izquierda, los partidos Demócrata Mexicano, Popular Socialista y el Cardenista desaparecieron para no volver a aparecer en las boletas.
Y en 1994 nuevamente los partidos de izquierda fracasaron. De tal forma que el Demócrata Mexicano y el Popular Socialista tuvieron que disolverse.
Pero 1991 también fue una catástrofe para las corrientes de izquierda principalmente; las víctimas fueron el Partido Ecologista de México, el del Trabajo, el Revolucionario de los Trabajadores y el Demócrata Mexicano.
¿Por qué desaparecen los partidos políticos?
La Ley General de Partidos Políticos establece que para mantener el registro es necesario contar con al menos el 3% de los votos válidos emitidos en las elecciones de presidente, diputados o senadores.