6 de enero 2023
¡Que alguien me explique!
Ovidio y la Cumbre
No debe verse como ninguna casualidad la captura de Ovidio Guzmán López, el hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, a solo cuatro días de que el presidente Joe Biden pise suelo mexicano
Por Ramón Alberto Garza
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Lo venimos advirtiendo aquí desde hace meses. Era cuestión de que pasaran las elecciones en Estados Unidos, que los demócratas afianzaran el control del Senado, para que desde Washington se impulsara la Operación México.
La política lopezobradorista de los “Abrazos” alcanzó su fecha de caducidad. Y desde el gobierno norteamericano y sus instancias de Inteligencia la consigna ahora son los “Balazos”.
Las presiones sobre las 110 mil muertes en un año por la introducción de fentanilo desde México ya obligaron a políticos de alto perfil como el gobernador texano Greg Abbott, a exigir la entrada directa de tropas norteamericanas para acabar con los cárteles, a los que ya se les califica de grupos terroristas.
Por eso no debe verse como ninguna casualidad la captura de Ovidio Guzmán López, el hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, a solo cuatro días de que el presidente Joe Biden pise suelo mexicano para la cumbre con Andrés Manuel López Obrador y con el primer ministro canadiense Justin Trudeau.
El mensaje es más que claro y simbólico: aquel a quienes ustedes como gobierno de la Cuarta Transformación dejaron ir –ya capturado– en octubre del 2019, hoy será uno de los epicentros de la agenda de la Cumbre, sobre todo en lo relacionado a drogas y seguridad.
Estados Unidos se cansó de esperar con los brazos cruzados a que el gobierno mexicano recapacitara y asumiera la cacería de los cárteles, que presumen un creciente poderío económico y ahora político como financiadores de decenas de campañas locales. La mitad del territorio ya les pertenece.
Y digan lo que digan las declaraciones oficiales, el factor estratégico en la recaptura de Ovidio Guzmán López fue el Grupo de Análisis de Información del Narcotráfico, mejor conocido como GAIN.
Este es un cuerpo de inteligencia y operaciones tácticas en el que participan elementos mexicanos, pero sobre todo, norteamericanos. Su función es proveer tanto a México como a Estados Unidos de información clave para el desmantelamiento de los cárteles y la captura de sus capos.
Oficialmente, el presupuesto del GAIN no aparece en reporte alguno de Seguridad Nacional, de la Defensa ni de Hacienda. Su financiamiento y acciones estratégicas son financiadas desde los Estados Unidos.
Desde hace meses se elevaron las presiones sobre que el GAIN asestara un golpe grande y la visita del presidente Biden a México acabó por obligar al último paso. Y ubicaron al hijo de “El Chapo”.
Fueron informaciones del GAIN las que lograron localizar a Ovidio Guzmán López. Y aunque la captura presuntamente corrió a cargo de la Secretaría de la Defensa, la intención fue darle al gobierno lopezobradorista una oportunidad para borrar la humillación de aquella liberación del 2019.
La misma liberación que con el saludo presidencial a la madre del jefe del Cártel de Sinaloa y las reiteradas visitas oficiales a Badiraguato, instalaron al inquilino de Palacio Nacional ante la opinión pública -nacional e internacional- como protector de “El Chapo” y de sus intereses.
Pero en la captura de ayer en Sinaloa ya nadie repartió “Abrazos”. Los balazos se dejaron sentir en Culiacán y en distintas poblaciones de Sinaloa, incluyendo el aeropuerto de la capital del estado, en donde una bala alcanzó el fuselaje de un Dreamliner de Aeroméxico.
Ovidio Guzmán López no permaneció en Sinaloa. De inmediato fue trasladado a las instalaciones de la Fiscalía General de la República y de ahí al penal del Altiplano, aquel del que en alguna ocasión se fugó por segunda ocasión su famoso padre, en 2015, en el sexenio de Enrique Peña Nieto. La primera fue en 2001 en el sexenio panista de Vicente Fox.
La captura de ayer jueves del hijo de “El Chapo” se da después de que Emma Coronel, esposa del jefe del Cártel de Sinaloa, también fue capturada, llevada a juicio y sentenciada a tres años de prisión. Se dice que la benevolencia en la sentencia se dio a cambio de canje de información crucial.
Las autoridades norteamericanas están buscando los mayores vínculos que exhiban las intrincadas relaciones que se dieron entre “El Chapo” Guzmán y otro mexicano extraditado, Genaro García Luna, a quien durante el sexenio de Felipe Calderón se acusó de limpiarle el camino al Cártel de Sinaloa frente al del Golfo y los Zetas.
Ahora, el gobierno estadounidense está exigiendo la extradición de Ovidio Guzmán López, quien sin duda será factor clave para corroborar las acusaciones de narcotráfico y lavado de dinero que enfrente Joaquín “El Chapo” Guzmán en la Corte de Nueva York y cuyo juicio se reiniciará en unas semanas.
Y aunque el canciller Marcelo Ebrard salió ayer mismo a declarar que la extradición de Ovidio Guzmán López no será inmediata, se estima que sí se buscará la forma de expedírsela para evitar no sólo una posible fuga, sino una creciente ola de violencia que vuelva a dar el pretexto para soltarlo.
Lo único cierto hoy es que la Cumbre de Estados Unidos, Canadá y México arrancará el próximo lunes 9 de enero bajo una agenda ajustada, en donde el tema del narcotráfico se instala al frente del debate.
Y frente a las amenazas del dolido Cártel de Sinaloa por la captura de uno de sus jefes, ¿se sostendrá la sede de la Cumbre? ¿Puede el gobierno mexicano garantizar la integridad de los jefes de Estado que nos visitarán? Veremos cómo la agenda se redefine.
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