Otro día, otro asesinato: Crímenes desde el Estado

¿Qué pasó?

El reciente asesinato de un estudiante ocurrido en Irapuato, Guanajuato, a manos de un elemento de la Guardia Nacional vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre el excesivo uso de la fuerza de parte de los militares y la correcta aplicación de los derechos humanos.

¿Por qué importa?

• En la historia reciente, elementos del Ejército Mexicano se han visto envueltos en una serie de escándalos en los que se han violentado los derechos humanos, como fue el caso Ayotiznapa o Tlatlaya. También se han dado casos de desapariciones forzadas y secuestros por parte de integrantes de la Marina (Nuevo Laredo, 2018), por el cuál el año pasado ofrecieron una disculpa pública.

• En reiteradas ocasiones, el presidente López Obrador ha salido en defensa de las Fuerzas Armadas, pese a que la militarización de la seguridad no ha impedido que persistan las detenciones arbitrarias, tortura, desapariciones forzadas, violaciones y ejecuciones extrajudiciales por parte de algunos de sus miembros.

El contexto:

• El pasado miércoles, un estudiante de la Universidad de Guanajuato y otra más fue herida de gravedad, luego de que elementos de la Guardia Nacional les dispararan mientras realizaban labor de reconocimiento sobre el ducto de Pemex “Salamanca-León”, en Irapuato.

• A través de un comunicado, la dependencia reconoció que uno de sus integrantes accionó su arma de “forma unilateral”, por lo que fue puesto a disposición de las autoridades correspondientes a cargo de la investigación.

• El gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue, condenó el asesinato y lamentó el “uso desproporcionado de la fuerza” por parte del elemento de la Guardia Nacional. Se comprometió a apoyar a las familias y que se les haga justicia.

Los detalles:

• El uso desmedido de la fuerza, ahora contra un estudiante en Irapuato, no es un hecho aislado en el Ejército, ya que desde que inició la estrategia de militarización en 2006, el índice de letalidad con respecto a las bajas civiles ha ido al alza.

• Una investigación realizada por las organizaciones Intersecta y Data Cívica arrojó que entre 2007 y 2019 (el primer año del sexenio de AMLO), los enfrentamientos de la Sedena terminaron con 3 mil 998 detenidos, 4 mil 809 civiles fallecidos y 697 heridos.

• Es decir, por cada civil detenido en un operativo que incluyó la participación del Ejército acabó con 1.2 civiles muertos en promedio; por cada civil herido fallecieron 6.9 civiles y por cada militar fallecido murieron 16.9 civiles.

• El análisis concluye que si se tomara en cuenta la combinación entre las cinco categorías (civiles detenidos, heridos y fallecidos, y militares heridos y fallecidos), en uno de cada cuatro enfrentamientos el saldo es de puros civiles fallecidos.

• En cuanto a la tasa de fallecimientos entre civiles y militares, la tendencia siempre es mayor para la primera en comparación con la segunda. De 2007 a 2011, la tasa de muerte creció de 1.6 (la más baja) a 32.4 (la más alta) durante el sexenio de Felipe Calderón. En el primer año de AMLO, la cifra fue de 17.9 civiles por cada militar fallecido.

• “Cuando se habla de la estrategia de militarización de la seguridad pública tenemos que considerar que más porcentaje de civiles resultan heridos o asesinados que detenidos: los civiles siempre representan más del 50% de las personas lastimadas en los enfrentamientos.

• “Lo que nos dicen los datos y este caso del asesinato del estudiante en Irapuato es que la presencia de la Sedena y de la Guardia Nacional en las calles no aporta a nuestra seguridad; en lo contrario, representa una vulnerabilidad a nuestros derechos humanos y a nuestra seguridad”, expresó Data Cívica a través de sus redes sociales.