Omar García Harfuch asume el control del aparato de inteligencia

La presidenta Claudia Sheinbaum presentará una iniciativa de reforma para crear un sistema único de inteligencia e investigación que será coordinado por la Secretaría de Seguridad Ciudadana. El gobierno federal ha decidido centralizar toda la información de seguridad nacional en la figura de Omar García Harfuch, el secretario de Estado con mayores facultades dentro del gabinete federal.

Esto marca un quiebre respecto a la política de la administración de Andrés Manuel López Obrador, en el que la inteligencia del Estado mexicano estaba fragmentada en distintas agencias militares y civiles.

Durante los últimos seis años, los principales gestores de este aparato fueron dos pilares del proyecto de poder de López Obrador: el general Audomaro Martínez Zapata, ex titular del Centro Nacional de Inteligencia, y su socio político, el general Luis Cresencio Sandoval, ex secretario de la Defensa Nacional. El hijo del general secretario, Luis Rubén Sandoval Medina, dirigió el Centro Nacional de Fusión de Inteligencia, una instancia cuyas facultades serán absorbidas por el equipo de García Harfuch.

El gobierno de López Obrador desplegó una agresiva estrategia de intervención de comunicaciones que no estaba contemplada en la ley. De acuerdo a información obtenida del hackeo a los servidores de la Secretaría de la Defensa Nacional, el Centro Militar de Inteligencia desplegó el software Pegasus para espiar a activistas, ciudadanos privados y objetivos políticos. El Ejército utilizó esta herramienta contra perfiles vinculados a la investigación del caso Ayotzinapa como Alejandro Encinas, ex subsecretario de Gobernación, y Santiago Aguirre, director del Centro ProDH.

Sheinbaum ha enviado señales claras de que el antiguo equipo de seguridad del gobierno de López Obrador será desplazado en su totalidad. La presidenta designó como titular del Centro Nacional de Inteligencia a Francisco Almazán Barocio, ex titular de la Policía de Investigación de la Ciudad de México y quien fungió como uno de los principales operadores de García Harfuch en el sistema de seguridad de la capital.

El secretario de Seguridad Ciudadana representa el epicentro de la nueva estrategia de pacificación del gobierno federal. La presidenta ha planteado que García Harfuch concentrará nuevas facultades de investigación, inteligencia, interlocución política, comunicación con agencias internacionales y veto a funcionarios de seguridad estatales.

Este nuevo andamiaje coincide con un viraje de 180 grados en la estrategia de seguridad: el gobierno federal ha abandonado el mantra de coexistencia pacífica con los grupos criminales y ha adoptado un nuevo objetivo de detención de “generadores de violencia”.