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21 de noviembre 2024

20 de noviembre 2018

Economía

No todo se trata de AMLO

Nasdaq, Dow Jones, S&P 500, Nikkei, CAC 40 y el IPC de la Bolsa Mexicana de Valores. Nadie se salvó de una de las peores jornadas bursátiles del año. Es verdad, AMLO es parcialmente responsable de la pérdida de valor de los activos mexicanos. Pero no todo es su culpa. La realidad es compleja y éste es un fenómeno global

Por Rodrigo Carbajal

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Jorge Suárez Vélez es uno de los mexicanos de referencia en el sector financiero de Nueva York.

Y como muchos, cree que las decisiones de Andrés Manuel López Obrador son la principal razón por la que los mercados están castigando a México.

Sin embargo, no todo se trata de AMLO.

En el índice de precios y cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores, ha perdido el 11.26 por ciento de su valor en los últimos treinta días.

Es verdad, esto es producto de la incertidumbre que han generado algunas propuestas del equipo de López Obrador.

Pero también refleja una tendencia global de caídas generalizadas en prácticamente todos los mercados de valores del mundo.

En el último mes, el índice estadounidense Nasdaq ha caído 7.23 por ciento; el S&P 500, 4.69 por ciento; el Dow Jones, 3.8 por ciento; el Nikkei japonés, 4.25 por ciento; y el CAC 40 francés, 3.14 por ciento.

Generalmente, cuando hay una venta masiva de acciones, cuando los mercados creen que las tasas de interés comenzarán a subir de manera repentina o cuando existe demasiada volatilidad; lo primero que hacen los inversionistas es vender sus activos más riesgosos.

¿Y cuáles son estos activos riesgosos? Los bonos y acciones de mercados emergentes, en la mayoría de los casos.

¿Y cuáles bonos y acciones de mercados emergentes son los que se venden primero? Los mexicanos, por la sencilla razón de que el peso es la moneda emergente más operada.

Es decir, los activos mexicanos son extremadamente sensibles al riesgo externo. Cualquier evento global puede exacerbar una caída moderada cuyo origen sean factores internos.

Cuando hablamos de los mercados y decimos que no todo se trata de Andrés Manuel López Obrador, también nos referimos a la caída reciente del peso frente al dólar.

Para los mercados, la industria petrolera sigue teniendo un peso relevante en la economía mexicana y en las finanzas públicas, de tal suerte que cualquier movimiento del precio del crudo se verá reflejado en el tipo de cambio.

Desde el 3 de octubre, el precio internacional del petróleo ha caído 29 por ciento. Para muchos, la subsecuente depreciación del peso mexicano era una cuestión de tiempo.

Algunos economistas argumentan que el factor petróleo es incluso más importante que el factor AMLO para el tipo de cambio.

Si se hace una regresión simple de los datos de la cotización del peso y del precio del crudo encontramos que el 80 por ciento de los movimientos del tipo de cambio se explican por cambios en el precio del petróleo.

La última vez que los inversionistas estuvieron tan atentos a la relación del peso con el petróleo fue en noviembre del 2014, cuando la OPEP provocó la mayor caída del valor del crudo que hayamos visto en una generación. En ese entonces, el tipo de cambio era de 13.60 pesos por dólar. Ya sabemos cómo terminó ese cuento.

No estamos diciendo que AMLO no tiene nada que ver con lo que está sucediendo en los mercados financieros. Simplemente se explica que no todo se trata de lo que hace o deja de hacer el Presidente electo. México es una economía integrada a los mercados globales y lo que sucede allá afuera nos afecta, y mucho.

Por eso, para reducir la incertidumbre, el Presidente electo debería preguntarse: ¿Quién le está ocasionando problemas y quién los está resolviendo? Es una cuestión fundamental para la economía de la Cuarta Transformación.

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