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3 de septiembre 2025

3 de septiembre 2025

Política

Negociación Rubio-Sheinbaum: ¿Quién tiene el poder?

La reunión terminó entre sonrisas. Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos, y Claudia Sheinbaum, presidenta de México, pactaron el fortalecimiento de una estrategia binacional contra el crimen organizado

Por Redacción Magenta

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La reunión terminó entre sonrisas. Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos, y Claudia Sheinbaum, presidenta de México, pactaron el fortalecimiento de una estrategia binacional contra el crimen organizado. “En los últimos ocho meses, jamás en la historia de ambos países, ha habido el nivel de cooperación que existe en este momento”, declaró Rubio en conferencia conjunta con el canciller mexicano, Juan Ramón de la Fuente.

El acuerdo bilateral estipula cuatro ejes: reciprocidad, respeto a la soberanía e integridad territorial, responsabilidad compartida y diferenciada y confianza mutua. Puntualmente, esto se traduce en colaboración para implementar medidas contra flujos financieros ilícitos, control de flujo de combustibles ilegales, detenciones de alto perfil, combate al tráfico de drogas y armas, e intercambio de información. La lista de prioridades fue confirmada por el secretario de Relaciones Exteriores de México.

Rubio y Sheinbaum acordaron el establecimiento de un grupo de alto nivel para combatir a los cárteles. Este es el encabezado público que derivó de la reunión entre el secretario de Estado de Estados Unidos y la presidenta de México.

No obstante, la negociación se dio en un contexto de fuerte presión contra el gobierno mexicano. La administración de Donald Trump ha desplegado cerca de 10 mil elementos militares en la frontera de Estados Unidos con México. Esta es la estampa más visible de una relación de poder asimétrica entre los “vecinos distantes”. Washington ha adoptado un enfoque militar, agresivo en su trato con América Latina, patente en el ataque contra una embarcación del Tren de Aragua en el Mar Caribe.

La visita a Palacio Nacional de Marco Rubio se inscribe en el contexto de la campaña de presión más agresiva de Estados Unidos contra México en la historia reciente. La designación de seis cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, la revocación de visas a funcionarios públicos, la amenaza permanente de una tarifa de 30 por ciento por razones de seguridad nacional, el sobrevuelo de aeronaves militares de inteligencia en territorio mexicano y las sanciones del FinCEN contra instituciones financieras de México acusadas de lavado de dinero dibujan una nueva realidad de la relación bilateral.

A pesar de que la presidenta Claudia Sheinbaum insiste que México tiene voluntad para la “cooperación sin subordinación”, los hechos indican que la partitura se escribe en Washington. El gobierno morenista de Sheinbaum tiene herramientas limitadas para negociar con un país que representa el destino del 80 por ciento de las exportaciones de México y que mantiene un monopolio sobre el abasto mexicano de gasolina y gas natural.

“México hace lo que les decimos”, declaró recientemente el presidente Donald Trump. En los últimos meses, la administración de Sheinbaum entregó, de manera extrajudicial, a 55 líderes de los cárteles para que sean juzgados por tribunales norteamericanos. En el actual sexenio han sido detenidas más de 30 mil personas vinculadas al crimen organizado, de acuerdo a datos oficiales. La cifra representa más de tres veces el número de arrestos registrados en los seis años de gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo, hay una línea roja en la que la presidenta Claudia Sheinbaum no ha estado dispuesta a ceder: la detención y procesamiento de líderes políticos con conexiones al crimen organizado.

En marzo, el propio Marco Rubio declaró a la cadena Fox News que “en muchos casos, la cooperación está dañada por los peligrosos niveles de corrupción e influencia sobre el aparato judicial”. Además, la prensa estadounidense ha ventilado la molestia de agencias de seguridad estadounidenses por filtraciones de información que permitieron a Nemesio Oseguera Cervantes, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, escapar de un operativo militar. The Wall Street Journal también evidenció la negligencia de la Guardia Nacional que derivó en la fuga de un criminal de alto perfil que estaba abajo su custodia, Zhi Dong Zhang, uno de los jugadores más relevantes en la cadena de suministro y lavado de dinero del tráfico de fentanilo.

En la mañana previa a la reunión entre Rubio y Sheinbaum, The New York Times publicó la perspectiva de una fuente del gobierno federal de México: “No esperamos que el acuerdo de seguridad que podría ser revelado este miércoles  incluya alguna mención de esfuerzos para perseguir a funcionarios mexicanos corruptos; la Casa Blanca no ha enviado ninguna lista de políticos mexicanos que, considera, están vinculados a los cárteles”.

Dada la asimetría de poder en la relación bilateral, las posturas previas de Marco Rubio y el descontento de las agencias norteamericanas con la infiltración del crimen organizado en el gobierno mexicano, es poco probable que este tema haya sido evitado en la conversación del miércoles en Palacio Nacional. Por ahora, los detalles se mantendrán privados.

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