Nayarit: La herencia del diablo

El domingo, la PGR confirmó los agentes de la SEIDO secuestrados el 5 de febrero por el Cártel Jalisco Nueva Generación fueron encontrados muertos.

Los dos agentes habían aparecido en un vídeo 6 días después de su secuestro.

En marzo del 2017, el exfiscal general de justicia de Nayarit, Edgar Veytia, fue detenido en San Diego acusado de tráfico de drogas.

A partir de entonces, sus presuntos vínculos con el CJNG comenzaron a salir a la luz.

Pero ese cártel no fue siempre el favorito del fiscal…

En 2011, las denuncias ciudadanas en Nayarit señalaron a Veytia de operar para los Beltrán Leyva y Los Zetas –entonces brazo armado del Cártel del Golfo.

Durante su gestión, Veytia fue acusado de despojos, abuso de autoridad, detenciones ilegales y tortura.

Todo, presuntamente, al abrigo del entonces gobernador del Estado, Roberto Sandoval.

Unos meses antes de su captura, Veytia supuestamente traicionó a los Beltrán Leyva al entregar a las Fuerzas Federales a Francisco Patrón Sánchez, El H2.

El lugar donde fue abatido el líder del cártel, se encuentra a unos metros de una casa propiedad del ex fiscal.

La caída del H2 dejó la plaza prácticamente libre para el CJNG

De acuerdo a datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública en Nayarit, la tasa de homicidios dolosos pasó de 3.13 casos en 2016 a 20.10 en 2017.

Un incremento del 542% de este delito en la entidad.

Además, después de las elecciones estatales, en junio de 2017, se desató una oleada de desapariciones de jóvenes de entre 16 y 35 años.

De acuerdo con Proceso, las familias de esas víctimas estiman que desde entonces se acumulan ya 350 casos.
En enero de este año, en un predio de cultivo de cañaverales, en Xalisco -el mismo lugar en donde encontraron a los agentes de la Seido- fueron hallados 33 cuerpos repartidos entre tres fosas.

Y la violencia parece estar fuera de control por parte de las autoridades…

“Y no se nos olvide que no nos entregaron un paraíso, que no nos entregaron un edén”.

No, lo que Nayarit vive es aún el infierno que dejó el diablo.