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8 de mayo 2024

6 de diciembre 2023

Política

Nación de mentiras

Cuando los mexicanos nos cuestionamos por qué estamos políticamente tan mal, la respuesta no tiene muchos rodeos: porque somos una Nación de mentiras

Por Ramón Alberto Garza

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Cuando los mexicanos nos cuestionamos por qué estamos políticamente tan mal, la respuesta no tiene muchos rodeos: porque somos una Nación de mentiras.

Tomen como ejemplo la más reciente crisis política vivida en Nuevo León, en donde los desplantes de un gobernador autoritario, extorsionador, chantajista y mitómano dieron al traste con el proyecto presidencial 2024 de Movimiento Ciudadano.

La primera pregunta para enfrentar la verdad es si Samuel García Sepúlveda es realmente un político a la altura como para aspirar a regir los destinos del México complejo en que vivimos.

La respuesta es un rotundo no. Carece de mano izquierda, confronta violentamente, es insultantemente grosero, no tiende puentes, los dinamita. Un coctel psicológico entre el argentino Milei, el brasileño Bolsonaro, el norteamericano Trump y el mexicano López Obrador. Indefendibles. Somos una Nación de mentiras.

La segunda pregunta es por qué a todos aquellos emecistas que irrumpieron violentamente en la sesión del Congreso de Nuevo León para impedir que se designara un gobernador interino -y que están plenamente identificados- no se les detiene y se les somete a juicio, por el evidente delito de sedición. En el asalto al Capitolio de Estados Unidos fueron arrestados 950 ciudadanos, procesados 700 y condenados a prisión 71. Su jefe, Donald Trump, está todavía sentado en el banquillo por ese delito.

Aquí en Nuevo León a los sediciosos les vamos a repartir abrazos y a Samuel García, el instigador, se le devolvió la gubernatura y le vamos a hacer una posada Fosfo Fosfo. No aplicamos la ley. El precio a pagar por un ilícito es cero. Somos una Nación de mentiras.

La tercera pregunta es qué va a suceder con Samuel García. Ya puede dormir tranquilo porque recuperó su fuero. Su fecha de vencimiento de los tres días en que regresó para volver a ser gobernador caducó a la media noche del viernes primero de diciembre. Todas las decisiones que tomó como gobernador a partir del primer minuto del 2 de diciembre tipifican como desacato y usurpación de funciones.

Y lo mismo sucedió con todo lo que hizo el sábado 2 y el domingo 3 de diciembre. Él no era oficialmente gobernador, porque su decisión no estaba comunicada al Congreso de Nuevo León, tal como sí lo hizo seis años atrás Jaime “El Bronco” Rodríguez. ¿El boicot que hizo contra el legítimo gobernador interino, Luis Enrique Orozco, se quedará impune? Somos una Nación de mentiras.

La cuarta pregunta es qué consecuencias tendrán las flagrantes mentiras dichas a nivel nacional por Samuel García, quien  acusa de chantajistas a los diputados del PRI y del PAN.  El Gobernatore dice que le pedían 2,500 millones de pesos. Falso. Esa era una partida acordada por él en el presupuesto y la congeló todo el año en castigo a que los prianistas no se sometían a sus caprichos. Sólo les dio sus ampliaciones presupuestales a los alcaldes naranjas. El chantajista es él.

Dijo que los diputados le querían imponer un Fiscal y un Auditor. Falso. Ambas posiciones son prerrogativas del Congreso de Nuevo León, no del gobernador.  Nadie le puede imponer a alguien lo que no le pertenece. Falsa declaración. Somos una Nación de mentiras.

La quinta pregunta es por qué el presidente Andrés Manuel López Obrador sale a defender en cinco mañaneras consecutivas al gobernador de Nuevo León. Un pecado a la democracia, si se considera que lo que sucede en una entidad federativa compete a ese Estado Libre y Soberano. ¿Para qué entrometerse? ¿Cuál es el sentido de salir a defender al candidato presidencial de un partido opuesto al suyo? ¿Será que son partidos “hermanos”, “siameses”? ¿O acaso será que la fragilidad de Samuel García es tal, que lo tienen secuestrado desde los expedientes fiscales de la Cuarta Transformación? Inexplicable defensa presidencial. Somos una Nación de mentiras.

Vamos haciendo un catálogo de todas estas mentiras, de todos los simulacros como el de los jueces que otorgan Amparos desde Tamaulipas, Chiapas o la Ciudad de México a quienes en su entidad no los consiguen, para que no se repitan los mismos ilícitos en la elección presidencial de 2024.  No debemos acostumbrarnos a ser una Nación de mentiras. Un poquito de indignación ciudadana, por favor.

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