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18 de junio 2025

29 de octubre 2019

¡Que alguien me explique!

Morena, hecho pedazos

Lo que Morena está exhibiendo hoy es el peor catálogo de prácticas de las que tanto le criticaron a priistas, panistas y perredistas.

Por Ramón Alberto Garza

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Para no hacer de mi ícono pedazos,
Para salvarme entre únicos e impares,
Para cederme un lugar en su parnaso,
Para darme un rinconcito en sus altares

Pocos entienden por qué un partido que en tan poco tiempo lo tuvo todo para ganar la presidencia de México está perdido en una guerra intestina que lo autodestruye y que de paso debilita al gobierno de la Cuarta Transformación.

Porque aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador insista una y otra vez que no se mete en los asuntos internos del partido que lo llevó al poder, lo cierto es que ese es el partido que domina el poder legislativo, el que saca adelante su anunciada transformación. La obligación moral es cuidarlo.

Pero el problema es más serio de lo que a simple vista se ve. Porque las distintas tribus están actuando como versión morenista de Caín y Abel, dándose hasta con la quijada para matarse los unos y los otros.

La dueña de la quijada mayor es Yeidckol Polevnsky, la presidenta interina que desde su posición oficial de secretaria de Morena es incapaz de controlar el desorden y actuar como mediadora de los conflictos.

Promotora de su propia candidatura, Polevnsky vive un claro conflicto de interés al convertirse al mismo tiempo en el centro delantero y en el árbitro de la final por la presidencia de Morena.

El sentido común y el decoro político obligarían a la presidenta interina y secretaria general del partido en el poder a pedir licencia para no ser juez y parte, al promover frente a los otros aspirantes su propia candidatura.

Pero al insertarse en la boleta, Polevnsky polariza y el resultado final es una contienda interna conflictiva, desaseada, con evidentes tintes de operaciones de proselitismo al margen de la legalidad.

Y eso lo prueban las más de 20 asambleas distritales de Morena en Ciudad de México, Morelos, Guerrero, Tlaxcala, Colima Hidalgo y el Estado de México, que fueron suspendidas entre conflictos en la instalación de las casillas, robos de urnas e incluso balazos.

La distrital de Iztacalco, en la que Mario Delgado se legitimaría como candidato para buscar la presidencia de Morena, fue cancelada justo cuando él se disponía a entrar para registrarse.

Para la mayoría de los morenistas el cuestionamiento está en el rol que está jugando Polevnsky, a quien de lo menos que se le acusa es de una absoluta incompetencia como actual presidenta para lograr unos comicios limpios y transparentes.

Incluso sobran los malpensandos que intuyen que todo el desaseo en las asambleas tiene como propósito final obligar a que se aplace o se cancele la elección de la nueva dirigencia. Polevnsky prolongaría así su ya cuestionado interinato.

Sea como fuere, lo que Morena está exhibiendo hoy es el peor catálogo de prácticas de las que tanto le criticaron a priistas, panistas y perredistas, que lo exhiben como un partido hecho pedazos por las disputas de intereses personales.

Y la peor salida que se le puede dar al boicot generalizado de las asambleas es la de prolongar en la presidencia a una Polevnsky que hasta hoy se muestra incapaz de sofocar el desorden y de sentar a la mesa a todos los aspirantes, sin el conflicto de interés de ser ella una de las candidatas.

La presidenta de Morena niega todas las acusaciones, pero en el fondo de sus declaraciones se desliza sin duda la melodía de su admirado y muy querido Silvio Rodríguez. Aquella que lleva por título “El Necio”

Dicen que me arrastrarán por sobre rocas
Cuando la revolución se venga abajo
Que machacarán mis manos y mi boca
Que me arrancarán los ojos y el badajo.

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